Utilizar los argumentos del enemigo para destruirlo no sabemos en qué tratado de estrategia política lo habrán estudiado. Normalmente se utilizan sus debilidades, sus inconsistencias, sus fallas, pero utilizar los argumentos del machismo para defender el feminismo es lo último que se ha visto. Y esto lo ha hecho Inés Arrimadas, la “Super-Pop” de la política patria, para defender eso que en Ciudadanos llaman “feminismo liberal” y que no es sino una máscara patriarcal del liberalismo para hacer sucumbir a las mujeres corporal y mentalmente. El establishment, acongojado por la fuerza del feminismo para denunciar y derribar algunas de sus posiciones de dominio, ha lanzado a sus huestes naranjas y azules a la “caza de brujas”. A por las mujeres pensantes que, por cuestiones históricas, han defendido la igualdad de género.
Las palabras de Arrimadas en los últimos días son mucho peores que las críticas de los machistas. Al fin y al cabo éstos (y éstas, que haberlas haylas) se ven a distancia, se otean y se sabe quienes son. Pero la pretensión de jerezana es intentar dar con un misil a la línea de flotación del feminismo con la intención de derribarlo. Quedarse en algo tan banal en las formas como las “portavozas” (para ver un minianálisis de la dominación por el discurso ver nuestro artículo de ayer), pero a la vez defender los vientres de alquiler y la legalización de la prostitución, como causas feministas indica bien a las claras que ni sabe qué es el feminismo, ni tiene intención de liberar a la mujer de los yugos opresivos que la atenazan. La brecha salarial o no poner la mesa (como ha lanzado por ahí Marta Rivera en un artículo infame contra las mujeres) no son todo el feminismo. El feminismo no se agota con ciertas medidas, necesarias, sino con la igualdad real que se conseguirá cuando las estructuras patriarcales sean derribadas. Y parte de esas estructuras se vinculan al capitalismo y al liberalismo como viene denunciando la filósofa Alicia Miyares.
Argumentar que las mujeres feministas, que no son liberales, quieren someter a los hombres en vez de defender la igualdad, como ha hecho Arrimadas en su entrevista en la Cadena SER, es utilizar los mismos argumentos falsos de los neofascistas. Dice Arrimadas que ella también puede ser feminista sin tener el carnet de otro partido político y tiene toda la razón, el feminismo es suprapartidista. Pero lo que no se no puede ser es no-feminista, o feminista de fin de semana, o feminista de campaña electoral, o feminista de vermut que es lo que pasa con ella. Carente de las mínimas lecturas sobre el feminismo y, lo que es peor, el liberalismo, ahora quiere encarnar el ideal de la mujer feminista moderna y vinculada a la clase dominante que inventa una lucha que lleva directamente a la mujer a tener que vender su cuerpo para subsistir. Sí, señora Arrimadas. Los vientres de alquiler es la máxima explotación de la mujer de clase trabajadora pues, se le niega la capacidad jurídica de contratar su fuerza productora (esto es lo que dicen los liberales como contrato sin dominación, algo que desde Marx se sabe que es falso), esto es se le niega capacidad de trabajo, para intentar comprar/contratar su fuerza reproductiva. O lo que es lo mismo, vender su vientre al mejor postor. La explotación máxima perpetrada por el capitalismo y que Arrimadas vende como feminismo porque hay libertad. ¡Mentira! No hay libertad sino dominación.
Arrimadas hace el caldo grosso al patriarcado que está muy presente en la sociedad aún. Es cierto que en el tema de los vientres de alquiler pulula el poderoso lobby gay detrás de Ciudadanos, pero nadie ha dicho que por ser homosexual se deje de ser patriarcal. Estas cosas no las entiende Arrimadas, ni Rivera, ni Begoña Villacís, quien ha afirmado que aplicará el modelo andaluz (gobierno del trifachito) en Madrid. Así que el feminismo liberal supone entregar la custodia a los machistas neofascistas. ¿Todo en aras de la libertad? ¿Saben lo que es la libertad? Como buenos liberales, o al menos presumen de ello, se quedan con sólo una parte de la libertad, la libertad negativa, la libertad frente al Estado, la libertad de acción en un mundo inexistente, la libertad individual totalmente abstracta y que excluye las constricciones del sistema. La libertad como no dominación ni la consideran y es justo ese tipo de libertad la que piden las feministas. La lucha feminista es colectiva no individual, nadie ha ganado una guerra marchando solo o sola contra veinte batallones. Eso pasa en las películas estadounidenses que, por cierto, suelen pervertir la realidad en favor del espectáculo. Y es esta mecánica espectacular en la que se mueven Arrimadas y sus amigas de la “pandi-naranja”.
