Desde las filas del PP hacen uso de la mala consciencia (que no conciencia) adjudicando al gobierno de España todas las defunciones que superan las estimadas en el MoMo del Instituto Carlos III. Esos extras que, en buena medida, se deben a la pandemia por coronavirus –aunque en realidad no se puede probar con total certeza-, tienen su catalogación bajo las órdenes dadas por las consejerías de Sanidad de las distintas comunidades autónomas a los médicos que certifican las defunciones. Las causas por las que las personas han fallecido más la posible infección por coronavirus que puede haber desencadenado el motivo “real” de la muerte. En el PP cargan los muertos, nunca mejor dicho, al gobierno cuando los responsables son otros y, en el caso de la Comunidad de Madrid, es su presidenta.
A fecha 21 de diciembre de 2020 se puede asegurar sin equivocación (pueden consultar los datos aquí) que Isabel Díaz Ayuso ha ocultado la cifra de 16.719 muertos al resto de la ciudadanía española. La necrofilia del PP es histórica, siempre están contando muertos y adorándolos –siempre y cuando sirvan a sus intereses porque los del Alvia, el Yak-45 o el metro de Valencia parecen inexistentes-, pero lo hacen desde una falsedad, una fantasía que impide señalar a los responsables verdaderos. En el caso de la presidenta madrileña es claro que ha ocultado –bien sea por órdenes expresas, bien sea porque no saben ni lo que pasa en realidad, como se verá- ese extra tenebroso de muertes. Para sumar son los más hábiles y cualquier día aparecerá Pablo Casado diciendo que las purgas de Stalin se quedan pequeñas al lado de los muertos provocados por Pedro Sánchez, pero la realidad, los datos señalan a quien señalan. En este caso a su otrora protegida y hoy competencia a moverle la silla, Ayuso.
No es la única vez que mienten y ocultan datos. El ministerio de Sanidad ya los dejó por imposibles pues ofrecen datos de contagios y muertes según les apetece, según les viene bien para su dinámica de mentiras y acusaciones sin fundamento y ofrecen un día 100 contagios cuando la verdad es que, como se conoce un mes o dos después, ese mismo día había 2.300. Nunca dan datos fiables porque no han dispuesto los medios necesarios para ello. Los 11 millones de gasto sin servicio del IFEMA-hospital a Florentino Pérez; los sobrecostes doblando la estimación del Zendal; la entrega a los Del Pino de otra morterada de millones para gestionar un mortuorio, que es la verdadera intención con el Zendal, porque como hospital se observa que no sirve al carecer de los mínimos necesarios; o tantos y tantos contratos millonarios que se están entregando sin concurso a amigos, allegados y familiares de gentes del PP bien que se gastan. Pero dotar a centros de salud, hospitales o residencias de medios humanos y materiales no. De hecho se despiden a profesores de refuerzo mientras se esconden las verdaderas cifras de contagiados. No se extrañen que en dos meses sepa todo el mundo que hubo en estas fechas 3.000 infectados pero ahora ofrecen 200 para aparentar.
Porque, al fin y al cabo, toda la gestión del PP es aparentar. ¿Qué hace Casado saltándose las restricciones por toda España? Aparentar pues carece de capacidad personal y partidista de gestionar algo a nivel estatal (y lo único que puede hacer no lo hace, véase CGPJ). Donde gobiernan sucede lo mismo. Ahí tienen a Juan Manuel Moreno Bonilla aparentando mientras concede la custodia de las vacunas a la empresa donde trabaja su esposa o compra jeringuillas que no sirven. O Fernando López Miras que alerta por la terrible situación del mar Menor pero permite que sigan estableciéndose más huertas que echan toda la mierda al mar. En todos estos casos, y muchos más, siempre la culpa es de los demás, especialmente del gobierno socialcomunista, así aparentan que hacen todo bien hasta que la realidad les atrapa y les acaba señalando. El problema que tiene el engaño es que más tarde que temprano se acaba sabiendo en una sociedad hiperconectada. Sólo hay que tener valor de publicarlo en los medios que cuentan con la escasa confianza de la ciudadanía. Muchos callan y otros lo contamos. Les molesta que el gobierno ponga un cartel del gobierno de España en las vacunas cuando olvidan que ellas y ellos no sólo han puesto carteles sino que han robado a todos los españoles con campañas de publicidad (lean los sumarios de Gürtel, Púnica, etcétera) y lo peor es que, como sucede con Ayuso, ocultan miles de muertos.