En tiempos de la transición española invitaron las gentes de CCOO a Louis Althusser a impartir una charla. En aquellos, casi decadentes para él, tiempos pueden imaginar que el filósofo francés consiguió llenar hasta la bandera. Estaba en plena pelea dialéctica con el secretario general de PCF, George Marchais, por la deriva antiobrera que percibía. Tras la charla le llevaron a tomar una cerveza a uno de los bares cercanos a la sala donde había estado hablando. Marcelino Camacho y demás camaradas le lisonjearon. Aprovechando un momento de despiste comentó (tal y como cuenta en su libro post mortem Las vacas negras –editorial Akal-) cómo veían la situación los cuatro o cinco obreros que allí estaban…
Lo que sucedió entre Althusser y los obreros deberán leerlo porque dice mucho del movimiento obrero de todo tiempo, pero en un momento observó que había periódicos en la barra. Cogió el Marca y el As donde glorificaban al Real Madrid y al FC Barcelona de Cruyff, a pesar de que el líder –y futuro campeón sería el Atleti-, y sin conocer dijo a los trabajadores que allí estaban: “¿Cómo pueden alabar a un equipo que ha robado en la Copa de Europa de forma tan clara y de continuo?”. Un silencio sepulcral se hizo en el bar. “¿Louis, por favor, cómo se te ocurre hablar mal del Madrid?”.
Esta respuesta dejó perplejo al filósofo pues tenía entendido, por sus diversos viajes a España, que en esos tiempos eran otros los equipos que lograban vencer en los campeonatos. Al llegar a su habitación del hotel, tras no haber querido ir a un espectáculo de revista de Tania Doris y Luis Cuenca en el Paralelo, pensó en lo que acaba de vivir. Él se sentía muy lejos del filósofo marxista de fama mundial que fue. Todo por lo que había luchado (la lucha de clases en la teoría) se estaba difuminando. Eran los tiempos en que la Trilateral ya estaba preparando el terreno para la llegada al poder de Thatcher y Reagan, cuando la red Gladio se hacía pasar por grupos de izquierda terrorista para acabar con todo el marxismo en la práctica.
La sobredeterminación en favor de Real Madrid y FC Barcelona
En ese momento, observando que ya en aquellos tiempos se anteponía el Real Madrid (y el FC Barcelona en el ámbito catalán), percibió que sus elucubraciones teóricas que creía desfasadas y/o agotadas cobraban de nuevo vida. Cierto que la historia carecía de sujeto histórico, pero podía intuir que el Atlético de Madrid podría constituirse en ese sujeto histórico que quebrase el duopolio capitalista. Un nuevo proletariado futbolístico, siempre y cuando, la afición rojiblanca tuviese “conciencia de clase”. Conciencia de estar luchando contra poderosas fuerzas, en ocasiones imperceptibles. Esto encajaría, en cierto modo, con su teoría del materialismo aleatorio.
En la dialéctica entre Madrid-Barça vs. Atlético de Madrid no se produce, como decía la teoría althusseriana, un proceso lineal, con una única determinación, sino que hay una sobredeterminación. ¿Esto qué quiere decir? Que en favor del duopolio son diversas las causas que existen para el mantenimiento de ese poder dual. No sólo hay causas deportivas, las hay legislativas (les permitieron no transformarse en SAD); las hay políticas (no hay político que no se pliegue a sus deseos urbanísticos); las hay federativas; las hay transfronterizas (la bajada de pantalones de UEFA con ellos es antológica e histórica); las hay fiscales (arbitrajes de pitar las cosas más raras del mundo en su favor); las hay populares; y, por supuesto, las hay ideológicas.
Nacionalmadridismo y aparatos nacionalmadridistas en el Estado
Aquí Althusser tenía claro que, además de las fuerzas económicas y judiciales, había una fuerte implicación de los aparatos ideológicos del/en el Estado (véase su obra Ideología y aparatos ideológicos del Estado – editorial Siglo XXI-). La ideología, (en este caso el nacionalmadridismo o nacionalbarcelonismo) con la cual poder dominar, adiestrar y someter pareciendo que es voluntario a los rivales y aficionados, es sumamente importante. Cuando equipos, no hace muchos años, ponían a los suplentes cada vez que jugaban contra los dos equipos-Estado, lo hacían porque estaban ya ideológicamente adoctrinados. Si algún equipo osaba presentarles cara, como ha venido haciendo el Atlético de Madrid, justo en ese momento ejercían su poder los aparatos ideológicos.
La prensa, no sólo deportiva, es nacionalmadridista. Están entregados a mantener el dominio del equipo blanco por encima de todas las cosas. De vez en cuando se observa alguna crítica –también pueden leer y escuchar críticas al capitalismo- pero no es más que parte del espectáculo. Cuando hay que actuar contra el proletariado o el Atlético de Madrid (a día de hoy Sevilla, Betis y demás gallitos no dan ni miedo), el primer ataque es los aparatos ideológicos. Que si dan patadas. Que si juegan feo. Que si el Cholo es esto. Que si… Todo encaminado a condicionar la mentalidad de las personas para que no se salgan de la ideología dominante (el nacionalmadridismo).
Ideologización constante
Toda la teoría althusseriana es aplicable. El nacionalmadridismo es como la gota malaya. Cada día hay una loa y una crítica a quien osa contradecir el discurso totalitario. Si un deportista de cualquier disciplina deportiva vence se le loa hasta la náusea, pero siempre destacando que es madridista. Se trata de hacer ver que estar vinculado de alguna forma al Real Madrid es lo mejor que podría pasar en la vida, lo único. Así no cuentan hazañas (pero sin comerse un título) de un esloveno de la NBA. Eso sí, cuando Robinho viola a una mujer ni comentan que ha pasado por el equipo blanco, algo que sí hacen cuando el impresentable ha sido canterano del Atleti. Es puro actuar ideológico por parte de los aparatos ideológicos.
Como recordaba ayer Juanan CV el “No consuman” de Diego Simeone no tenía que ver con no ver, oír o leer la prensa (toda es madridista o barcelonista) sino que todo lo que allí se cuenta o dice está condicionado por la ideología nacionalmadridista. Tiene que ver con lo que decía Althusser, que hay que dar la batalla en las ideas, en el barro de los aparatos ideológicos del Real Madrid, que son todos.
Acumulación de riqueza futbolística
Tienen el capital porque son parte del entramado del sistema de La Liga y la Federación (sólo les interesan dos equipos como se observa en las promociones y competiciones raras que montan en Arabia), obtienen el capital simbólico de los aparatos ideológicos pero éste es más inestable. Ahí es donde los atléticos (como los de cualquier otro equipo) deben plantear la lucha a muerte, en la lucha en la teoría para obtener aumentar su capital simbólico. Que su ideología tenga presencia pública sin distorsiones interesadas.
Vencer la sobredeterminación del duopolio no es sencillo, pero no queda otra que luchar cada día. Se puede hacer desde la gozadera y las risas, se puede hacer desde el señalamiento a quienes son instigadores de la ideología. Que en las últimas fechas no hagan más que aparecer noticias raras sobre el Atleti, ahora que pueden haber dudas sobre la capacidad del Cholo (la verdadera bête noire del nacionalmadridismo), es algo premeditado y con la única intención de dañar a quienes se rebelan al poder establecido. En algún caso es pura mentira (véase cierto programa nocturno y al patillas), en otros medias verdades (que no deja de ser una forma de engaño).
Louis Althusser, si hubiese vivido en España, habría sido del Atleti porque lo que ocurre en el fútbol español es la plasmación más obvia de su crítica a la sociedad capitalista.