No, no es que Cayetana Álvarez de Toledo vaya por ahí descocada y necesite cubrirse el cuerpo. Es muy libre de vestirse como desee, faltaría más. Lo que debe hacer es no lanzarse a decir cosas que puedan volverse en su contra mediante la sencilla comprobación de los hechos. Vamos, buscar la verdad mirando el BOE sin necesidad de matarse en la letra pequeña. A Pedro Sánchez se le puede acusar de muchas cosas pero no de hacer lo mismo que ha hecho el PP y que haría cualquier partido del sistema de alcanzar el poder. En otras palabras, que Vox, Podemos, Sumar, Ciudadanos y cualquier partido de esos que aparecen y desaparecen en cuanto uno pestañea harían lo mismo. De hecho, lo desean y los expresan sin ambages.

Cayetana, quien es doctora en Historia, doctora de verdad, sin dudas, no como el presidente, debería conocer la historia de la España contemporánea y saber que el sistema tal y como está montado es un «el vencedor se lleva todo». Y ese todo es nombrar todos los cargos dependientes del Gobierno. Antes del análisis sencillo mejor dar la voz a la política y lo expresado en su cuenta de X: «No sabe lo que es una nación (Patxi dixit), ni le importa (“si necesitan más ayuda, que la pidan”). Pretende apoderarse del Estado (colonización masiva de las instituciones, asalto a los contrapoderes) y lo desguaza para satisfacer a sus socios (amnistía, cupo separatista). Y ahora, para eludir su capital responsabilidad en el descomunal drama valenciano, dice que “el Estado somos todos”. Un peligro público».

Que no sepa qué es una nación, ni nada medianamente culto, no extraña a nadie, es así de ignaro —de ahí las sospechas sobre el doctorado—, pero acusarle de apoderarse del Estado (en realidad de la estructura del Estado central) es tener más cara que espalda. Ahora va a resultar que el PP jamás ha nombrado un director de RTVE (el tal Sáenz de Buruaga o Urdaci no han existido); jamás ha nombrado directores de Correos (Feijoo pasaba solo por allí); jamás ha nombrado director y consejeros de Renfe o de la SEPI; jamás ha conseguido establecer una mayoría en el Tribunal Supremo o en el Constitucional; jamás ha nombrado al personal del Consejo de Estado; jamás ha nombrado embajadores políticos; jamás de los jamases ha nombrado a gente del PP para ocupar los cargos de todas las instituciones dependientes del gobierno central. ¡Vamos, anda! No tome a los españoles por imbéciles. Han ocupado todos los contrapoderes como hace Sánchez.

Es mas, si se toma a la prensa como contrapoder, el PP es el perfecto urdidor de una trama de medios de comunicación sobornados mediante los impuestos de los españoles por todas las comunidades autónomas. Periódicos que, normalmente, no aguantarían ni dos meses, están financiados por Ayuso, Mazón, Bonilla y demás palanganeros del PP. ¿Que también lo hace Sánchez? Claro, como lo hacía el PP cuando estaba en el gobierno. En España no existe un verdadero contrapoder porque hasta los sindicatos de clase están untados por hunos y hotros. Los amarillos mucho más. ¿A quién quieren engañar con ese discurso?

Que el perfil de Sánchez sea más totalitario, como se contó ayer, no es eximente de observar que en cuanto el PP llega al poder nombra a diestro y siniestro colonizando todas las instituciones del Estado que puede. Como buena supuesta liberal e historiadora su discurso tendría que haber sido otro, en la senda de la despolitización para que los mecanismos de contrapeso funcionen. Lo que no puede es señalar al presidente por algo que su propio partido está deseando hacer y que hace en otros niveles de la estructura del Estado. Si es que el PP tiene más personal en nómina que Amancio Ortega.

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