A finales del mes de octubre, Diario16 publicó una serie de artículos titulados «Peligra la presidencia de Ana Patricia Botín» en los que explicábamos cómo los mayores accionistas de la entidad cántabra se estaban planteando ejecutar las estrategias necesarias para sustituir a Ana Patricia Botín. Estos accionistas —bancos custodios, fondos de inversión, gestores de cartera—, no pueden permitir que su imagen quede deteriorada por los movimientos ajenos a las normas bancarias habituales en un banco comercial puestos en práctica en los últimos años tanto por la presidencia como por sus ejecutivos más afines, ya que estos comportamientos están poniendo públicamente en peligro el prestigio e imagen del Grupo Banco Santander.
En el día de hoy Esteban P. Cano y yo hemos recibido más información al respecto de fuentes muy cercanas a varios de esos máximos accionistas norteamericanos, españoles y europeos, de personas que estuvieron presentes en encuentros con altos ejecutivos del Santander donde se confirmó la información publicada por Diario16 en el mes de octubre. En concreto, en esos encuentros, reuniones o cenas se dijo que existían movimientos, ya no sólo de los grandes accionistas, sino desde el interior del Santander para conseguir que Ana Patricia Botín sea relevada en la presidencia, principalmente porque hay mucho temor a las consecuencias que para el banco cántabro y, por extensión, para sus accionistas, podría tener el Caso Banco Popular si la Justicia hace justicia o se toman medidas cautelares como parece que va a ocurrir en breve, tal y como Esteban P. Cano viene publicando en este medio desde hace días, sobre todo si dichas medidas se traducen en fianzas mil millonarias. «El Banco Popular es la gota que ha colmado el vaso», afirmaron a nuestras fuentes estos altos ejecutivos.
Sin embargo, según estas fuentes de primer nivel, no se trata sólo de que se haya elevado la tensión a nivel interno sino que el Caso Banco Popular ha llegado a incrementar, incluso, las fricciones entre la familia Botín lo que hace peligrar seriamente la estabilidad dentro del banco cántabro porque las discrepancias entre los Botín son absolutas y han llegado al enfrentamiento personal.
Este aumento de la tensión hacia Ana Patricia Botín podría venir provocado, en primer lugar, por la seriedad de las acusaciones a las que se enfrenta el Santander ante la Justicia. A estos grandes accionistas les preocupa, principalmente, lo que puedan resolver los tribunales norteamericanos en las demandas interpuestas por Antonio del Valle y por el fondo Pimco, querellas que, por cierto, están aportando, entre otras cosas, la documentación publicada por Diario16. Sin embargo, también les tiene enormemente preocupados la situación real del Banco Santander que se vio reflejada en las cuentas anuales de 2.017 y en las del primer trimestre de 2.018, donde se pudieron comprobar las maniobras contables que ocultaban pérdidas de miles de millones de euros subsanadas con colocar dichas pérdidas en asientos en los que no les correspondían y no influían en el resultado final de la cuenta PyG. En este medio ya explicamos cómo el principal accionista, BlackRock, había reducido su presencia accionarial por debajo del 5%.
En consecuencia, la posibilidad de que el Santander esté presidido por alguien no perteneciente a la familia Botín está cada vez más cerca de ser una realidad.
Peligra la presidencia de Ana Patricia Botín en el Santander (I)
Peligra la presidencia de Ana Patricia Botín en el Santander (II)
Peligra la presidencia de Ana Patricia Botín en el Santander (III)
Peligra la presidencia de Ana Patricia Botín en el Santander (IV)