Casualidad, todo debe ser fruto de la casualidad. Mas no deja de ser curioso que dos de los “rojos” de la ejecutiva del PSOE, la tercera pudiera ser su presidenta Cristina Narbona, vayan a compartir estancia diplomática en París. Una oportunidad para pasear por la rive gauche y comprar libros en las pocas librerías que quedan en esa zona por culpa de la especulación. El caso es que Manuel Escudero (OCDE) y Andrés Perelló (UNESCO) han sido nombrados embajadores de organismos internacionales con sede en la capital francesa y coinciden en ser de los más izquierdistas que tenía Pedro Sánchez en su ejecutiva. Además, de haber sido dos de los que más recorrieron España para hablar en las charlas de las distintas Plataformas de militantes que se crearon al albur de la dimisión de Sánchez como secretario general por las presiones de diversas baronías.
Manuel Escudero, a quien se recuerda más dentro del PSOE por su empuje durante el fracasado Programa 2000 de Alfonso Guerra, tampoco es un rojo de manual. Digamos que es un socialdemócrata clásico, como Narbona o Josep Borrell, pero que con el paso del tiempo y la deriva hacia la derecha que ha sufrido el PSOE parece hasta peligroso. No hace mucho juraba por Jeremy Rifkin (hoy casi olvidado) y su fin del trabajo, posición que mantiene con matices en una sociedad futura con menos trabajo en sí, pero más dedicada a la innovación y ciertos servicios sociales. Claro esto en occidente porque en otros lugares el capitalismo salvaje campa a sus anchas. Promotor y partícipe del Foro de Economía Progresista y siempre buscando la formación de un ala izquierda en el PSOE que hiciese frente ideológica y formalmente al giro a la derecha y las terceras vías. Y eso que se doctoró en la London School o Economics (and Political Science, que esto siempre se olvida) gran factótum fabianista y revisionista en pos del liberalismo con cara humana, y ha pasado por las universidades de Deusto, el Instituto Empresa. Los últimos años estuvo trabajando para el proyecto Global Compact que pretendía una educación responsable en las escuelas de negocio (mucho RSC y demás). Vamos que un político tirando a rosa.
Andrés Perelló sí que puede ser considerado un “rojo peligroso” por su pertenencia desde el principio a la corriente del opinión de Izquierda Socialista (Esquerra Socialista del PSPV), aunque muy dedicado a la alcaldía de Buñol y la política valenciana en los años duros del PP más corrupto de la historia. Un político siempre pensando en los derechos humanos, los valores republicanos, la memoria histórica, las cuestiones europeas (no en vano ha sido eurodiputado) y siempre en sentido socialista. Gradualista, como todos los socialistas europeos (e incluso comunistas), pero siempre caminando por la izquierda en muchos sentidos. Al igual que Escudero son muchos años intentando generar un ala izquierda que casi se consiguió con la candidatura de José Antonio Pérez Tapias a la secretaría general del PSOE, pero que quedó en el limbo. Aunque buena parte de esas fuerzas que en aquel momento disputaron a Sánchez y Eduardo Madina el poder partidista se pusieron a la cabeza de la lucha contra lo que las baronías habían provocado y apoyaron la vuelta de Sánchez.
Son dos “rojos”, cada uno con su visión no antagónica de una sociedad futura, que compartirán destino diplomático en París. Algo que ha servido para que en foros internos del PSOE se hable de “patada hacia arriba”, más en el caso de Perelló, por parte del secretario general para no tener muy cerca dos independientes y con posicionamientos fuertes de izquierdas. París, es cierto, está a dos horas en avión, pero no deja de ser menos cierto que podría haber durante esta etapa numerosas reuniones y quehaceres diplomáticos que impidiesen a los dos ejecutivos estar en el día a día de la actividad y reuniones del partido. Dejar sola a Narbona y Toni Ferrer en Ferraz frente a ejecutivos más diversos y transversales. Menos políticos, menos enraizados con la tradición socialistas y menos ideologizados (en algún caso nada ideologizados).
Por cierto, algo que desde medios de la derecha han comenzado a utilizar contra el secretario general y su abandono del “Somos la izquierda” ahora que está en el gobierno. A lo que se suma la práctica inexistencia de Izquierda Socialista y el sometimiento de sus actuales dirigentes a Santos Cerdán. Pero no dejan de ser más que casualidades y la recompensa por años de buen trabajo y una buena capacitación para el desempeño de las labores que tendrán que realizar en ambas sedes diplomáticas. Porque, frente a una eventual salida de pata de banco por la derecha de Sánchez y sus acólitos, no duden que cualquiera de los dos nuevos embajadores no se callarían. No tienen deudas de partido y han demostrado a lo largo de los años que sus principios y ética están por encima de leyes de hierro de la oligarquía en un partido. No deja de ser coincidencia que vayan a estar dos rojos en París. Pura coincidencia o ¿no?