Hay que comenzar a pensar que todo lo malo que viene pasando en las últimas épocas es cuestión de gafe. Alguien está trayendo mufa a raudales a esta parte del sur europeo. No puede ser que cuando parece que va a pasar algo positivo se tuerza la cosa hasta el punto de pasar a catástrofe. Rebuscando entre las personas que podrían atraer ese gafe a España las señales llevan hacia el presidente del PP, Pablo Casado. Si hacen memoria, aunque pedir eso en estos tiempos de velocidad de deposición de la información es casi pedir un nuevo tipo de virtud, desde que el pepero llegó al máximo cargo en su partido no es que les haya ido muy bien y en España han comenzado a torcerse la cosas. La economía marchaba con un crecimiento aceptable (con un gobierno del PSOE cabe recordar) hasta que se hizo cargo del PP y bajaron unos puntos ese crecimiento. El PP era el partido más votado en casi toda España y hoy suspira por ser segundo (gobernando además junto a la extrema derecha y a golpes con su socio principal Ciudadanos).
La última del gafe Casado ha sido acudir a Torrejón de Ardoz a ver cómo se hacían los últimos test de coronavirus a la población. Ha sido acudir y conocerse que los test empleados son sospechosos. Así lo ha publicado El Confidencial: “Los test rápidos empleados en el estudio de Torrejón están en la ‘lista negra’ de la FDA”. Claro que la historia del presidente popular con los test viene de largo porque señaló al gobierno estatal por haberles colado algunos defectuosos y explicaba que los comprados por los gobiernos del PP eran fetén. Dicho y hecho, se descubre que Isabel Díaz Ayuso le han colocado cien mil test defectuosos. No puede abrir la boca o acudir a un lugar para que acabe pasando algo raro o malo. Otra muestra reciente es su elogio a Alberto Núñez Feijóo en cuanto se supieron las nuevas fechas para las elecciones gallegas, de darle en las encuestas mayoría absoluta sobrada ha pasado el gallego a pedir a los votantes de Ciudadanos y Vox que apoyen al PP no vaya a ser que gane la izquierda. Los suyos deberían comenzar a evitarle e incluso saludarle porque les puede ir la vida en ello (al menos la política).
No vayan a creer que es lo único. ¿Recuerdan que acudió a una granja para hacer una enorme defensa de las empresas del sector y del campo en general? A los tres días se conocía que, pese a estar trabajando en la mayoría de ellas y aumentar los precios de forma acusada en destino (¿algo qué hacer señor Garzón?), se estaban viendo sumamente apurados los empresarios para subsistir y que les pagasen de acuerdo al precio final. ¿Recuerdan que Casado pidió el luto oficial a la semana de estar confinados porque pensaba que iban a ser unos pocos miles de casos y había que levantar el confinamiento? 28.000 muertos con PCR hecha y hasta 40.000 posibles o a consecuencia del coronavirus. Fue hablar del tema del levantamiento y del luto para que las cifras hayan pasado a ser astronómicas. Elogió a los sanitarios y 52.000 de ellos infectados y casi cien muertos. En cuanto aconsejó, de forma indirecta por sus redes sociales, no volver a aplaudirles mejoró todo de forma increíble. Todas aquellas personas a las que haya dado la enhorabuena y les haya agradecido algo en estos últimos tiempos deberían comenzar a hacerse algún tipo de seguro personal porque el gafe no cesa. Ha pasado de pedir que el gobierno acabe en la cárcel a pensarse si le tendrá que llevar algo al talego a IDA.
Sector que señala se hunde. Sector al que defiende comienza con problemas. Dice que el gobierno es inútil y no conseguirá nada de la Unión Europea (instando a sus esbirros bruselenses a que hagan oposición al gobierno en las instituciones comunitarias) y llegan 75.000 millones limpios y otros condicionados (realmente el IV Reich alemán y sus colonias, tipo Holanda, querrán ajustes de otra forma). Alaba a José María Aznar y el yerno de éste aparece en una lista de un conocido pederasta. El otro día alabó a Mariano Rajoy y su “excelente gobierno” así que no sería extraño que alguna causa judicial o alguna enfermedad puedan pasar. En lo que respecta al gobierno actual seguro que consigue aprobar, ¡al fin!, nuevos presupuestos con la ayuda de Ciudadanos. Por cierto, ha sido alabar a Juan Carlos Girauta y comenzar éste a pedir que le “coman la polla por turnos” (lo de tocar mal la guitarra, no sabe llevar el compás, no es culpa de Casado). El problema real es que estando él por el entorno político pueda cometer algún estropicio que afecte a toda la población. Los empresarios ya se han dado cuenta y están mirando a ver quién puede sustituir a Casado a frente del PP (el tito Florentino quiere ahora acabar con Ciudadanos pero tampoco quiere a Casado, aunque huele a que es por motivos de negocios de residencias en Madrid y Castilla y León lo primero). En cualquier caso ante lo que diga o haga Casado ustedes hagan lo contrario y eviten lo que alabe. Si dice que no hay nada mejor que veranear en la playa, huyan a la montaña; si dice que la música de John Willimas es magnífica (si es que conoce al ganador del premio monárquico ese de las artes junto a Ennio Morricone) vayan encargando un obituario; si dice que estudien como él… buen esto aunque lo diga como es mentira no lleva mufa. Estén atentos a sus palabras porque pueden ser perjudicados y que no diga que ama mucho a España porque tela.