El arquitecto Santiago Calatrava se desvinculó ayer de la etapa del zaplanismo en Valencia tras la publicación por Diario 16 de un reportaje sobre los años del despilfarro del PP en aquella comunidad autónoma. El despacho de Calatrava calificó de “directamente falsas” las informaciones que lo vinculan con los años de Zaplana y Camps y con el hecho de que a menudo recibiera las adjudicaciones más jugosas para llevar a cabo los grandes planes urbanísticos de la ciudad. Calatrava recordó que la Ciudad de las Artes y las Ciencias “es un proyecto que nació en el año 1991 con el Gobierno socialista de Joan Lerma bajo el nombre de Ciudad de las Ciencias y de las Comunicaciones. Este Gobierno convocó un concurso internacional al que se presentó Santiago Calatrava y, finalmente, ganó. Por lo tanto, es rigurosamente falso que recibiera el encargo del “zaplanismo” ni por supuesto ser arquitecto de confianza de ningún “régimen”. Y añade el comunicado: “Es más, el Partido Popular era contrario a este proyecto. De hecho, una vez asumió el Gobierno de la Generalitat lo paralizó durante más de un año”.
Sobre los sobrecostes detectados en la Ciudad de las Artes y las Ciencias el estudio de Calatrava asegura que es “otra información erróna” que el complejo turístico costara 1.300 millones de euros cuando el presupuesto inicial era de 308. Según sus informes, “como hemos señalado antes, la Ciudad de las Artes y las Ciencias surgió como Ciudad de las Ciencias y las Comunicaciones. El proyecto original suponía el diseño y construcción de una torre de comunicaciones, un museo de ciencias y un cine IMAX. Tras el cambio de Gobierno, este llega a plantear sustituir la Ciudad de las Ciencias por la Ciudad de la Justicia. Esta propuesta fue muy criticada desde los ámbitos universitarios valencianos, lo que provocó que esta idea fuera abandonada. El Gobierno pide entonces que la Ciudad de las Ciencias de Valencia se transforme en la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Se elimina la torre y se incorpora, en su lugar, un teatro de ópera sobre los cimientos de la torre que ya se habían construido”. Adicionalmente, el Gobierno Regional incrementó el alcance del proyecto, incorporando una nueva estructura, el Oceanografic, “un gran acuario, que no encarga a Santiago Calatrava sino Félix Candela”, afirma el estudio del arquitecto valenciano. “Posteriormente, el Gobierno valenciano tomó la decisión de volver a incrementar el complejo de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia para incluir otras estructuras: L’Umbracle, dos puentes, un centro de eventos -el Ágora- aparcamientos repartidos en dos plantas con capacidad para 665 vehículos y 25 autobuses, y una nueva urbanización de todo el complejo que incluye unas láminas de agua que no aparecían en el proyecto original. Por tanto, no puede hablarse de que el presupuesto inicial pasó de 308 a 1.300 millones de euros, ya que se trata de proyectos completamente diferentes”, insisten las citadas fuentes.
Sobre las goteras y otros desperfectos detectados con el paso de los años en algunos edificios del complejo situado en el Cauce del Turia, el estudio de Calatrava asegura que “también es rotundamente falso que el Palau de les Arts se inundara en 2007 a causa de las goteras. La inundación de las obras en curso del Palau de les Arts se produjo no por goteras sino por la confluencia de dos hechos que nada tienen que ver con el proyecto. La primera de las causas fue una gota fría que supuso que cayera una gran cantidad de agua sobre Valencia en un corto espacio de tiempo. A ello se unió que se habían realizado obras en el entorno (ajenas al proyecto) para la ubicación del escenario de la visita del Papa a Valencia que provocó que se produjera una recirculación de las aguas pluviales en el entorno y se redirigieran al edificio en obras. Una vez solucionado ese problema, nunca volvió a producirse nada similar”.
El equipo de Calatrava considera “de enorme gravedad” que se le califique no solo como un experto en “estructuras plegables” a nivel internacional, sino también “en estructuras colapsadas, agrietadas y cuarteadas”. “¿Podría decir una sola estructura de Santiago Calatrava que haya colapsado? La respuesta es sencilla, ninguna. No hay una sola de las estructuras calculadas por el estudio de Santiago Calatrava que haya sufrido jamás un colapso ni que se haya comportado estructuralmente de alguna forma distinta a la que estaban proyectadas”, concluye el comunicado.