No le entienden, él es un jedi, su sangre está llena de miriclorianos y por ello comparte cierto destino con la Fuerza. Normal las perturbaciones que siente. Esas en las que señala al gobierno como promotor de las mismas. Él lo siente y lo dice para avisar a las demás personas. El problema es que Pablo Casado no se ha enterado que está en el lado oscuro y lo que él cataloga como fuerza no es más que la clase dominante, el verdadero ente perturbador de la conexión entre personas y naturaleza. Que culpe al gobierno por perturbar su cortesanía no es algo que afecte al sistema sino que lo refuerza en su oscuridad. Que un Borbón sea un felón no debería asombrar, pero que se babee hasta quedarse seco para salvar una monarquía cuyo único fin es hacer fortuna a costa de las espaldas de los españoles tiene otro calificativo.
Casado ha dejado una campaña bastante sosa (debe ser que las fuerzas le abandonan). Más allá de hablar de ETA (que como todo el mundo sabe menos en la derecha ha desaparecido); más allá de hablar mezquinamente de paro y caída económica sin hacer referencia a la pandemia; más allá de pedir bajar los impuestos a los ricos, no ha dicho nada especial, ni asombroso. Una campaña insulsa haciendo que se preocupa por los trabajos industriales (cuando en el parlamento intenta acabar con ellos), en la que incluso se puede haber sacado dos masters y un grado, pero insulsa, sin las tonterías típicas de un personaje soberbio como es él. Todo pinta a que: no confía en Carlos Iturgaiz, algo normal y obvio; no le han dejado intervenir más en Galicia por gafe; no ha querido, pensando soberbiamente, dar más bombo a Alberto Núñez Feijóo porque se huele que le moverá la silla en cuanto pueda.
Un jedi que ha sido incapaz de mover todos los elementos de la fuerza en favor del PP porque, como se dijo, hace tiempo que pasó al lado oscuro. En vez de estar con las fuerzas de la República prefiere estar bajo el cobijo del Imperio (capitalismo, IV Reich alemán y EEUU), de ahí que defienda a Juan Carlos de Borbón, antiguo maestro de traidores al pueblo para llenar sus arcas de pesetas y euros, y a su hijo el “preparao” (aunque en esto de “preparao” seguro que tiene algún dilema pues nadie es más que el propio Casado). La inviolabilidad de la jefatura del Estado no se cuestiona porque es la delegación del Imperio en España y eso hay que protegerlo. Además el generalísimo de todos los ejércitos puso a esta familia para salvaguardar los valores eternos de España, esos mismos que defiende Casado contra cualquier pensamiento racionalista. En la defensa del Imperio siempre el presidente del PP estará el primero en la línea de batalla.
Al estar en el lado oscuro es normal que diga que el no nombramiento de Nadia Calviño (agente de la Troika en España) es culpa del gobierno. Normal porque ha ganado una persona que defiende los valores imperiales, aunque ello suponga enviar a los españoles y muy españoles a las colas del hambre. Mientras el Imperio siga mandando Casado es feliz porque piensa que él será galardonado por esas fuerzas imperialistas con alguna mamandurria en el futuro. Verán su enorme capacidad… esto en realidad lo han visto y se han asustado porque como jedi que se ha pasado al lado oscuro deja bastante que desear. Más se asombrarán cuando comprueben que las pruebas para ver el nivel de miriclorianos en la sangre son de otra persona y que él se las guindó gracias a la reina de las ranas Esperanza Aguirre. No es jedi, ni heavy (vocablo que se le parece mucho), sino un sinsorgo que está viendo cómo no le ríen las gracias ni en su propio partido, el cual mira a Galicia con enorme esperanza. Lo único obvio es que está en el lado oscuro del Imperio y lucha con todas sus fuerzas contra la República., tanto como para pedir al gobierno que sean más cortesanos y más “genuflexos” con el hijo del felón.