El presidente Luis Abinader asumió la Presidencia de la República Dominicana en agosto del 2020, después de estar ocupada por el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) durante 16 años consecutivos. Desde entonces, Abinader, como tantas veces hemos manifestado, se está enfrentando a dos crisis internacionales que, de manera negativa, han impactado en el resto de países en general: el Covid-19 y la guerra geopolítica que enfrenta al mundo en Ucrania. Y todo ello, con transparencia democrática en su gestión.
Ante estas adversidades, el presidente ha dado la cara ante el pueblo dominicano, escuchándole, respondiéndole lo que necesita saber y saliendo a gobernar a la calle con el objetivo de aclarar sus dudas y respetar el derecho a la información que tiene la ciudadanía desde la aceptación del pensamiento critico que engrandece en honestidad y democracia a los gobernantes que lo ejercen.
Ante la salida del gobierno de Danilo Medina, el pueblo dominicano y los países donde trabaja y vive la diáspora dominicana se ha hecho muchas preguntas acerca de la gestión del expresidente, tras darse a conocer múltiples presuntos actos de corrupción durante los gobiernos del PLD, de los cuales, algunos están sometidos a la justicia y bajo proceso de investigación.
Desde aquel entonces, Medina no se había presentado públicamente en eventos masivos ni dirigido a la ciudadanía. Hasta este domingo cuando, en vez de pedir perdón y devolver o hacer devolver a los dominicanos los fondos que sus gobiernos ha restado a las arcas de la Nación dominicana, Danilo lo hizo con el fin de atacar, sin motivo ni razón, al gobernante que le está soportando.. Tal vez, con esa devolución, se pudiera paliar la crisis avenida por motivos ajenos al presidente Abinader.
Entre otras cosas, el exjefe del Estado dominicano afirmó “que su partido es el único que escucha a la gente”, descabellada afirmación y burla para cada ciudadano del país que aún sigue esperando una explicación sobre cómo en las pasadas gestiones del PLD se administraron los recursos públicos, entre otros temas. Por citar un ejemplo, el caso del exprocurador que dirigió el Ministerio Público en algunos años de su gobierno y hoy está detenido bajo investigación.
Durante el acto, Danilo hizo varios comentarios que citaremos a continuación:
“Pido el favor al Gobierno de Abinader que ‘no nos haga retroceder que, ¡no nos lleven veinte años atrás!’ y ‘que tenga compasión, que mire a su alrededor, que escuche el clamor de la gente’”.
¿Por qué será que Medina no quiere el retroceso de veinte años atrás? Será que cada año de esos veinte a los que se refiere, no los considera positivos para la República Dominicana. La manera más simple de entender a qué se refería es que si los casos que están sometidos llegan a ser condenados como consideran, demostrarían a República Dominicana, que durante tantos años estuvo sometida a la corrupción y, quizás, esa sea la razón de la petición de no llevar el país a veinte años atrás, porque nos imaginamos que cuando dice veinte años atrás se refiere fundamentalmente a los dieciséis años de gobiernos del PLD, mas aún a los ocho de su mandato presidencial. ¡Sarcasmo!
“Y si bien es verdad que en dos años no se puede hacer todo, no lo es menos que en ese tiempo sí se pueden destruir muchas cosas conquistadas durante su gestión”.
Es cierto, porque en ese tiempo se pueden destruir muchas prácticas irregulares que durante su administración predominaron, según dice el pueblo dominicano, basándose en lo que dice la justicia. Pero no solo se pueden destruir cosas. Predominan otras muy convenientes para una buena gobernanza, como lo son la transparencia, la ética o los valores morales.
“Hoy no podemos evitar ver con dolor y preocupación el camino que están tomando las cosas”, expresó Medina, previo a decir que cuando dejó el gobierno en el 2020, en medio de la pandemia, “le deseamos suerte sincera al gobierno, conscientes de que su suerte sería también la que viviríamos todos los dominicanos”.
¿Será que Medina sentirá alguna culpa que le hace ver las cosas con dolor y preocupación? Por fortuna, el presidente Abinader ha dispuesto independientemente de la suerte de ser un dirigente honesto por casta y dedicación del conocimiento de gestión política y trabajo constante, que tienen como único fin la felicidad del pueblo dominicano.