En cuanto se sale de los papeles que le escriben, en cuanto no tiene guion que seguir, en cuanto es ella misma sale la Isabel Díaz Ayuso cerril, faltona, nesciente y más chisgarabís. Está tan obsesionada con Madrid como para insultar a las demás regiones de España. Curiosamente aquellas regiones donde hay un sentimiento más regionalista, donde no gobierna el PP (por es no ha incluido a Andalucía que era un clásico del PP) y donde el PP saca sus peores resultados electorales. Como no les quieren a los del partido reaccionario debe pensar la candidata que no hay peligro de insultarlos. No se da cuenta, empero, de que allí hay compañeros suyos de partido que ahora tendrán que aguantar a los demás paisanos por culpa suya. Pero eso le da igual ya que ella no piensa.
Ayuso no nos da descanso. Hoy en #AyusoToday: lo peor de este país es el País Vasco, Cataluña, Navarra y Valencia.
Lo del supremacismo y tal. pic.twitter.com/nU3na9dhBB
— Hugo Martínez Abarca (@hugomabarca) May 21, 2019
Ha debido influir en las palabras de Díaz Ayuso el estar sentada en la cadena de radio más cavernaria y junto a Federico Jiménez Losantos cuando ha afirmado que “le da alas a todo lo peor que tiene este país ya sea Cataluña, País Vasco, Navarra o Valencia”. Resulta que en el PP piensan que Euskadi es un verdadero asco, salvo cuando le prestan el tractor a Aitor; que Cataluña es la cloaca de Europa; que Navarra, donde han gobernado hasta hace bien poco, no sirve ni para el turismo; o que Valencia, ahora que no es saqueada por las hordas de Camps, Fabra y Barberá, es el estercolero del Mediterráneo. No ha metido a Galicia, región con lengua propia, porque allí gobierna Feijóo y no vaya a ser que se caliente y venga a Madrid a mandarles a todos a la calle.
Cualquier político o política con medio cerebro, algo de sentido común y cierto respeto por la propia persona puede decir palabras gruesas sobre un contrincante, aunque no sea lo deseable, pero de ningún modo puede decir eso de una región en general. ¿Qué pueden pensar los valencianos que apoyan en gran cantidad (no como antes eso sí) al PP sobre calificarles como parte de lo peor del país? ¿Qué pueden pensar los navarros que son de derechas y no nacionalistas? ¿Qué puede pensar Albiol? ¿Qué pueden pensar los vascos Javier Maroto o Borja Samper? Como mínimo que la candidata de Madrid ha perdido el oremus, que es medio idiota o que no todo vale en política. Y menos insultar a millones de ciudadanos.
Madrid, siendo vilipendiada por su capitalidad, siempre ha sido generosa con las demás regiones y con las personas que las habitan. No se entiende por qué ahora Díaz Ayuso se lanza a insultar a todos esos millones de personas calificándolos de “lo peor” (por cierto insulto muy pijo y megaofensivo) salvo que en su fuero interno, en esa mínima porción de capacidad que tiene, aliente nada más que odio y un supremacismo capitalino que, por cierto, no es propio de los “madrileños de verdad”. Piensa Díaz Ayuso que está en el centro del mundo y que el resto debe girar en torno a ella. Supremacismo capitalino y fascistilla que no soporta que otras regiones tengan vida propia.
Quien se vende como gran abanderada de la libertad resulta que no quiere que las demás regiones de España opten por ser como sienten y como les gustaría ser. Esto es, Díaz Ayuso no quiere que Euskadi, Navarra, Cataluña o Valencia sean libres sino que estén sometidas al yugo centralista del fascismo español que supura en el sudor de las nuevas generaciones de los cachorros bastardos de José María Aznar. Centralistas no por jacobinos, sino por autoritarios. Porque esos insultos son producto del autoritarismo que encierra en su ser la candidata del PP. Todo lo que no sea pensar como ella debe ser excluido en nombre de la libertad, la cual es sólo elegir médico y colegio. El elegir cómo ser y lograr la autonomía plena como ser humano no es libertad. Mata a Kant, Hegel, Mill o Berlin con sus tacones de dominatrix pepera. Un insulto a la inteligencia es que el PP presente candidatas como ella pero parece que por la calle Génova no van muy sobrados de materia gris últimamente.