El presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Carlos Lesmes, ha exigido “ejemplaridad” a los jueces, en su último acto al frente del órgano, donde ha afirmado: «Si los jueces hemos de ser algo, hemos de ser ejemplares, no baste el cumplimiento del deber formal, tenemos que transmitir valores a la sociedad».
Sin embargo, o quizás por eso, el escenario elegido fue Albacete, sede del Tribunal Superior de Justicia de Castilla La Mancha que se encuentra actualmente bajo sospecha de corrupción judicial, aireada por las grabaciones de Villarejo a María Dolores de Cospedal y a su marido.
De hecho la Fiscal General del Estado, María José Segarra, ya ha destituido al fiscal jefe de Toledo, Luis Ibáñez Cuesta, precisamente como consecuencia de esas sospechosas relaciones con la corrupción.
De esta forma se pretende desmantelar definitivamente desde la Fiscalía General del Estado el entramado de relaciones peligrosas que había mantenido María Dolores de Cospedal con la corrupción judicial en Castilla La Mancha y que recogía una famosa fotografía, aquella en la que la entonces presidenta castellano manchega presenciaba el 13 de septiembre de 2013 la toma de posesión del entonces nuevo fiscal jefe de Toledo, Luis Ibáñez Cuesta, que sustituiría a José Javier Polo tras ser nombrado fiscal jefe de Madrid, acompañada claro está del sempiterno presidente del TSJ, Vicente Rouco Rodríguez, y de su mejor amigo en la judicatura, el presidente de la Audiencia Provincial de Toledo Manuel Gutiérrez Sánchez Caro. Los dos magistrados serían denunciados poco después también por su participación en actos de corrupción.