Igual tienen la mala suerte de recordar una película titulada en EEUU como Dumb and Dumber y que en España se tradujo como Dos tontos muy tontos. Los personajes de Jeff Daniels y Jim Carrey podían tener su gracia y hasta caer bien porque eran gente que se movía bajo mecanismos simples del pensamiento, una forma de vivir en una realidad paralela e imaginada que tenía su gracia fílmica. El problema es cuando personas así pueden optar a ocupar los máximos puestos de responsabilidad de sus respectivos ámbitos territoriales, como sucede con los dos personajes que aquí se verán.
Ayer mismo coincidieron en las páginas del diario ABC estos dos personajes, uno escribiendo una tercera (página de opinión que es lo primero que cualquier persona se encuentra con el diario en papel) y otro siendo entrevistado en el suplemento de Toledo (porque el resto de Castilla-La Mancha no merece más que una o dos columnitas) del mismo periódico. Y si uno vive en una especie de realidad paralela que trata de encajar con su mitomanía, el otro directamente vive en otro mundo distinto. Pablo Casado, en vista que no tenía preguntas que contestar, ni podía parar la lava del volcán de La Palma, ha matado el tiempo escribiendo la tercera –en realidad tiene pinta de que se lo han escrito porque no encaja con otros lenguajes anteriores- donde muestra que muy inteligente no parece.
Comienza recordando al filósofo Julián Marías y su famosa frase de la transición sobre la aproximación de la España real con la España oficial (o política). Se lamenta que, ahora, no existe ese encaje entre una y otra… por culpa de Pedro Sánchez (¿Quién si no?) porque está al mando del gobierno “más radical de nuestra historia”. O no conoce la historia, o no sabe lo significa radical. Si se toma la cuarta acepción del diccionario de la RAE se dice que radical es “Partidario de reformas extremas”. Reformas extremas llevó a cabo el PP de M. Rajoy y no se le recuerda decir nada en contra (también los hicieron Felipe González –al que ahora define como modelo- o José María Aznar y no menos los liberales del siglo XIX, por lo que la comparación histórica es cuando menos subjetiva) y el gobierno Sánchez que se sepa no ha hecho reforma alguna de calado. Por tanto no puede deberse a postulados reformistas, de ahí que toque irse a otra acepción, la quinta, “Extremoso, tajante, intransigente”. Una acepción que se le puede aplicar a él mismo por mostrarse intransigente a la renovación del CGPJ, por ser extremoso en sus viajes por la UE pidiendo que no se entregue dinero a España y lo de tajante no se le ha visto porque tiene miedo a perder su cargo a manos de los senadores con cuchillos de su partido. Por no hablar de sus socios de gobierno en numerosas alcaldías y comunidades autónomas. En un momento donde todos los partidos nada más que buscan la escisión espectacular, pues ninguno tocará el núcleo mismo del sistema, donde se buscan las peleas, donde se insulta más que razona, hablar de radicalismos es poco menos que una estupidez.
Como no reconoce ser parte del problema, él sigue hablando de los suyo. Utilizando el término libertad como significante vacío o como bálsamo de Fierabrás que sirve para todo. “Nosotros creemos en la Nación y en la sociedad abierta; en la libertad y en la responsabilidad individual; en el Estado de derecho y en la seguridad; en el libre mercado y en la propiedad privada; en la igualdad de oportunidades y en el Estado de bienestar” deja por escrito como declaración de principio. Curioso que colectivice mediante el término Nación pero luego se muestre individualista, que crea en el Estado de derecho pero se niegue a cumplir con lo que éste determina, o en el Estado de bienestar cuando se dejan los centros de Atención Primaria sin servicio o sin financiación. No hay más donde rascar.
El de La Mancha
El sosias y compañero de aventuras de Casado está en La Mancha y se llama Francisco Núñez (si miran la foto del artículo comprobarán que hasta visten igual). Si aquel da risa cuando habla, incluso entre los suyos, éste roza el patetismo. Fíjense si es patético que dice que se ha recorrido la región de punta a punta y nadie le ha visto. Pero lo más gracioso es cuando le preguntan por qué asimila a Sánchez con Emiliano García-Page y responde “porque son socialistas los dos. Y por tanto aplican políticas socialistas”. Pese a haber estudiado Ciencias Políticas (no se sabe qué rama) sería complicado que le sacasen una definición de socialismo más allá del mononeuronal “son malos y totalitarios” del liberalismo totalitario. Como todo el mundo puede observar, menos él, no es lo mismo lo que hace uno y otro, pero lo curioso es que en el desarrollo de la entrevista acaba diciendo que va a hacer lo que está haciendo García-Page… bueno es lo que dice pero miente.
Núñez llegó al poder del PP manchego diciendo que lo mejor era privatizar la Sanidad, pero hoy pide más inversión en Atención Primaria (que igual no ha visto los centros creados por la administración García-Page). Lo único que quiere es que se quiten los impuestos y se aumente la inversión… ¡Esperen! ¿Cómo se paga más inversión si se quitan los impuestos y hay que contener la deuda? En este momento el cerebro de Núñez se ha bloqueado. Pero no se preocupen que ha encontrado la solución a los problemas de natalidad y de envejecimiento porque hay que potenciar “el deporte, la cultura o el tercer sector”. ¿Cómo se han quedado? Aún hay más, quiere potenciar la natalidad pagando (con dinero de los impuestos que quiere quitar, obvio) más por cada hijo que se tenga… Esperen. El problema no es la gente que se queda, que tiene los hijos que entiende quiere tener, es la que se va porque no hay infraestructuras nacionales/europeas lo que impide que muchas empresas puedan asentarse en la región. ¿Cómo va a pagar por hijos que no nacerán en CLM porque los padres no viven en la región? Un misterio ¿o no? Porque si hay centros de atención primaria, este es el pensamiento de Núñez, la gente se quedará o vendrá a los pueblos y ciudades…
Luego se queja porque García-Page no hace caso de sus propuestas. Normal, es que no las hace ni un niño o niña de tres años. Pero claro, cuando hay rumores de que se lo quieren cargar en Génova (algo confirmado con fuentes del PP), la culpa es del presidente manchego que le tiene miedo porque debe haber encuestas que le dejan sin gobierno. El miedo lo tienen en el PP por el ascenso de Vox en alguna provincia. Nada mejor que mentir y manipular como hace su sosias Casado. Cuando la realidad no encaja con lo que uno desea, nada mejor que inventarse una paralela, aunque en el caso de Núñez es más bien una fantasía constante donde se ve querido por las masas manchegas (no le conoce ni dios y cuidado que dios tiene iglesias en CLM), donde aspira a ser ministro de Casado y el intelectual orgánico preferido. Como en la película de los hermanos Farrelly, estos dos van felices por el mundo sin comprenderlo. Algo que no es malo salvo que puedan tener poder de gobierno. Y eso sí es peligroso para la salud de todo el mundo.