El autor al que entrevistamos hoy se ha lanzado a la autopublicación ensayística. Un libro con el que pretende azuzar las conciencias de las personas de izquierdas, mucho más desde el corazón que desde la razón. Antonio J. Jiménez ofrece sus alternativas a lo que actualmente se llama izquierda. Para él es irreal y por ello quiere que torne en realidad algo que expresa en el libro y esta entrevista.
D16. Lanzarse a escribir un libro tan voluminoso es todo un reto, ¿cuál fue la principal premisa para hacerlo?
AJJ. Más que una premisa en sí, la ejecución de Izquierda Real fue la concatenación de una serie de debates surgida con amigos íntimos a raíz de los resultados electorales de Andalucía en 2018. Entre nosotros (con más o menos posibles, todos hijos de la clase obrera) había mayoritariamente desafección hacia las posibilidades que ofrecía el rango político que, se supone, está involucrado en la lucha de clases, principalmente debido a la escasez de ideales que se difuminan en la maraña de la neoizquierda; la cual ha dejado en el olvido muchas de las necesidades presentes en la ya citada lucha de clases. Ahí surgieron las preguntas: ¿qué ocurre en los partidos de izquierda para que gente con conciencia de clase tenga tantas dudas sobre la labor de esta izquierda, tan despegada del pueblo? ¿Por qué en los barrios más pobres, en teoría los más ayudados por las políticas de izquierda, triunfa la derecha? ¿Cómo se puede solventar tal desafección identitaria? La solución, de eso estaba seguro, no pasaba por menospreciar a aquellos votantes que se alejan, como desde la prepotencia se ha hecho alguna que otra vez, sino por una profunda concienciación a través de hechos, articulados de forma que las personas tengan un escenario tangible en el que conozcan las ventajas de un gobierno de lucha por el pueblo.
D16. Tras leer todo el texto queda la sensación de que usted pide una vuelta al materialismo propio de la tradición ¿no es así?
AJJ. Evidentemente hay una gran necesidad de vuelta a cuestiones materiales. A quien pasa hambre, poco importan las cuestiones baladíes en las que últimamente se centra la izquierda. Por ejemplo, a quien no tiene para comprar ropa a sus hijos, nada le aportan debates en torno al género de las personas, personos, persones, personis y personus. ¡Ojo!, no indico que dicho debate no sea importante, sino que últimamente parece tal si se hubiesen conquistado absolutamente todos los diferentes aspectos en torno a las necesidades de las clases bajas y sólo quedasen por conquistar cuestiones como la indicada. Bajo tal premisa, utilizo la pirámide de Maslow de necesidades humanas para establecer un orden de prioridades que la izquierda siempre debe tener presente, respecto a las cuales últimamente ha perdido el rumbo.
D16. En cierto momento del libro pareciera que le tiene una especial inquina al “mundo Podemos” (sin excluir críticas a Pedro Sánchez), ¿a qué se debe?
AJJ. No es inquina de ningún tipo, pero, en un ensayo que se denomina Izquierda Real, ¿qué quiere, que me enoje con Vox o con el PP porque sus ideas políticas son de derechas y están alejadas de las necesidades del pueblo? Evidentemente aquí se analizan los fallos de la actual izquierda, ¿de qué fracción política quiere que los analice si no? Además, analizar los fallos del ombligo de cada uno es básico para fortalecerse y, al menos un servidor, quiere una izquierda fuerte y cohesionada; algo que, en la actualidad, parece que cada vez está más lejos de ser posible. En tal sentido, ¿le vale como ejemplo la última trifulca entre Podemos y Sumar? No sé cuál será dependiendo del momento, pero da igual: siempre están de enfrentamiento entre ellos por cuotas de poder y así resulta imposible la auténtica lucha por resolver los problemas del pueblo.
D16. ¿En qué sentido es la izquierda irreal ya que usted pide una izquierda real?