Que el feminismo está patrimonializado por las mujeres, no por partidos, es algo que no son capaces de encajar en la derecha española. Y en la derecha naranja mucho menos. Después de décadas de abandono de la mujer por parte de la derecha, que sólo ha utilizado epicleras para aparentar, que mujeres de derechas se sumen al feminismo es bueno. La excepción en la derecha fue la regla mucho tiempo. Ahora bien, llegar como elefante en cacharrería para intentar destruir todo lo construido por millones de mujeres y erigirse en las más feministas, cuando en realidad lo que están haciendo es intentar ahogar al movimiento feminista, no cuela. No es que uno, dos o tres partidos patrimonialicen el feminismo, es que el feminismo en omnicomprensivo y transversal. Y por tanto hay mujeres que son socialdemócratas y feministas, comunistas y feministas, radicales y feministas, liberales y feministas. No es su posición respecto a la lucha de clases, por utilizar un término comprensible para una política nesciente, lo que determina su feminismo, sino su feminismo es el que les ha situado en uno u otro lado de esa lucha de clases. Pero esto es incomprensible para un grupo de ignaras que saben mucho de marketing pero nada del fondo del mensaje. Y el feminismo no es producto de marketing sino una lucha que ahora Arrimadas no va a retrotraer a la década de los años 1960s.
Y para ello llega a la gran mentira: “Nuestra propuesta es altruista, es subrogar la gestación”. Ahí se acaba todo el feminismo porque en su propuesta hablan de compensación a la mujer con ciertas cantidades, determinadas entre los contratantes, por las molestias. De verdad, en Ciudadanos piensan que el resto del mundo es idiota y que no sabe distinguir el alquiler y el altruismo. Existe un libro de hace muchos años donde Thomas Nagel habla de lo que realmente es el altruismo (La posibilidad del altruismo) y, por mucho que hemos buscado, no encontramos que el altruismo sea lo que Arrimadas y sus amigas naranjas no están intentando vender. Pero claro, para Arrimadas este señor que ha pasado por Oxford, Harvard y otras grandes universidades, no sabe de lo que habla. Ella, junto a las chicas de la “pandi-naranja”, está fundando una nueva filosofía, una nueva cosmovisión (si decimos weltanschauung igual no nos entiende), está creando algo que nunca ha sido pensado. Bueno realmente sí ha sido pensado y denunciado desde hace siglos. Nadie le dice a Arrimadas cómo vestirse, ninguna feminista dice cómo vestirse a otra, aunque Arrimadas sí dice cómo utilizar el avión presidencial, cómo hablar en Cataluña, o cómo pensar a los demás. De hecho, si se juntase con otras personas vería que en Podemos, por ejemplo, puede ver a mujeres más refinadas, y a otras más deportiva. Cada una se viste como le place o le llega el sueldo. Porque al final del camino no todo es producto de las voliciones sino de los impedimentos, algo que no entiende Arrimadas y que es clave en la lucha del feminismo. Claro que quieren ser libres las mujeres y por eso luchan contra los impedimentos del sistema. Como hombres y mujeres pueden luchar contra la explotación.
Nadie le quita el derecho a ser feminista a Inés Arrimadas, ni a Marta Rivera, ni a Begoña Villacís, pero deberían al menos respetar a todas las mujeres que llevan muchos más años defendiendo el feminismo y le han dado forma. Al igual que la teoría queer es rechazada por buena parte de las feministas, el invento que tienen en la cabeza los hombres de Ciudadanos (pues ellas son meras epicleras en este y otros temas) también es rechazado porque, tras muchos años de análisis y estudio, las feministas han descubierto los verdaderos impedimentos que son la base de la dominación contra las mujeres. Vamos que Arrimadas no ha inventado una teoría cuántica del feminismo, sino que ha vuelto con suerte a las teorías de Mary Wollstonecraft, esto es, al siglo XIX. Por esto y por usar los mismos argumentos que usan los machistas contra el feminismo, Inés Arrimadas es peor que un machista. Al menos al machista se le ve que lo es. Ella sólo lo hace por una cuestión electoralista porque, saben por sondeos internos, que las mujeres no les votan. ¿Se han preguntado las mujeres de Ciudadanos el porqué? Igual tiene que ver con el machismo y el cuñadismo.