Está cogiendo un ritmo Ciudadanos con las incorporaciones del exterior que casi es imposible saber quién, cuándo y cómo entra la susodicha persona. Aunque, por otro lado, ese deseo de Albert Rivera (vuelve a ser Albert y no Alberto Carlos) de ir incorporando a gentes diversas está provocando que Ciudadanos cada vez se parezca más a un partido de traidores (o cueva de traidores si lo prefieren) o de des(h)echos de tienta, ahora que lo taurino estará en el Parlamento. A derecha e izquierda va sumando personajes, personajillos, desgarrados y excéntricos a su formación para ver si rasca seis o siete votos, o no los pierde que también es válido. Visto el panorama interior, intenta aumentar la calidad de los grupos parlamentarios con fichajes, pero claro al ser lo que son no es que mejore la situación.
El último fichaje ha sido la ex-PSOE Soraya Rodríguez que pegó un portazo no hará ni un mes al partido que la tuvo de portavoz parlamentaria y la permitió tener un sustento durante algunas décadas. Un fichaje para la candidatura al Parlamento Europeo de una mujer que aguantó en el PSOE hasta que se acababa el sueldo, justo en ese momento salió disparada hacia las filas naranjas. Nada pierde el PSOE que tiene cantera suficiente y poco gana Ciudadanos. Albert Rivera se inventará una historia de magnificencia de Rodríguez, de capacidad de análisis y de compromiso progresista, pero eso no empece para que las personas de la calle observen que más bien parece una apesebrada, una sillonera, una traidora y una cantamañanas. Lo mismo puede pasar con Celestino Corbacho, en este caso robado al PSC, que fue ex-ministro de Trabajo con José Luis Rodríguez, que nadie lo quería en su partido y que parece buscarse una pequeña jubilación en Ciudadanos.
No son los únicos, Silvia Clemente ha querido ser el fichaje estrella en Castilla y León pero como no han sabido manipular las primarias electrónicas, deberían preguntar a Echenique cómo hacerlo, no ha podido ser cabeza de cartel. Pero a buen seguro le buscan acomodo de alguna forma porque buenos contactos mediáticos tiene la mujer y eso es un valor para subir en algunas provincias, aunque sea desde el lumpen a la miseria. También del PP llegó hace años Juan Carlos Girauta, quien ahora ha sido deportado a Toledo para ver si allí puede conseguir votos y su propio escaño, cosa harto difícil porque salvo hablar de El Greco es dudoso que el catalán tenga valentía en defender el Tajo y los pequeños pueblos industriales o agrícolas.
Y si bajamos un poco por la geografía española, encontramos que en Andalucía también tienen sus traidores, sus chaqueteros, en especial Juan Marín que ha pasado desde el andalucismo por el PP, un partido independiente y Ciudadanos hasta llegar a la vicepresidencia de la Junta. Desde la joyería que traspasó para vivir de la política hasta casi las puertas de San Telmo, Marín ha ido saltando de partido en partido. Normal que ahora no tenga muy claro ni dónde está. Y si miramos hacia Granada allí encontramos a Luis Salvador, otrora adalid del zapaterismo andaluz, que ha sido empero bajado en el escalafón y ya sólo opta a la alcaldía granadina. Numerosos saltimbanquis de la política profesional en busca del oropel y el sueldo.
A la Comunitat Valenciana han mandado a otro traidor de libro como es Toni Cantó, quien abandono UPYD en el último momento para pasarse con armas y bagaje a la formación naranja. Como las ratas, en cuanto vio que el barco magenta se hundía salió pitando y ahora le deportan a él a una derrota segura en el levante español. Bastante tonterías y mentiras han sido intolerables has en una formación tan cuñadista como Ciudadanos. El fichaje del abogado del Estado Edmundo Bal encaja mejor en la escala de vengativos que en la de traidores, porque parece que en su ánimo está la venganza contra el sanchismo.
Otro caso es el de los des(h)echos de tienta que parece estar fichando Rivera para sus listas. Nos los vende como grandes fichajes de la Sociedad Civil, como experimentados profesionales, y lo que resulta es que parece que, como achacaban a los políticos cuando estaban fuera, van a por el carguito y los contactos porque sus carreras están estancadas. Marcos de Quinto ya no cobra indemnización de Coca Cola tras despedirle y sus empresas, salvo que haya contabilidad paralela, no es que tengan muchos ingresos. Sobreviven de las subvenciones estatales y europeas más bien. Así que ser diputado y poder manejarse desde la esfera del poder político para negocios futuros no le viene mal y el sueldo tampoco. María Muñoz es un caso parecido, aunque no tan escandaloso. Se ha comentado que ha tenido diversas pérdidas, como parece que ha tenido Daniel Lacalle por cierto, en los fondos que ha manejado. Aunque seguramente influya más su reciente maternidad ya que la política es mucho más tranquila que el mundo de los financieros. Porque, seamos serios, ¿piensan que alguien que está ganando millones y millones se va a meter en política a ganar 3.000 euros? No se les ha conocido a estos fichajes sentido cívico-político antes, por lo que algo más pecuniario debe haber detrás.
Un partido que hace apología del cuñadismo como ideología es normal que tenga las puertas abiertas a todos y todas las chaqueteras del mundo, es la casa común de todos los que carecen de principios, ética y/o ideología. De ahí que dejen de vendernos que son liberales y ¡bla, bla, bla! Son populistas del sistema como poco, por no decir que son el brazo político de la fracción dominante del bloque en el poder, esto es, del Ibex-35.