AJJ. En parte ya se lo he indicado, la izquierda es irreal en el sentido de haber olvidado las necesidades básicas del pueblo. Mientras la izquierda no vuelva a remangarse, a conocer las necesidades de la clase obrera, poco puede ofrecer. El movimiento del 15M se asentaba en la indignación social con la política. Aquello confluyó en Podemos e inicialmente tuvo una gran aceptación. Ha dicho que tengo especial inquina al mundo Podemos [se reitera que el término utilizado es pareciera tener inquina], pues bien, pregunto: ¿no estarán haciendo algo mal cuando cada vez cuentan con un menor apoyo electoral? Obsérvense, por ejemplo, las consecuencias de las dos últimas leyes impulsadas por Podemos. O, también, ¿por qué ha desaparecido la palabra “casta” del vocabulario del partido morado?
D16. Leyendo el texto se aprecian algunas carencias formativas, en especial dos. Comenzando por la primera, cataloga de moralistas a las feministas que se oponen a la legalización de la prostitución. La dignidad de las personas, que es lo que hay detrás de esa negativa, es una tradición del socialismo/comunismo/radicalismo desde el siglo XIX. Como lo es con los vientres de alquiler. ¿Es consciente de que su propuesta de legalización es similar a la defendida por un liberal libertario como Milei? Quien vende su cuerpo para satisfacer los deseos de otro u otros ¿podría vender igualmente un riñón, un brazo o un ojo?
AJJ. En primer lugar, pensar distinto ante un mismo problema no es señal de una carencia formativa, pues también puede ser que un servidor piense que la izquierda necesita cambiar su ángulo de visión en ciertos aspectos para buscar un nuevo paradigma. ¿O acaso los pensamientos no evolucionan? Dicho esto, sé que la prohibición de la prostitución ha sido (sigue siendo) un continuo en las luchas de las izquierdas; sin embargo, después aparecen continuamente casos de prostitución vinculados a políticos corruptos de izquierda. ¿Hablamos del caso de los EREs, gastándose 700 millones del dinero de parados en sexo y cocaína? ¿Esperamos mejor a ver cómo acaba el entramado en torno a Tito Berni, donde parece que hay más de uno y más de dos parlamentarios vinculados a casos de prostitución? Recordemos que esos mismos diputados votaron a favor de la prohibición de la prostitución hace no demasiado tiempo. ¿Acaso la postura de los representantes de izquierdas respecto a la prostitución es “haz lo que digo, no lo que hago”? Por supuesto, de los enredos de la derecha no hablo, me son indiferentes; pues cuanto más yerren, mejor para los objetivos de la izquierda (y conste que quiero una derecha sin escándalos de corrupción, pues así acabamos ganando todos)
En cualquier caso, anteriormente me preguntó en qué sentido es la izquierda irreal y en qué pido una izquierda real. He aquí un ejemplo: una izquierda irreal es la que, aunque hace consumo de ella, prohíbe la prostitución, creyendo irrealmente que así está todo solucionado y el pago por sexo ha dejado de existir por ello. Sin embargo, una izquierda real es aquella que entiende que, por algo, la prostitución es denominada “el oficio más antiguo del mundo”. ¿Acaso va a acabarse por una prohibición, por muy rotundo que sea dicho veto y perseguida que pase a estar su práctica? No, este tipo de prohibiciones únicamente significan oscurantismo, inseguridad y proliferación de mafias. Entonces, me preguntará, ¿qué posición debe tomar la izquierda? Pues, parafraseando a Cantinflas, “ni lo uno, ni la otro, sino todo lo contrario”. Es decir, una posición abierta en la que se permita la prostitución de aquella persona que quiera vender su cuerpo, pero al mismo tiempo se exijan unos derechos, unos deberes, una seguridad, o una sanidad que ofrezca un respaldo a quienes libremente pretendan prostituirse y, paralelamente, se persiga con más ahínco todavía la prostitución ilegal. No en vano, como indico en este ensayo, el auténtico camino de la izquierda no es ni blanco ni negro, sino gris.
