La candidata del PP a la Comunidad de Madrid sigue su recorrido por el territorio en busca del voto perdido, que cada día que pasa aumenta más, con una sonrisa en la cara, la palabra libertad en la boca y las intenciones ultraliberales claras. Todo para el mercado, nada para la sociedad. Isabel Díaz Ayuso ha explicado que quiere una Comunidad de Madrid “cada vez más libre donde el comercio tenga facilidades a la hora de abrir, desarrollarse y emplear”. Toda una declaración de intenciones que merece la pena analizar porque, detrás de esas palabras, hay algo preocupante para los trabajadores madrileños: seguir con la precariedad laboral.
El Comercio para Díaz Ayuso debe tener la posibilidad de abrir a casi cualquier hora parece indicar. De día, de noche, o domingos y festivos. Justo la ley que existe ahora y que implantó Esperanza Aguirre ha permitido eso y de ahí que los trabajadores del sector comercial sean los que tienen los empleos más precarios. No sólo respecto a los ingresos, sino a las largas, partidas y extenuantes jornadas laborales. Quiere seguir la candidata popular la estela de la precarización de la clase trabajadora (ojo que en los sectores informáticos no están mejor, como muestran los distintos informes) para que el capital siga acumulando riquezas. Además, con el engaño del emprendimiento como mecanismo de autoculpabilidad de la persona. No avanza porque no tiene capacidad emprendedora, no tiene espíritu de sacrificio, no está adaptado a los tiempos y, por tanto, debe ser un paria social. Lo que está detrás de la libertad de la que habla Díaz Ayuso es justo lo contrario, es esconder la esclavitud contemporánea. Disolver las clases sociales, como se expuso en estas mismas páginas. Para que sólo quede una, pero mediante un mecanismo sofisticado de dominación: el emprendimiento. Debería leer, si no quiere lo que publicamos aquí, a Byung-Chul Han (luego no se queje de darle facilidades de conocimiento).
Emprendimiento, que también es precario e insalubre. No veamos en esta propuesta la creación de grandes imperios económicos, no. Ni de millonarios digitales. Tampoco. Detrás de la propuesta del PP está el autoempleo bajo la lógica del “rendimiento como nuevo mandato de la sociedad del trabajo tardomoderna” (Han, La sociedad del cansancio, p. 29). El emprendimiento no sólo es un nuevo mecanismo de dominación sino que afecta a la salud de las personas mediante depresiones, ansiedades y baja autoestima. El paso de la explotación por un tenedor de los medios de producción a la autoexplotación es lo que propone la candidata del PP. Así, quiere precariedad laboral en los contratados y precariedad laboral y física en los “emprendedores”. A esto lo llama Díaz Ayuso libertad cuando, como dice Han, no lo es: “Esta autorreferencialidad genera una libertad paradójica, que, a causa de las estructuras de obligación inmanentes a ella, se convierte en violencia” (op. cit. p. 31).
A ello que da añadir otra cuestión paradójica, que la candidata también oculta, los datos de productividad del Comercio en la región son gracias a las grandes superficies comerciales de las grandes marcas. No al pequeño comercio que ha sido machacado con la libertad de horarios de Aguirre y la apertura y cierre de tiendas en casi todos los barrios. La destrucción del comercio en Madrid se ha producido por las políticas implementadas por el PP. No han sido ni los rojos, ni los naranjas, sino los muy mucho liberales del PP quienes han acabado con el pequeño comercio. Y ahora está a punto de desaparición el mediano. La únicas tiendas que sobreviven, hace bien poco cerró la librería más antigua de Madrid, son aquellas que están vinculadas a las grandes cadenas o a las franquicias. Es la gentrificación que apoyan desde el PP como modelo de ciudad el que acaba con comercios en aquellos puntos donde podrían tener cabida por especialización, distribución o promoción. Y lo que ocurre en los barrios periféricos o en la mayoría de las ciudades de la Comunidad de Madrid es que el modelo centro comercial, auspiciado por Díaz Ayuso como buen aprendiz de Aguirre, acaba con la oportunidades reales de esas personas que se animan a abrir una tienda.
Oculta la candidata del PP que han sido, por tanto, sus políticas las que han generado precariedad, enfermedades, devastación y caída del comercio. Salvo que el comercio para esta señora sólo sean las grandes marcas comerciales, que tienen detrás a fondos de inversión y clase dominante, y a los grandes centros comerciales. Oculta que no es el comercio el que le preocupa, sino la acumulación de los grandes capitales. Y como hoy ya se le ha recomendado una lectura dejaremos para otro día otras recomendaciones para que aprenda que no hay libertad en sí en los contratos de trabajo. Pero eso otro día no vaya a ser que tanta lectura le sature.