No es sencillo en unas Cortes tan cortesanas como las españolas no esconderse y hacer fuerza en favor de la República. No es fácil luchar contracorriente dentro de unos medios de comunicación cortesanos y pelotas de una institución tan arcaica. No es normal luchar contra los desmanes, prebendas y manejos que han realizado los Borbones en estos años de recuperación democrática en España. No es normal, ni sencillo pero Alberto Garzón tiene la valentía de hacerlo día sí y día no. De todos los políticos españoles, incluyendo a los republicanos catalanes, el dirigente de Izquierda Unida jamás duda en llamar al jefe del Estado por su nombre o, para que gruña la caverna monárquica, el “ciudadano Borbón”.
Partido presuntamente republicanos son PSOE, Podemos o ERC, pero sólo desde IU con Garzón a la cabeza se lucha por el republicanismo. Los socialdemócratas sacan de vez en cuando las banderas tricolores, pero las esconden en cuanto están en el poder o muy cerca de él. Tanto como para ver a dirigentes del PSOE defendiendo la monarquía con más ahínco que el ABC. Son cortesanos al fin y al cabo. En Podemos, por aquello del pueblo y los significantes vacíos, tienen coqueteos con el monarca aunque sus bases no tienen dudas sobre su republicanismo, como es patente en las distintas mareas y los comunes catalanes. Y ERC pues no quieren al monarca, y después de lo acontecido el año pasado menos, pero como esperan independizarse tampoco es que empujen mucho en ese sentido. Salvo las palabras de Joan Tardá sobre que Cataluña acabará trayendo la República a España poco más. Sin embargo, en IU llevan toda la legislatura incidiendo en el tema, especialmente desde que se descubrió que el anterior monarca, Juan Carlos de Borbón, parece que se ha forrado a costa de los españoles y españolas.
En la gran mayoría de los medios de comunicación de este país el tema está ocultado. Sólo hablan de República para criticarla por el apoyo que pueda recibir de algún tipo extraño o medio loco. En los demás momentos todo es un cierre de filas con los Borbones. Se piensan, y así lo dicen, que la monarquía es el eje de la democracia en España, cuando como recuerda constantemente Garzón es un anacronismo como poco. En su libro Por qué soy comunista el dirigente de izquierdas explica con claridad que “las relaciones de poder en España están atravesadas por las conexiones de continuidad entre la oligarquía del franquismo y la oligarquía de la democracia” (pág. 306). Y es ahí donde está la clave de bóveda que no quieren tocar. Sabe Garzón que ese punto es la conexión de la corrupción empresarial a alto nivel y lo denuncia sin esconderse, mientras callan los demás.
No es el único dirigente de IU en defender la República, Sira Rego, Vanessa Angustia, Eva García Sempere, Sol Sánchez o Ricardo Sixto, por citar a unas pocas, están en esa postura igualmente. Así no extraña la campaña que desde Izquierda Unida se va a lanzar para denunciar el blindaje poco democrático que están realizando todos los partidos respecto al jefe del Estado. #RepruebaLaCorona permitirá presentar mociones contra el sistema monárquico en más de 1.000 ayuntamientos. Evidentemente en la mayoría de ellos, el eje cortesano dirá que no, pero la valentía de lanzar la campaña es para remarcar. Con ella se pretende “cortocircuitar la deriva autoritaria que pretende blindar a la Monarquía y hacerla impune de sus crímenes”. No es posible que algunos medios de comunicación libres de ataduras con el establishment hablen de las comisiones, de los negocios, de la fortuna de los Borbones y en este país se silencie en los demás medios. Que la jefatura del Estado pueda forrarse y no se pueda investigar. También es una forma de decir al Gobierno que no respeta la libertad de expresión al llevar al Tribunal Constitucional la reprobación a Felipe de Borbón por parte del Parlament. Una denuncia que no cuenta ni con el apoyo del Consejo de Estado. Pero pide Garzón no que nos quedemos sólo con lo catalán sino “con el modelo de Estado y con la posibilidad de que los representantes electos puedan debatir sobre cualquier cosa”, que es lo que el Gobierno pone en cuestión. Por eso se han negado a que se abra una comisión de investigación sobre los tejemanejes de Juan Carlos de Borbón en el Congreso.
Mas el republicanismo de Alberto Garzón no se queda sólo en cambiar monarquía por república, que ya es algo que se gana en democracia, sino que la defensa del republicanismo es adentrarse en la democracia. Es ampliar las bases democráticas del Estado; es la defensa de los derechos sociales; es pensar el mundo desde la “posición de los desposeídos y la parte sufriente de la humanidad, la cual lucha por emanciparse del reino de la necesidad”; es luchar por una república federal que “reconozca a los pueblos y naciones de España, y que no los enfrente”; es la defensa del socialismo, al fin y al cabo. Y hoy en día, quien defiende todo esto con valentía ante las críticas o los intentos de ocultamiento de su persona, es Garzón e IU.