D16. Segundo aspecto poco conseguido. Habla (como muchas otras personas, en especial algunas populistas) de la implantación de las listas abiertas para acabar con la casta (más la limitación de mandatos). En ningún momento hace referencia a qué tipo de listas abiertas (completas, listas no bloqueadas, con límites de voto, mediante preferencias…). ¿Ha valorado el cambio sistémico que se produciría?, ¿lo que cambiarían las campañas electorales aumentando el riesgo de corrupción o de entrega a intereses particulares? Es algo muy estudiado en la Ciencia Política pero no parece haberle llamado la atención.
AJJ. ¿Quiere decir que con el actual sistema no ha habido corrupción, ni entrega a intereses particulares, y por ello no conocemos los EREs, ni el caso Mercasevilla, ni el caso Blesa, ni el caso del 3%, ni la Gürtel, ni el caso Púnica, ni tantos otros? Sé que es un discurso fácil, pero podría seguir y dar una lista mucho más larga en ese sentido, bien es sabido por todo aquel que medianamente esté al día de las derivas políticas en España. ¿O quizás está hablando de cómo desde la supuesta izquierda se ha obrado para minimizar las penas por delitos de corrupción, malversación de fondos, etc.? Será populismo, pero pienso que la solución empieza por elaborar leyes en las que se persiga la corrupción de manera implacable, en lugar de reducir sus penas.
Pero pensemos algo más allá, con un enfoque distinto. Sí, puedo indicarle que no hablo de qué tipo de listas abiertas. No es necesario porque, sencillamente, me da igual la tipología de listas abiertas, siempre que la verdadera ganadora sea la democracia, id est, la libertad de elección en el pueblo. Por citar algún ejemplo, a lo mejor un sistema de elección para diputados de forma similar a como se hace con el Senado; mientras que un sistema a doble vuelta, con sólo dos candidatos en la segunda vuelta, con voto directo hacia el presidente. ¿Cuál sería el problema si los votantes tuvieren que hacer por partida doble algo que ya hacen en una de las cámaras? Lo que no es concebible de ningún modo es el sistema actual en el que el líder del partido elige a quienes pueden ser elegidos como representantes de los españoles y estos, a su vez, siempre que pueden eligen al líder del partido como líder de la nación. Es una pescadilla de favores internos en los partidos que acaba mordiéndose la cola. Además, en ese sentido, dado que hay casi plenitud de fidelidad en el voto, también podría darse un porcentaje respecto a los diferentes porcentajes obtenidos en las elecciones para cada partido, siendo el resultado igual al fin y al cabo. De este otro modo, podría llegar a pasar como en EE.UU., donde es frecuente que haya votantes exigiendo a políticos “porque usted es mi congresista”, haciendo que la exigencia de los votantes respecto a sus representantes políticos tenga una mayor importancia que en la actualidad, donde “el que se mueve no sale en la foto”.
Por otro lado, claro que soy consciente de que se produciría un cambio radical en el sistema; pero en ningún momento se indica que el cambio tenga que hacerse de forma automática en un año. Ni en dos. En el fondo eso es lo de menos, la cuestión verdaderamente relevante es determinar un modo de elección en el que los candidatos primeramente tengan que defender a sus votantes en lugar de a su partido, tal como ocurre en la actualidad.
D16. Para finalizar, como siempre, tiene este espacio para defender usted mismo su posible ante los posibles lectores.
AJJ. La izquierda como opción política históricamente ha tenido como prioridad la defensa de la clase obrera. Sin embargo, esta ha variado sus focos para pasar a liderar una lucha que cada vez se aleja más del pueblo, olvidando sus objetivos primitivos. Ya no se habla de clase obrera, ahora dicen “somos clase media”. Quien haya leído la obra de Adam Smith y sepa el concepto que el inglés tenía de clase media se puede descojonar tranquilamente ante esta afirmación. Seguimos siendo pobres y cada vez están desarticulando más el Estado social. Además, rebajando continuamente los estándares de calidad en la enseñanza. De corrupción ya ni hablamos. Y lo peor de todo, la izquierda sigue cegada en trifulcas irrisorias que desvían los focos de la lucha de clases. Porque claro que es necesario el igualitarismo, pero no para hacernos a todos igualmente pobres. Por eso nace este ensayo, es un bofetón para reconducir las miradas y conseguir que renazca una Izquierda Real.