La Convención Nacional del Partido Popular y que quería ser la piedra sobre la que apoyarse para relanzar a un partido en horas bajas, ínfimas incluso, se está viendo eclipsada por el caso Máster. Juan Manuel Moreno Bonilla, a quien ya se le está poniendo cara de caduco para ejercer el cargo de presidente del PP andaluz, no podrá darse el baño de poderío por todas las corruptelas y carencia de ética que asolan al PP. Se puede decir que Cristina Cifuentes le ha chafado la fiesta a Moreno Bonilla, por lo que le tocará seguir metido en el armario y ver cómo el populismo naranja andaluz le aparta de las mieles del poder y de la gloria. Será Juanma, ese chaval tan simpático, simplemente y no le podrán recolocar ni en Madrid.
Aunque en su discurso inaugural como anfitrión se ha lanzado a mandar un mensaje de optimismo, no le quedaba otra, y afirmar que están en Sevilla “para mejorar. Somos un partido humilde hecho desde la base, desde las barriadas y estamos dispuestos a corregir lo necesario”. Obviando la demagogia de las barriadas y demás que le hacen parecer Susana Díaz (aunque en su caso es verdad que proviene de familia modesta y migrante), Moreno Bonilla se ha flagelado lo justo. Acaba de pasar la semana santa y bastante purificados se sienten ya. Por eso, ha apelado a ser más permeables con la sociedad (lo que dicen los demás partidos políticos) y a intentar comunicar de manera efectiva las cosas que hacen bien. Habría que recordarle que son tantas las que hacen mal que ni por esas, pero él lo ha manifestado desde la humildad del que ve como le están quitando el poder delante de su cara los populistas naranjas.
Eso sí, hablando de Cataluña y Díaz se ha crecido. Claro que para insultar al ex-presidente de la Generalitat (le ha calificado de cobarde y traidor “¡¡¡a España!!!”) y para exigir a Díaz que haga entender a Pedro Sánchez que deben apoyar los Presupuestos Generales del Estado, en vez de criticarlos tanto. No debe haber leído la prensa desde hace tiempo, más de un año o dos, para comprender que Díaz y Sánchez se hablan lo justo y necesario, o casi nada. Le hubiese sido más efectivo habérselo dicho a cualquier otra persona. Y ha dado pistas de quién debe ser nombrado andaluz del año el próximo 28 de febrero, M. Rajoy. “Gracias a la lealtad de Mariano Rajoy con Andalucía se han salvado los servicios públicos esenciales para los andaluces, y se ha posibilitado que la sanidad, la educación y los servicios sociales sigan funcionando con normalidad. Rajoy ha sido un salvavidas en esos momentos”. Curioso porque en las demás regiones de España dicen precisamente lo contrario.
El apoyo de Cospedal a Cifuentes, indirecto.
Ante el hecho que tapa todo lo que ocurre en la Convención Nacional, María Dolores Cospedal ha dejado claro que “hay que defender a los nuestros y lo nuestro”, en clara referencia a Cifuentes y demás implicados en tramas. No vaya a ser que investiguen mucho más al marido y sus empresas, así que nada mejor que ir adelantando apoyos. Paradójicamente se ha quejado de los medios de comunicación, esos mismos que subsisten gracias a las dádivas de Moncloa, al decir que le extrañaba que algunas cosas sean temas de actualidad y otros no. En un tono muy enfadado hay querido descubrir una conspiración: “Van a intentar desacreditarnos, hacernos juego sucio. Lo van a intentar pero no lo van a conseguir”. Si leyese lo que por aquí solemos publicar, entendería que es el establishment, ese mismo que les ha puesto alfombras rojas y fardos en los bolsillos para sus campañas, se decantó hace tiempo por otro partido.
Los medios, como no, los culpables de que Cifuentes haga trampas, que Isabel Gallego admita que hubo caja B en la Púnica y Gürtel, que M. Rajoy aparezca en unos pagos en sobres en B, que su esposo aparezca en varios expedientes de casos de corrupción… Algo de culpa, aunque sólo sea algo, tendrá el PP. Y si sobre medios de comunicación se habla, que pregunte a su compañera de Consejo de Ministros, Soraya Sáenz de Santamaría que los tiene a casi todos bien controladitos y el caso Máster tiene un tufillo monclovita que echa para atrás. Aunque eso sí, realmente quien tiene más culpa que nadie es Albert Rivera que intenta apropiarse de España, de esa España que gracias al PP “sigue siendo España”. No Finlandia, sino España. “Tal vez seamos demasiado discretos para ir colgándonos medallas y condecoraciones. A algunos les vuelve locos eso de colgarse medallas. La cuestión es colgarse la medalla” ha lanzado contra el presidente populista del partido naranja. Aunque si es sobre medallas, raro, raro, que Juan Ignacio Zoido no se haya levantado para ponérsela a alguna figura de la virgen.
El caso es que entre todos le han chafado al pobre Moreno Bonilla. El cual esta noche tendrá que deambular, llamar a sus amigos Alejandro Agag o Ana Mato para pedirles consuelo. O igual se va a tomar una cerveza, sin alcohol para la vicepresidenta ¡por favor!, con Soraya para pedirle explicaciones de la que ha liado justo ahora que la relación entre los cuñados andaluces y la presidenta de la Junta se ha roto y la Convención le podría haber servido de espaldarazo. “Esto no se me hace a mí, Soraya” podría decirle.