Todos los países del mundo tienen que convivir y luchar contra estigmas o tópicos que, en muchos casos, no se corresponden con la realidad. Esto es lo que sucede con República Dominicana y sus destinos turísticos. En muchos lugares del planeta se piensa que el país caribeño es sólo un paraíso de playa y sol cuando, en realidad, es mucho más y, desde agosto de 2020, se está convirtiendo en un destino de inversiones extranjeras para otros sectores.
Además, siguiendo la agenda del cambio de Luis Abinader, también se ha despertado el interés en la formación, la digitalización o la transición tecnológica para terminar con la brecha de la desigualdad y que todos las familias dominicanas tengan acceso a una educación de calidad que derive en prosperidad y desarrollo tanto personal como del propio país.
Esto se ha podido comprobar durante el reciente viaje oficial de la vicepresidenta de la República Dominicana, Raquel Peña, a Japón, donde está teniendo una intensa agenda. En una de las reuniones mantenidas por la vicemandataria, la comunidad universitaria nipona mostró un alto interés en colaborar con el país caribeño en escenarios que son fundamentales para el desarrollo dominicano.
Durante el encuentro, los representantes de las universidades más importantes de Japón firmaron un acuerdo donde mostraron su intención en colaborar con República Dominicana y llegar a acuerdos con las universidades dominicanas y con el propio gobierno.
Las áreas donde las entidades educativas niponas están más interesadas en colaborar son, además de la propia formación superior, tecnología, ciencias modernas, mecatrónica, y robótica. Además, un aspecto importante del documento firmado es la inclusión de la intención de realizar investigaciones conjuntas con las universidades dominicanas, el intercambio de experiencias en la creación de beneficios públicos y globales.
El presidente Luis Abinader y su gobierno son conscientes del mundo en el que viven y, en consecuencia, saben que la formación tecnológica es fundamental para mantener el crecimiento y la estabilidad que se ha implementado desde agosto de 2020.
El nuevo estilo de gobernar del presidente dominicano se basa, fundamentalmente, en generar beneficios a la ciudadanía, a que el ejercicio del poder tenga un retorno directo en la mejora de las condiciones de vida del pueblo. Por eso, el hecho de que se hayan conseguido estos acuerdos con las universidades japonesas es la demostración de que Abinader conoce lo que necesita su país, no sólo en el presente, sino también en el futuro.