Estaba tan contento Juan Manuel Moreno Bonilla con su vaca, con su curso de Jedi y con sus promesas exageradas para la ciudadanía andaluza cuando una sombra del pasado ha venido a oscurecerle la campaña electoral. Un espectro del pasado, Arturo González Panero (más conocido por “el albondiguilla” en el seno del PP), le ha señalado como conocedor de una de las mayores tramas de corrupción que han existido en la Comunidad de Madrid, el caso Gürtel.
Le tocaba declarar al ex-alcalde de Boadilla del Monte en la Audiencia Nacional en relación a los papeles del ex-tesorero Luis Bárcenas y ha cantado La Traviata. Lo primero ha señalado a M. Rajoy como conocedor y promotor de los tejemanejes del tesorero, pues le dijo al “Albondiguilla” que hiciese lo que le pedía Bárcenas. Esto es, conseguir contratos y comisiones para la financiación del PP. Pero en lo que respecta a las elecciones andaluzas hay que señalar que también ha calificado al candidato del PP como conocedor de los hechos y las maniobras corruptas que se estaban llevando en la sede de la calle Génova.
Según cuenta Público, el entonces diputado en el Congreso y secretario de Política Local, a las órdenes de su jefa Soraya Sáenz de Santamaría, le recibió en la sede de Génova en noviembre de 2005. Allí acudió “el albondiguilla” junto al secretario de Corporación de Boadilla, Manuel Hornillo, para dar quejas de la actuación de un concejal impuesto por Bárcenas y de las llamadas de Correa y otros para concederles adjudicaciones y llevarse unas comisiones por ello. Moreno Bonilla le recibió, con esa sonrisa que suele poner en las fotos, le escuchó atentamente y le despidió con un “lo tendremos en cuenta” y que te vaya bien. Sabía y era conocedor, por tanto, el candidato del PP andaluz de las fórmulas de financiación y de las corruptelas que había en la sede de Génova y en Madrid. No otra persona, ni nadie que se le parezca, ni siquiera la vaca, Juanma sabía lo que estaba pasando.
Le tienen preparado sustituto para el día 3 de diciembre.
Está conexión gürteliana es lo último que le faltaba a Moreno Bonilla para salir disparado de la cúpula del PP. Pablo Casado se tuvo que tragar el candidato por la premura de tiempo que había al adelantarse las elecciones y no poder rodar un poco a otro candidato de su gusto. A pesar de que Juanma le juró fidelidad abjurando de su hasta hace poco jefa Sáenz de Santamaría, en la sede central del PP ya se venían manejando nombres nuevos para sustituir al chico de Arenas. Renovar para poner a alguien de la cuerda de Casado, Cospedal o algún arenista con menos relaciones con la ex-vicepresidenta.
En los mentideros populares ya se habla del candidato por Córdoba y ex-secretario de Estado de Seguridad, José Antonio Nieto. De la cuerda y gusto de Juan Ignacio Zoido y que estaría presente casi con seguridad en el parlamento andaluz. No tendrían un candidato fuera del poder autonómico. Tiene el hándicap de haber salido en los papeles como la persona que avisó a Ignacio González de su investigación en la Operación Lezo por la corrupción del ex-presidente madrileño y las trapacerías en el Canal de Isabel II. Muy del gusto de Zoido y de esa corte sevillana allí tiene.
Habría que ver qué opina Javier Arenas quien algún poder conserva en Andalucía. En este caso las miradas y el dedo seleccionador podría señalar a Elías Bendodo, presidente de la Diputación de Málaga. No estará en el parlamento, pero es muy apreciado por los populares andaluces y mantiene buenas conexiones con Génova. Tampoco es descartable algún tapado o tapada que sea del gusto de Génova, de Zoido, de Arenas, o de Gabriel Amat. El caso es que las confesiones del “albondiguilla” han sido la sepultura de Moreno Bonilla salvo que ganase las elecciones algo que no creen ni en el PP por mucho voluntarismo que pongan.