La propuesta de Izquierda Unida para leer una declaración institucional de condena del auge del neofascismo no se ha podido llevar a cabo en el Pleno del Congreso de los Diputados por negar el PP con excusas, cuando menos, peregrinas. Nuevamente Pablo Casado se niega a hablar de una ideología cercanísima a su posicionamiento político como sucedió al no querer calificar a Vox en una entrevista televisiva. Es bien conocido que su jefe de verdad, José María Aznar, ha tenido relaciones con Viktor Orban y que Santiago Abascal se ha criado a los pechos de las mismas personas que el nuevo presidente del PP.
El PP se ha justificado, de forma torticera y recurriendo a la mentira y la ignorancia. Para el “inteligente” diputado del PP, José Ignacio Echániz, no se puede aprobar la declaración institucional, que era un calco de la aprobada en el Parlamento Europeo la semana pasada, porque se deja fuera “la otra mitad de la Historia”. ¿Cuál es esa otra mitad de la que hablan? “Todos los fascismos comunistas que a lo largo de muchos siglos han existido en nuestro planeta” ha dicho sin ruborizarse. No se puede poner en menos espacio mayor cantidad de ignorancia junta. Comunismos y muchos siglos, como Fascismo y muchos siglos es una falsedad histórica. Que se conozca en la Edad Media no había fascismo, ni comunismo por ejemplo. De hecho son producto de ciertas reacciones al capitalismo de laissez faire de primero del siglo XX. Muy inculto el señor Echániz, tanto como para soltar una boutade de ese tamaño.
La primera parte de su frase también es una muestra de incultura, de ignorancia, de estupidez política que parece que es típica del Partido Popular. El comunismo es un totalitarismo si se quiere, nunca un fascismo. Es más ambos conceptos son antinómicos. O si se prefiere las dos caras de la moneda del totalitarismo, pero nunca fascismo se puede asemejar a comunismo, salvo que el señor Echániz haya escrito un gran ensayo sobre la materia con datos apabullantes en ese sentido, la casi unanimidad en la Academia es que no son lo mismo. De hecho algún autor que otro ha mantenido que el fascismo-nazismo es una respuesta del capitalismo contra la revolución comunista de 1917. En su estructuración como sistema dictatorial pueden tener algunas cosas en común, pero de ahí a hablar de los “fascismos comunistas” hay un trecho.
Al final lo que no quieren es condenar su fuente política. El PP de Pablo Casado es neofascista en algunos aspectos y mucha parte de su militancia es heredera del otro fascismo, el que impuso una dictadura sangrienta en España. Y claro definirse contra lo que se lleva en la sangre es complicado siempre. Por eso acaban hablando del peligro de los comunistas, de los marxistas o del peligro rojo, porque siguen teniendo insertas en sus venas la lucha contra la conspiración judeo-masónica marxista que decía el fascista patrio. Ese al que veneran en cuanto no les mira la gente. Desde el PP, por tanto, niegan la entrada que dice así: “el Estado español se fundamenta constitucionalmente sobre los valores del respeto a la dignidad humana, la libertad, la democracia, la igualdad, el Estado de Derecho y los derechos humanos, incluidos los derechos de las personas pertenecientes a minorías”. Debe ser que Casado, que no ha leído la Ilíada y habla de caballos de Troya, no quiere respetar los derechos humanos, ni la libertad, quiere como buen neofascista someter a todas las personas mediante procedimientos iliberales.
También quiere pegar Casado a las personas que no son como él, no de ignorantes, sino blancas, muy mucho españolas y de derechas de toda la vida, porque no se comprende que tampoco hayan aceptado que se dijese: “Condenamos por tanto enérgicamente la violencia perpetrada por grupos neofascistas contra minorías concretas, como europeos negros y personas de ascendencia africana, judíos, musulmanes, población romaní, nacionales de terceros países, personas en situación de pobreza severa y sin hogar, personas LGTBQI y personas con discapacidad. También condenamos las amenazas y ataques violentos crecientes por parte de la extrema derecha contra miembros de partidos políticos en España”.
Y todo porque no se habla de Pol-Pot. Ni de Pinochet, Somoza, Trujillo, la familia Saud y demás dictadores que eran/son de derechas. Porque el texto era, como ocurrió en el Parlamento Europeo, contra el avance del neofascismo. Algo que preocupa y mucho en Europa porque aquellas derechas sufrieron en sus propias carnes el fascismo. Aquí, empero, la derecha del PP es producto del fascismo y contento con ello. Del fascismo y de la corrupción claro, pero esto es otro tema a tocar en otro momento. Casado no se moja con el neofascismo porque sabe que debe atraerlo para llenar la buchaca de los votos y a él tampoco le importa que hagan alguna batida según parece. Debe ser que como en el PP se encuentran a salvo por ser pares ideológicos les da igual. Más les vale recordar que Hitler a los primero que pasó a cuchillo fue a los suyos, a las SA. Como hizo Stalin también. Así que más les valdría tener un poco de respeto, por mucho que se sientan neofascistas del Ibex-35, que es como son los neofascistas actuales.