Es tan burdo el personaje que se le pilla a la primera de cambio en cualquiera de las mentiras que suele proferir. Y no son pocas. En esta ocasión ha querido aparentar ser el presidente del Gobierno de la democracia que más veces ha comparecido en el hemiciclo, con 36 ocasiones. La verdad es que la cifra puede ser esa o no, lo que chocaba en el mismo momento que la ha expuesto con esa sonrisa burlona, que siempre esconde la desfachatez del personaje, pues Felipe González estuvo 13 años gobernando y a malas, es decir, a cuatro apariciones, ya superaría la cifra mágica de la factoría de los sueños de Pedro Sánchez.
Todo esto viene como consecuencia del reproche de la oposición de ausentarse del parlamento más tiempo del recomendable en una democracia parlamentaria. Porque hay que recordar que España es una democracia donde el parlamento ejerce una función fundamental, el control al ejecutivo que emana de él. Alberto Núñez Feijoo se lo ha explicado pero Sánchez ha salido por peteneras señalando que el gallego no comparecía en el parlamento de Santiago. No solo las comparecencias son importantes sino también la presencia en las sesiones de control, salvo causa de fuerza mayor. Y lo que se le viene reprochando al presidente es que sin existir fuerza mayor está en Moncloa haciendo rasquinboling.
Las comparecencias pueden ser a petición propia y a petición de la cámara. En lo que respecta a la petición propia Sánchez tan solo lo ha solicitado en nueve ocasiones. Felipe González lo hizo en 42 ocasiones. Solo con la cifra de comparecencias a petición propia el primer presidente socialista ya es el que más ha comparecido en la historia democrática. Adolfo Suárez compareció en 7 ocasiones en cuatro años. Leopoldo Calvo Sotelo tres en el año y poco que estuvo. José María Aznar en 36 ocasiones en ocho años. José Luis Rodríguez 41 comparecencias en 7 años. Y Mariano Rajoy 26 en 8 años. Resulta que contabilizando las comparecencias a petición propia solamente, tanto Aznar, como Rodríguez, como González han comparecido más que él.
¿Por qué esa manía en mentir en cuestiones tan sencillas de comprobar? ¿Qué gana sino el escarnio de un artículo como este, por ejemplo? Porque, y es algo que iba implícito en el debate parlamentario, Sánchez suele escaparse y comparecer a petición de aquellos que le tienen cogido por las partes pudendas. De hecho ¿recuerdan que existe en España un debate anual llamado «debate sobre el estado de la Nación»? El presidente actual parece haberlo olvidado porque no lo convoca nunca. Cuando debe debatir sin un guion prescrito sale huyendo, se atrinchera en las tablas como buen manso y evita cualquier situación que muestre sus incapacidades, especialmente las intelectuales.
Sánchez tiene un gran problema cual es ser un parlamentario bastante pobre. No tiene gracejo, ni capacidad de improvisación, ni nada que no le hayan dado por escrito. Hagan una prueba si tienen tiempo, durante la campaña de primarias que le llevó por segunda vez a la secretaría general repitió el mismo discurso que le escribieron y lo único que cambiaba era el personaje de la típica anécdota inventada. A más, a más, alguien con tan poco fuste como Patxi López le humilló y Susana Díaz le pegó un meneo de gobierno en el debate de esas primarias. Por eso no quiere aparecer a debatir con libertad, porque le dan para el pelo siempre. Solo el chascarrillo que en esta ocasión en pura mentira como ha quedado demostrado. Añadiendo las comparecencias a petición del Congreso, no está ni entre los tres primeros en la historia de la democracia —sin añadir la democracia de la Restauración, que era limitada como todas las de la época y es posible que compareciesen más , o la dos repúblicas—.