El español, respecto a la forma de la jefatura del Estado, es posibilista. Esto es, según le venga mejor o se adapte mejor a sus necesidades se decantará hacia un tipo u otro. No hace mucho se decía que había más juancarlistas que monárquicos, algo que podía tener su fundamento pues por la izquierda se tenía cierto cariño por el republicanismo y por la derecha se pensaba que había traicionado el legado del dictador o se había entregado a juegos (no eróticos) demasiado pluralistas. Monárquicos, lo que se dice monárquicos, en España había pocos en sí. Hoy no es que haya más felipistas que monárquicos sino que los monárquicos van sumando adeptos a un lado y otro de espectro político.
Ayer hubo una marcha republicana en la que participaron IU, Podemos y algunos grupúsculos del PSOE, como JSE e Izquierda Socialista. Sumando gentes de toda España no lograron reunir a más de cinco mil personas (se ve perfectamente por las cámaras de tráfico). Eso es todo el poder republicano en la España actual y eso que desde la derecha (la verdaderamente autoritaria) se pone en duda el valor del monarca como símbolo de unidad y de representación. A estos cuatro y el apuntador del megáfono hay que sumar todos esos movimientos secesionistas de Galicia, País Vasco, Cataluña, Comunidad Valenciana o Baleares —aunque no queda claro si en sus sueños húmedos de independencia no querrían una monarquía de los Puigdemont o los Ortuzar—.
El resto de los españoles ¿qué son realmente? Si cualquiera de ustedes lo piensa con racionalidad es obvio que una monarquía, esto es, el derecho sanguíneo a mandar (con las cortapisas constitucionales que quieran), es bastante menos democrático que una república. En principio y en abstracto es así pero ¿por qué después de los escándalos monetarios y sexuales (al menos los que han costado dinero de los contribuyentes) del anterior monarca no han rodado cabezas? Muy sencillo porque uno escucha o lee a los republicanos y se asusta. Al menos a los republicanos que tiene algo de luz en este sistema informativo.
No es la primera vez que se cuenta aquí pero cabe volver a insistir. Para que haya una alternativa republicana, de verdad, que sea aceptada por todos los españoles o una gran mayoría las propuestas deben explicitarse. ¿Qué tipo de república se quiere? ¿Una república de parte como las dos anteriores y que fracasaron por ello? Si no es una república en la que quepan personas de cualquier condición y opinión ¿para qué apoyarla? Y no piensen que es una cosa de derechas pues los postulados republicanos de estas organizaciones que reúnen a tres amigos excluyen a buena parte de las personas de izquierdas. Como sucede con Pedro Sánchez que ha mandado al fascismo a personas de izquierdas porque no le hacen la genuflexión obligatoria según su parecer (porque saber, poco).
Una república de izquierdas o derechas solo puede desembocar en un conflicto civil. En Europa han tenido que reformar, hasta en democracias más o menos asentadas, sus constituciones porque viraban hacia un lado u otro y eso ha llegado a generar violencia política. Esto nos lo dice la experiencia histórica como también nos narra que debe basarse en tres pilares principales: igualdad, división de poderes y subsidiariedad. ¿Qué significa la igualdad? No solo la de cualquier ciudadano ante la ley sino la de cualquier ente regional con los demás, o lo que es lo mismo, las mismas reglas de juego para todos en base a sus estructuras. Hoy en España eso no se cumple y existen regiones que tienen más derechos o privilegios que otras. Sea una federación o una confederación, todos los entes deben ser iguales.
La división de poderes es obvia y en una república se debería debatir sobre el papel del Jefe del Estado. ¿Se quiere una república presidencialista (¿Imaginan al ardillas de presidente?), semi-presidencialista o parlamentaria? Cualquiera de esas opciones tiene sus implicaciones políticas y sociales y diferentes consecuencias. ¿Cómo se elegirán los jueces? ¿Quién tendrá poder propositivo-legislativo? ¿Se tendrán unos cuerpos de seguridad estatales o no? ¿Cuántas cámaras habría? ¿Cuál sería el sistema electoral para cada elemento de la organización estatal? Todo ello repercute en la división de poderes.
La subsidiariedad ¿existiría en la república o no? ¿Se permitiría a entidades de abajo tener posibilidad de actuar, en colaboración con otras instancias, o no? ¿La sociedad tendría espacio propio o no? Y así un sin fin de cuestiones sumamente importantes que jamás han planteado los republicanos españoles. Primero porque quieren una república de parte donde manden ellos y sus colegas; segundo porque carecen de la capacidad intelectual de imaginar un Estado completo y plural. Todo ello debido a que lo ideológico impregna todo lo que hacen, dicen e intentan (como sucede por la derecha, no vayan a pensar que no).
Sin saber qué tipo de república se ofrece ¿cómo quieren ganar adeptos los republicanos de ambos bandos? Normal que cada vez más españoles, sin tener por qué estar de acuerdo con la monarquía en sí, prefiera lo malo conocido a lo bueno por conocer. Entre otras cosas porque el dicho es paradójico y se sospecha que lo “por conocer” es peor que lo que se tiene. Sin debate público donde todas las voces sean escuchadas, donde todas las aportaciones sean valoradas, donde se prime lo democrático a lo partidista, no hay posibilidad alguna de republicanismo. Si la república española son Zapatero, Sánchez, Iglesias, Montero, Díaz, Santiago, el ardillas y algún raro que aparezca (más todos los turras mediáticos), normal que la gente sea cada vez más V.E.R.D.E. Aunque solo sea por supervivencia.