La violencia machista ha provocado más víctimas entre las mujeres que el terrorismo de ETA en los últimos quince años, según publica hoy Diario16. Exactamente novecientas cuarenta y ocho víctimas desde 2003. Y sin embargo, pese a la contundencia del dato, en la calle y en las redes sociales siguen circulando los mismos comentarios irracionales, tópicos típicos sin ningún fundamento ni base estadística provenientes de lo peor del supremacismo masculino. “¿Cuántos hombres han sido asesinados por mujeres? ¿Lo sabe alguien? ¿Por qué el Estado ni tan siquiera contabiliza los varones asesinados?”, asegura un internauta ofendido que parece defender una especie de teoría de la conspiración de las altas esferas para ocultar la verdad sobre la violencia contra las mujeres.
En ocasiones el machista convencido suele esgrimir como argumento que la Ley de Violencia de Género que Zapatero puso en marcha en el año 2004 y el Pacto de Estado del año 2017 trataron de proteger solo a la mujer, olvidando conscientemente a los hombres que también sufren maltrato físico y psicológico. “No vale lo mismo la vida de un hombre que la vida de una mujer”, argumenta el denunciante, que se queja de que los datos de varones muertos a manos de sus parejas siempre se terminan silenciando. Nada de eso es cierto y obedece a un intento de querer poner en la misma balanza el terrorismo machista, un problema generalizado y endémico en nuestro país, y casos puntuales de mujeres que matan a sus maridos o parejas. Las estadísticas del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) muestran la tendencia sobre el número de muertes de hombres a manos de sus parejas o exparejas: 6 en 2008, 10 en 2009, 7 en 2010, 7 en 2011, 4 en 2012, 6 en 2013, 8 en 2014, 10 en 2015… Números que con ser trágicos no pueden compararse ni de lejos con las casi mil mujeres que fueron asesinadas en los últimos quince años.
Estudios oficiales realizados a partir de los datos de las fuerzas de seguridad del Estado, Fiscalía y CGPJ demuestran que los hombres matan un 390 por ciento más que las mujeres. Solo el pasado año más de 29.000 mujeres sufrieron violencia machista. Las estadísticas por comparación resultan demoledoras y desmontan el tópico patriarcal de que alguien pretende ocultar una situación que en realidad no existe.
Y sin embargo, la máquina del fango machista sigue propagando falsos mitos, infundios y mentiras. “Cuando se persiguió atacó y criminalizó a los negros se llamó racismo. Cuando se persiguió atacó y criminalizó a los judíos se llamó nazismo. Cuando se persigue ataca y criminaliza al sexo masculino pretenden llamarlo igualdad”, asegura el anónimo internauta que pretende articular un discurso pseudofilosófico que cae por el propio peso de los datos oficiales. “En España se incita al odio contra el hombre, todos los días a todas horas, en todos los medios, por todos los políticos, instituciones y todos los poderes del Estado. Se magnífica cada vez que un hombre comete un delito contra una mujer, ocultando cuando la violencia la ejerce la mujer contra el hombre, como ha ocurrido recientemente, en que la mujer asestó más de 30 puñaladas al hombre diciendo que si no era para ella no era para nadie”, insiste sin aportar más datos sobre el suceso. No es cierto, como aseguran los defensores de los supuestos derechos de los hombres maltratados, que el Estado no contabilice los casos de asesinatos de varones en el ámbito familiar. Lo que sucede es que la ley se concibió para proteger necesariamente a la mujer, ya que las estadísticas de maltratadas y asesinadas resultaban insoportables para una sociedad democrática y avanzada como es la española.
Y si es cierto que los hombres son maltratados en la misma proporción que las mujeres, como denuncian los integristas de los derechos masculinos, ¿por qué no lo denuncian? ¿por qué solo llega a los juzgados una parte ínfima -casi intrascendente en comparación con los miles de casos de violencia machista que se registran cada año-, de esos supuestos delitos cometidos por la mujer? Los representantes de la caverna machista suelen argumentar que el maltrato contra ellos es una “realidad silenciosa” debido a la falta de apoyos jurídicos a los hombres que quieren denunciar y porque las leyes en materia de protección a maltratados son prácticamente inexistentes. Una vez más, nada de eso es verdad. La Constitución, el Código Penal y el resto de leyes del ordenamiento jurídico amparan a toda persona que sea víctima de un delito. Si no hay más denuncias de hombres acosados es sencillamente porque no existen. También se esgrimen otras razones peregrinas como la falta de recursos del supuesto hombre maltratado (como si todos los agredidos fuesen pobres de solemnidad, oh casualidad) y que no existe un servicio asistencial, ni un teléfono de emergencias como en el caso de las mujeres. Hasta donde se sabe, las centralitas del 091 y la Guardia Civil, más las del Juzgado de Guardia, están operativas las 24 horas del día. Y en cuanto a los problemas de credibilidad, de falta de apoyo familiar y conciencia social y el miedo a denunciar por el ridículo y la vergüenza, se trata de explicaciones subjetivas, otro mito más que no se sostiene en estadísticas oficiales ni en estudios científicos.
Los datos son demoledores: el pasado año se tramitaron más de 29.000 denuncian de mujeres atacadas por sus maridos y parejas
Normalmente las explicaciones de los machistas suelen aferrarse al concepto metafísico de maldad, que anidaría de igual forma tanto en la condición masculina como en la femenina. Sin embargo, una vez más, las cifras revelan que los crímenes son más numerosos y sangrientos cuando vienen de manos del varón. “Existe exactamente el mismo número de mujeres malas y sin escrúpulos que hombres, pues el sexo de las personas no condiciona su bondad o su maldad, y existe exactamente el mismo número de hombres maltratados psicológicamente que de mujeres”, insiste el comunicante constituido ya en representante del poder patriarcal. De nuevo se equivoca. Según un reciente estudio sobre el homicidio de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), publicado en 2014, el 95% de los homicidas a nivel global son hombres. La concentración de asesinatos entre hombres es una de las constantes más firmes de la Criminología. ¿Por qué? Los científicos aún no han dado con la clave: factores genéticos ancestrales, causas culturales, sociales y económicas, anomalías neurológicas y hasta el implacable imperio bioquímico de la testosterona podrían estar detrás del problema.
De modo que cuando los datos son los que son, el único argumento que le queda al varón machista es el recurso al pataleo, un discurso retórico sin base alguna y una afectada victimización. “En España no existe Estado de Derecho, existe una inquisición feminista de género en que todos los hombres están en una especie de libertad condicional que cualquier mujer sin escrúpulos puede convertir en prisión a su antojo obteniendo múltiples ventajas. España es la mayor vergüenza de un país supuestamente democrático y de derecho que persigue y discrimina derechos humanos fundamentales a personas por su sexo y orientación sexual, como así ocurre contra el varón heterosexual en las perversas leyes de género”, arremete el comunicante que contesta a la información de Diario16.
Finalmente al supremacista por razón de sexo, tras soltar su verborrea injustificada contra la mujer maltratada y en un último acto de soberbia e hipocresía, solo le queda el recurso malo de presentarse como supuesto defensor de los derechos humanos. “Todos estamos de parte de las víctimas, pero sean mujeres, hombres, blancos, negros, amarillos, gays, lesbianas, intergénero, todas las personas”. O, en un último acto de demagogia barata, casi de desvarío descabellado, considerar a los hombres seres perseguidos por su sexo o miembros de una raza oprimida a punto del exterminio por culpa de un “genocida criminal derecho penal” similar al que “los nazis aplicaron durante la persecución del pueblo judío”. Y es que donde falta la razón emerge la locura.