El sistema de educación pública del Líbano discrimina a los niños con discapacidad, según denuncia la ONG Human Rights Watch (HRW). A estos niños se les niega la admisión a las escuelas debido a su discapacidad, y aquellos que logran matricularse, descubren que la mayoría de las escuelas no toman medidas razonables para proporcionarles una educación de calidad. Muchos niños con discapacidad en el Líbano asisten a instituciones que no tienen la función de proporcionar educación, o, sencillamente, no reciben ningún tipo de educación.
El informe publicado por HRW, Me gustaría ir a la escuela: obstáculos a la educación para niños con discapacidad en el Líbano, revela que, aunque la ley libanesa prohíbe que las escuelas discriminen a los niños con discapacidad, las escuelas públicas y privadas excluyen a muchos niños con discapacidades. Para aquellos que logran matricularse, las escuelas a menudo carecen de adaptaciones razonables, como modificaciones al entorno del aula de clases y los planes de estudios, o de métodos de enseñanza para abordar las necesidades de los niños. Las escuelas también exigen que las familias de los niños con discapacidad paguen tasas y gastos adicionales que, de hecho, son discriminatorios.
«Las prácticas de admisión discriminatorias están privando a los niños libaneses con discapacidad de recibir una educación. Sin una opción real para obtener una educación inclusiva de calidad, miles de niños con discapacidades quedan rezagados», señaló Lama Fakih, directora adjunta para Medio Oriente de Human Rights Watch.
Según las leyes, tanto libanesas como internacionales, todos los niños deberían tener acceso a una educación de calidad sin discriminación. La Ley 220 del Líbano garantiza a todas las personas con discapacidad el derecho a la educación y a otros servicios, sin embargo no se está poniendo en práctica.
El camino educativo de los niños con discapacidad en el Líbano está plagado de escollos logísticos, sociales y económicos que hacen que, a menudo, enfrenten una experiencia escolar comprometida, si es que siquiera pudieron llegar a matricularse.
Para realizar el informe, Human Rights Watch entrevistó a más de 200 niños con discapacidad y sus familias, funcionarios del gobierno, expertos en derechos de las personas con discapacidad y personal docente, y visitó 11 escuelas públicas y privadas, 17 instituciones y 6 proveedores de servicios.
Las familias dijeron que las autoridades escolares alegaron varias razones, a veces inhumanas, para negar la admisión de sus hijos. Aunque la exclusión no sea una política, se ha convertido en una costumbre.
Pocas escuelas en el Líbano son físicamente accesibles y el gobierno no hace muchos esfuerzos para llevar a cabo adaptaciones que los niños podrían necesitar para prosperar. Human Rights Watch descubrió en casi todos los casos que los maestros y administradores escolares carecían de formación en educación inclusiva y que las escuelas no disponían de fondos para proporcionar suficiente personal, en particular ayudantes para brindar apoyo directo a uno o más niños. La educación inclusiva implica que los niños con discapacidad estudien en las escuelas de su comunidad con un apoyo razonable para alcanzar logros académicos.
Para los niños que no pueden matricularse en las escuelas, hay 103 instituciones especializadas financiadas por el Ministerio de Asuntos Sociales que sirven como alternativa para los niños con discapacidad. Sin embargo, los recursos educativos en muchas de estas instituciones son de mala calidad. La falta de monitorización, los mecanismos de evaluación deficientes y la escasez de recursos apropiados generan serias preocupaciones sobre si estas instituciones cumplen con el derecho de los niños a la educación.
Las condiciones en algunas de las instituciones son problemáticas. En dos de las instituciones residenciales visitadas por HRW no había separación entre los niños y los residentes adultos, lo que se traduce en una falta de privacidad y una supervisión inadecuada. En muchos casos, la distancia y el costo del transporte hacen que muchos niños terminen pasando la noche en estas instituciones, separándolos en la práctica de sus familias y comunidades durante períodos de tiempo considerables.
No hay datos claros sobre el número total de niños con discapacidad en el Líbano ni sobre cuántos asisten a la escuela. De los 8.558 libaneses de 5 a 14 años registrados en el Ministerio de Asuntos Sociales como niños con discapacidad, 3.806 se encuentran en instituciones financiadas por el gobierno, y algunos otros están distribuidos entre escuelas públicas y privadas.
Sin embargo, otros datos plantean la preocupación de que decenas de miles de niños libaneses con discapacidad puedan ser excluidos del registro oficial de discapacidad del Líbano. El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Banco Mundial estiman que el 5% de las personas menores de 14 años tiene una discapacidad, lo que arrojaría una estimación conservadora del número de niños libaneses de entre 5 y 14 años con una discapacidad de 40.000.
En los últimos años, el gobierno libanés ha dado pasos en la dirección correcta. El Ministerio de Educación ha realizado algunos esfuerzos para incluir a los niños con discapacidades de aprendizaje en las escuelas públicas. También está planificando un programa piloto para 2018: 30 escuelas públicas incluirán a niños con discapacidades de aprendizaje y 6 matricularán a niños con discapacidades visuales, auditivas, físicas e intelectuales moderadas.
El derecho a la educación se aplica a todos los niños, incluidos aquellos con discapacidad. Como Estado firmante de las Convenciones sobre los Derechos del Niño y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, el Líbano está obligado a proporcionar educación primaria obligatoria gratuita y acceso a la educación secundaria sin discriminación a todos los niños. La educación inclusiva beneficia a todos los estudiantes, no sólo a los estudiantes con discapacidad. Un sistema que satisfaga las diversas necesidades de todos los estudiantes beneficiaría a todos y es un medio para lograr una educación de alta calidad y puede promover una sociedad más inclusiva.
Los obstáculos a los que se enfrentan los niños con discapacidad no son exclusivos del Líbano. La UNESCO estima que más de un tercio de los 121 millones de niños en edad primaria y secundaria que no asisten a la escuela en todo el mundo son niños con discapacidad.