Da igual que ya esté pensando la mayoría de personas que habitan este país cómo celebrar las festividades navideñas o solsticias, bastantes si les alcanza para comprar algo decente para cenar o los regalos de los más pequeños, en Ciudadanos siempre hay un “cuñado de guardia” que siga con la estrategia de inoculación del odio entre la sociedad española. Esa estrategia de destrucción social con tal de ganar un voto más que es propia de Albert Rivera y que siguen las personas de la secta naranja con fe ciega. En este caso el “cuñado de guardia” ha sido Ignacio Martín Blanco. Que por si no saben quién es, les diremos que tiene el cargo de diputado en el Parlament.
Este señor en vez de estar preocupado por cuestiones menos políticas pero más personales y lúdica, ha decidido que había que lanzar la soflama del día contra el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez. Así, después de estar ya cansada la ciudadanía de peleas insignificantes que de nada sirven para solventar sus problemas, el ignaro diputado ha afirmado que “el presidente del Gobierno ha venido a complacer a sus socios separatistas y a participar en la confusión que siembra Torra, que solo quiere seguir con la confrontación”. Haciendo gala del cuñadismo ideológico, que supone, entre otras cuestiones, acusar a los demás de la propia estrategia, dice que Torra quiere seguir la confrontación, cuando es en Ciudadanos los que no dejan de dar la matraca con la misma. Un día festivo les sirve para lanzar odio y posverdades, porque es Rivera y sus sectarios los que quieren seguir con la confrontación, y no sólo en Cataluña, sino extendiéndola a toda España.
Da igual que sea Andalucía, donde no saben cómo justificar el apoyo y pacto sumergido con Vox, Castilla y León, Valencia, Baleares o Madrid, en todos los sitios donde hay un miembro de la secta del odio naranja se lanza el conflicto, se lanza el mensaje del odio y la ignominia. Y como la Caverna mediática clásica y los nuevos cavernarios que se suman (léase El Mundo, El Español o El independiente) dicen que ha habido humillación de Sánchez, ellos aprovechan y siguen con la mentira. Por eso Martín Blanco dice que el secretario general del PSOE “ha blanqueado las tesis del presidente de la Generalitat poniendo en plena igualdad al Gobierno de España con el de una Comunidad Autónoma, como si se tratase de dos gobiernos de dos Estados diferentes”. Son tan ignorantes que no terminan de comprender que la cortesía es fuente del diálogo para superar los conflictos. Que la Generalitat es parte del Estado español y por tanto son dos dirigentes estatales con dos soberanías populares que les legitiman. Que la gran mayoría de España no quiere que siga habiendo pelea y conflicto. Pero en Ciudadanos, pese a ser navidad, tiene que seguir alimentando el conflicto porque es la única política que pueden ofrecer.
Fuera de lo agonístico, de lo antagónico, no tiene más política que la que les viene marcada por el Ibex-35. No quieren una sociedad donde el conflicto inherente al propio sistema capitalista sea visible porque tienen las de perder al defender a los menos contra los más. Por ello el conflicto catalán, como antes el conflicto vasco, les permite llamar a lo irracional que hay en cada persona, desarrollando una realidad paralela y espectacular que impide centrarse en lo fundamental: la transformación del sistema neoliberal. Por eso se escandalizan por los inmigrantes, pero no quieren discutir sobre los porqués de su llegada a nuestras costas. No quieren que se sepa lo que dejan atrás esas personas para llegar como llegan. Porque esa realidad les señala a ellos y ellas, los adalides del capitalismo más salvaje e inhumano que pretenden instaurar en España como país de servicios del doble eje imperial: Alemania y EEUU.
Y por si fuera poco, en estas fechas donde los sentimientos desbordan por la falta de personas (por múltiples razones), alientan el odio contra Sánchez afirmando que tiene abandonada a España. No a Cataluña, sino a toda España. Y lo dicen dos días después de que el ejecutivo del PSOE haya aprobado la subida del Salario Mínimo Interprofesional hasta los 900 euros. Pues no parece que eso sea abandonar a los españoles y españolas, sino todo lo contrario. Porque en Ciudadanos, que no son demócratas sino meritocráticos partidarios del Estado policía, les gustaría que no hubiese ni SMI y así poder sacar hasta los tétanos a cada uno de los que trabajen en el país. Intentan generar un ejército laboral de reserva del capitalismo con cada español de esos que ve Rivera por las calles. Según pasea debe ir pensando el dirigente naranja “a este le pega ser camarero. A este limpiador. Aquella que ponga su útero en el mercado al mejor postor”. Quieren que seamos el excedente laboral, incluso muy cualificado, del Imperio capitalista. Son seres amorales que no dejan ni las festividades tranquilas.