Queda clausurado el tiempo de Albert Rivera como promotor de propuestas, así fueran perjudiciales para la clase trabajadora, así fueran producto del cuñadismo ideológico. Hoy en día no le queda programa político al dirigente de Ciudadanos salvo el antisanchismo y anticatalanismo (o antivasquismo, o antivalencianismo, o antibalerarismo, o antigalleguismo). No sabe hablar de otra cosa que no sea el mal que, según su poca dotada cabeza, supone el gobierno de Pedro Sánchez y el sanchismo que le apoya. Como tampoco sabe qué proponer para solventar el conflicto catalán salvo que los nacionalistas catalanes deban ser quemados en una pira en la plaza de Cataluña. Acosado por las presiones del establishment, del PP reaccionario y de los neofascistas, el dirigente de la secta naranja ha perdido toda la energía propositiva que tenía. “Stop Sánchez” (slogan robado a las gentes que defienden la ignominia social que es un desahucio) e “Indultos no” son todas sus propuestas políticas.
“Convirtamos las elecciones de mayo en un sí a la igualdad y a la libertad y en un stop a Sánchez” dijo ayer en el fracasado acto de Valencia, a donde acudió con su odio-bus. Fracasado porque no acudieron más de 200-250 personas (los planos de las imágenes que aportan desde Ciudadanos hábilmente manipuladas son claras a ese respecto) y porque ni los propios medios de la Caverna mediática le han prestado atención. Centrados como estaban en la convención del PP de la reacción y del absurdo, Rivera se ha quedado “solo, fané y descangallao”. Pide el ignaro igualdad pero no para la ciudadanía, sino para quitar derechos. Pide libertad no se sabe por qué ya que en España todo el mundo es libre. Gabriel Rufián diría que hay presos políticos pero eso ahora no viene al caso, ni se sostiene. Pide libertad utilizando la palabra de forma hueca, lo que se dice un significante vacío, porque como se la ha visto utilizar a Pablo Casado él sigue la estela. Aunque le ocurre como al dirigente popular que no sabe qué significa la palabra en sí. Mejor dicho, sólo entiende la libertad como la capacidad de la clase dominante de seguir oprimiendo a los ciudadanos y que estos sonrían. Libertad sin capacidad, señor Rivera, no es libertad. Libertad sin igualdad no es libertad. Libertad sin justicia social no es libertad. Libertad con dominación, esa dominación que usted apoya, no es libertad.
El anticatalanismo lo extiende a la Cataluña Baja, que es lo que piensa se ha convertido la Comunitat Valenciana, y clama contra Ximo Puig por venderse a los nacionalistas. Como Toni Cantó tampoco es que sea un lumbreras en estas lides, no acaban de comprender el blasquismo, el valencianismo, o el sentirse honrado de la región que te ha dotado de una cultura mixta y hablan de nacionalistas. Puig el mayor nacionalista escondido del mundo. Y Mónica Oltra la más peligrosa de las huestes nacionalistas. Y como todos saben, esos dos han proclamado la República Valenciana. Eso está en la cabeza de los dirigentes naranjas al menos. No son grandes cabezas, ni tienen capacidad de análisis, pero como se han quedado sin programa político, nada mejor que lanzar odio por donde pasan con su “España Ciudadana”. Que a este ritmo acabará llamándose “España a golpes por culpa de Rivera”. Es todo lo que le queda, odio y más odio cargado de mentiras. Ya le ha dicho el presidente del Gobierno, que sí que ¡viva España! Pero sin el enfrentamiento que están provocando las tres derechas “sino que viva unida a la igualdad entre españoles y a la diversidad territorial”.
Su alumno aventajado, el señor que se traga todas las noticias falsas y todos los bulos que se lanzan en las redes sociales, y que no ha dimitido según el código ético de Ciudadanos por mentir en su currículum, Cantó no ha tenido mejor ocurrencia que afirmar que el gobierno del Botánico persigue a todos los valencianos. Es cierto, Manuel Mata, síndic del PSPV, va persiguiendo por todas las calles a los valencianos con una escoba para darles en la cabeza. Y Oltra está cavando las trincheras que Cantó dice que están construyendo. No es broma no. Acusa al gobierno valencia de acosar y de cavar trincheras entre los valencianos. Debe ser que extraña la corrupción institucionalizada del PP que sí que unía a los valencianos y tenía a sus hijos en barracones en vez de colegios, porque ese dinero se gastaba en mordidas. Porque lo curioso es que habiendo ido acabando con esos barracones desde el gobierno valenciano, Cantó les acusa de ser culpa suya. Todo para inyectar el odio en la sociedad valenciana. Y en un gesto de estupidez y mala baba, porque gracia no tiene, llama al síndic socialista “Monchito” Mata porque le declaró persona non-grata al votar contra la reforma del estatut valenciano, la cual le equipararía a otras comunidades autónomas. ¿No querían la igualdad entre las comunidades? Parece que es todo mentira.
No encuentra su lugar en el trifachito Albert Rivera. Sigue con sus cuñadismos ideológicos del tipo jamás pactaremos con populistas, pero se reúne con los consejeros andaluces que han sido apoyados por y deberán implementar las políticas de los neofascistas. Como la bandera de España la tiene que compartir, así como los cariños del establishment, anda deambulando de un lado a otro sin encontrar un sitio. Ni el apoyo de George Soros y sus medios afines le sirven más que para odiar un poco más, sin darse cuenta que en todas las encuestas le han dado más peso que votos ha sacado. La realidad es que hasta los artículos críticos con él han dejado de tener visitas como en el pasado. Su tiempo está pasando lánguidamente y él no se está dando cuenta. Quería ser el salvador de la patria y la patria parece que le va a mandar a trabajar a Caixabank en breve.