El ejército israelí cerró las entradas a la aldea palestina de Nabi Saleh, al norte de Ramallah, en la ocupada Cisjordania, y declaró el área como una zona militar cerrada que impedía la entrada a ella.
Las fuerzas israelíes levantaron barreras en la carretera principal que conduce a la aldea e impidieron que los palestinos, incluidos los periodistas, ingresaran. La razón que esgrimió el ejército para esta acción es que debían interrumpir la celebración de una manifestación en apoyo de Jerusalén y para protestar contra las medidas israelíes contra la aldea.
Bilal al-Tamimi, un activista local afirmó que los soldados israelíes impiden que los no residentes ingresen a la aldea. Sin embargo, algunos pudieron ingresar tomando rutas alternativas, pero más largas, para participar en la manifestación, que también incluye una marcha de protesta al cercano asentamiento israelí ilegal de Halamish para condenar las actividades de asentamiento de Israel, condenas que también han realizado países como Jordania o España.
A pesar del cierre, la marcha de protesta contra el reconocimiento del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, de Jerusalén como la capital de Israel y de las medidas israelíes contra la aldea tuvo lugar como estaba previsto. Sin embargo, no fue una manifestación pacífica ya que las fuerzas israelíes atacaron a los que allí se concentraron. Varias decenas de palestinos sufrieron la inhalación de gas lacrimógeno y dos fueron alcanzados por balas de metal recubiertas de goma disparadas por las fuerzas israelíes.
Los habitantes de la aldea también estuvieron realizando mítines en apoyo de Ahed Tamimi, la niña de 16 años que fue detenida el mes pasado por alejar a los soldados israelíes que asaltaron violentamente su casa y su aldea.