Con la puntualidad acostumbrada y a través del altavoz de Órdenes Generales, cuando son las 9.15 horas de la mañana del lunes día 8 de Octubre, el Patrullero “Arnomendi” (P-63) con base en el Arsenal Militar de Ferrol, comienza la secuencia de Babor y Estribor de Guardia conducente a preparar el buque mandado por el Capitán de Corbeta (EOF) Alfonso Martínez Ferra para su inmediata salida a la mar, donde volverá a cumplir su misión de Vigilancia, Inspección y Control de Pesca en el Caladero Nacional situado en aguas del Mar Cantábrico.
La llegada al Puente de Gobierno del Práctico de Puerto y la maniobra de desatraque del muelle ferrolano da paso a la orden de “larga todo”. Minutos después concluye Babor y Estribor de Guardia para dar inicio a la entrada del buque en una canal dragada, que es acompañada por un buen tiempo.
A una velocidad reducida y a casi cerca de cuatro millas de la costa, el Comandante supervisa escrupulosamente todo el protocolo establecido para estos casos, poniendo rumbo a la cercana Ría de Vigo, donde reina una meteorología benigna para efectuar una navegación más tranquila.
Así, en esta situación, y pasadas las 15 horas, el “Arnomendi” avista a un barco pesquero de arrastre, de nombre “Himajo Primero”, avisándole por frecuencia radiofónica que se va a proceder a su inspección. Recibida la comunicación, el pesquero se sitúa a unas 1.300 yardas de distancia del “Arnomendi”, que a su vez arría una embarcación neumática donde embarcan la Inspectora de la Secretaría General de Pesca, acompañada del Segundo Comandante del “Arnomendi”, Teniente de Navío Pablo Cartujo Olmo.
Tras una larga espera derivada de la falta de inercia avante del pesquero que estaba recuperando las capturas, en torno a las 15,30, la comitiva de inspección sube al pesquero a través de una escala de gato ubicada en la banda de estribor. A bordo comprueban tanto la documentación como la idoneidad de las artes de pesca para las que están despachados y que su capturas no infringen ni cuotas ni tallas minimas. Tras casi dos horas de minuciosas comprobaciones a bordo se da por finalizada la operación/inspección.
El equipo de inspección regresa al “Arnomendi” con la tarea cumplimentada, eso sí, un poco más “mojados”.