A pesar de lo que afirmábamos ayer en referencia a que todos los reguladores sabían qué estaba ocurriendo en el Banco con detalle y que el problema procedía, sin lugar a dudas, de la salida descontrolada de la liquidez, y que, pesar de eso, se declara el dato como información privilegiada en lugar de ponerle fin a ese problema. Sin embargo, la actuación “magistral” de Saracho, más propia de un “trilero con corbata” que de un profesional que llega a la entidad para “salvar a cientos de accionistas del Banco Popular” hace posible que nadie en el consejo y en el grupo directivo quiera afrontar las consecuencias de esa evolución negativa, antes al contrario, se piensa que se va a poder controlar con diversas medidas embaucadoras del hombre del ministro De Guindos: Emilio Saracho.
A pesar de que la carta de Elke König es una clara comunicación de que el banco va ser intervenido, Saracho minimiza ese problema y asegura que el banco es solvente y cumple con la liquidez, aunque ya había informado de varios incumplimientos en abril y mayo. No ve posibilidades reales de intervención, sólo suponen medidas cautelares ante una posible situación administrativa que la JUR desconoce porque nunca se ha utilizado, según dice. Claramente no se da por aludido del aviso y de la gravedad de la situación.
Saracho se refiere a hipotéticas ineficiencias de las autoridades como forma de eludir sus responsabilidades.
El 31 de mayo sigue sin considerar la extrema gravedad de la situación y cree que es suficiente con tener preparada la solicitud de ELA.
Sólo el 6 de junio es consciente el Consejo de la imposible situación del banco al conocer los datos de evolución de liquidez por la exposición de Saracho. La salida de depósitos es muy elevada desde el 1 de mayo, sin embargo, el día 31 ni siquiera considera que debe pedirse la ELA -línea de provisión extraordinaria de emergencia del BCE a través del BdE-. Sólo lo ve necesario el día 5 y el Banco de España no le da ni la mitad de lo solicitado.
Aun declarando el banco inviable, cree que se puede vender y no advierte al Consejo de las terribles consecuencias para los accionistas del bail-in con el que la JUR va a resolver el Popular y se queda a la espera de lo que decidan las autoridades ante la decisión del Consejo.
Las decisiones que se adoptan son incongruentes y no valoran las consecuencias de lo que están acordando, indiferentes al impacto para los accionistas, empleados y proveedores, inconsistentes con la información que manejan e infantiles por cuanto que esperan que un agente o agentes externos solucionen los problemas. Se da a entender que se controla una situación, cuando, en realidad, no se está respondiendo con medidas adecuadas a su grave dimensión; aunque, dado el carácter diabólico de la trama, habría que decir que Saracho consiguió asustar a todos los que tenía que asustar (especialmente a los depositantes, a los inversores en Bolsa y a una inexperta JUR), para conseguir el objetivo de entregar el Banco al Santander.
En Diario 16 se ha dicho varias veces que la firma de Saracho en la comunicación de inviabilidad del Banco es falsa. Diario 16 ha recogido con detalle este asunto, con una comparación de firmas y las ha aportado al Juzgado.
Diario16 incluyó copias de documentos elaborados por el despacho Uría con las instrucciones para la declaración de inviabilidad. En un correo electrónico que fue publicado hace meses, se resume por uno de sus letrados una reunión mantenida con el entonces secretario del Consejo, Joaquín Hervada, recién designado por Saracho para el cargo. En ese mail, se da cuenta de las advertencias que hacen a Hervada de la conveniencia de declarar la inviabilidad, pero omiten describir las consecuencias; el e-mail menciona que, tras la declaración de inviabilidad por un problema de liquidez, dado el interés público del Banco, la JUR tomaría el control del Banco y analizaría las opciones que la ley le concedía: proveer de liquidez de emergencia, venta de negocios, operaciones de fusión.
A la vista de la información de la que hemos ido disponiendo (y de la que obra en nuestro poder), de los documentos que han ido apareciendo en las últimas semanas, hay varias cosas que hoy sabemos con absoluta certeza, y que, con esa misma certeza, les adelantamos que estamos en condiciones de asegurarles que podemos poner en orden.