Una vez que ya han ocupado los núcleos urbanos de todo el mundo, el movimiento globalista, bien mediante la OCDE, bien mediante la Agenda 2030 –para contentar a la parte liberal y a la progre-, se lanza a por el mundo rural. Un mundo opaco al progreso, según los distintos informes que han fabricado en sus centros académicos (estadounidenses) de referencia, y que debe entrar en la resiliencia global.
El correo de la OCDE que llegaba a la gente del mundo de la prensa se titulaba así: “Es necesario actuar para aumentar la resiliencia del medio rural ante la crisis del costo de la vida”. Ahí, asustando para intentar colar la propaganda. Ser resilente es tener la capacidad de volver al estado original después de una perturbación. Si éste fuese el motivo principal del informe de la OCDE y amigos globalistas no habría problema. Pero no van por ahí los tiros, no. Lo que se pretende es un cambio estructural del mundo rural. Ergo no hay resiliencia por ninguna parte.
Resiliencia para meterla doblada
Curioso lo de este sustantivo (resiliencia) que viene utilizándose por la Unión Europea, por la ONU, por las asociaciones vinculadas a Soros, por la industria química, por los lobbies de EEUU, por los lobbies globalistas-capitalistas en general. Como se ha comentado arriba, el sustantivo hace referencia a la capacidad de volver a ser, mientras que en todos estos casos se utiliza como elemento de transformación radical. Un engaño lingüístico que no es nuevo en estos tiempos postmodernos. Deconstruyendo, deconstruyendo la van metiendo. ¿El qué? La modificación estructural de las sociedades occidentales.
El simposio de la OCDE, donde los ponentes son casi todos estadounidenses (algunos vinculados con las finanzas hay que financiarizar el mundo al completo) y otros con los intereses de EEUU), se llama: “Strengthening Rural Resilience against Global Challenges” (Reforzar la resiliencia rural frente a los desafíos globales). El título ya es claro que no indica el mantener la forma rural frente a las perturbaciones externas de la globalización, no bien al contrario lo que se pretende es integrar lo rural por narices en lo global. Como verán ahora, no es que haya una preocupación por lo que viene ocurriendo en los ámbitos rurales, no, es otra cosa bien distinta, como pueden leer en el informe, el cual ya habla de innovación. ¡Ven como la están intentando colar!
El mundo rural no es progre
¿Cuáles son las principales preocupaciones? Lo cuentan claro: 1.) Los trabajadores rurales tienen más complicado trabajar desde casa por la falta de digitalización; 2.) Adaptar las zonas rurales al cambio demográfico; 3.) Aumento de las patentes en el ámbito rural; y 4.) El mundo rural contamina más que el urbano per cápita. Y todo ello se resuelve potenciando los empresarios jóvenes rurales (mediante la educación), recurriendo a la ciencia y la tecnología y acogiéndose a la energía verde.
Ni todos los campesinos jienenses con los tractores a tope contaminan más que Móstoles, pero claro hay que retorcer las estadísticas para acusar al mundo rural de poco verde. Escondiendo que Internet es la industria más contaminante del mundo. Que haya más patentes en el ámbito urbano que en el rural es algo normal porque pocas universidades de investigación hay en lo rural y mucho menos centros de investigación de empresas del ramo. No es un problema de carencia de capacidad humana sino de infraestructuras. Y con internet no se resuelve todo en esta vida, y menos tener un trabajo digno y bien pagado.
Si ustedes lo leen sin un ojo experto lo que pueden comprobar es: 1.) Es el mismo discurso del gobierno de España y la UE; 2.) En ningún momento se habla del mundo rural en sí; y 3.) No parece mala idea que todo avance (al fin y al cabo hay que confiar en el progreso). Si lo leen con más perspicacia verán como 1.) es una charlotada más de los globalistas y 2.) van a por el campo para poder implementar los cultivos transgénicos (entre otras cuestiones como las tierras raras). Realmente es un intento para acabar con el mundo rural tal y como se conoce hasta ahora.
Destrucción social y rapiña del campo
¿Quiénes se han mostrado como los más importantes antiglobalistas en los países europeos y EEUU? Exacto, las personas del mundo rural. También son las que no quieren meter cultivos extraños, ni que le contaminen sus tierras para sacar minerales utilizados para la construcción de los equipos informáticos. De ahí que animen a que haya cuantos más empresarios jóvenes porque entienden que éstos serán más propensos a lo trans y a lo raro. A la explotación salvaje de la tierra hasta que no pueda generar nada y haya que comer insectos.
Lo curioso es que en ningún informe se habla de algo que para cualquier persona del ámbito rural es evidente, la carencia de infraestructuras útiles a las personas y empresarios de las zonas. Poniendo como ejemplo España, la red de ferrocarriles es centrípeta, todo hacia Madrid cuando a las personas del campo les vendría mejor, para sus exportaciones, una red transversal, que conecte el Atlántico con el Mediterráneo. Si las empresas de investigación no quieren instalarse en el entorno rural no es por la carencia de infraestructuras (que también) sino porque en el ámbito urbano consiguen reducir los salarios de los trabajadores más cualificados por una mayor oferta y el comodín de las prácticas de las universidades (entre otras muchas más cuestiones).
Acabar con los rebeldes de la globalización
De todo esto no dice nada la OCDE, ni el gobierno, ni la UE. No les interesa el mundo rural en realidad sino calmar las aguas de la irritación social donde más se concentran. Han visto con la pandemia la fuerte dependencia de los productos básicos del área loca. Toca, por ello, lanzarse a transformar todo. Mediante lo verde acusarán al pastor o al agricultor de contaminar mucho para quitar la carne y pasar al cultivo “ecológico químico o transgénico”. Las iglesias pasarán a ser arrampladas para convertirse en centro de co-working o para algún tipo de parque temático rural.
Todo un mundo controlado por empresas financieras a la que les importa poco o nada lo que suceda con el terreno y las personas. Lo poco orgánico-social que existe en el ámbito rural debe ser destruido para poner internet y que las gentes no salgan de casa pues estarán esclavizadas al ordenador, el cual lanzará órdenes constantes de unos jefes que no respetarán horarios. Es un intento más del experimento social que se viene produciendo desde los años 1970s. Quitar el alma a la humanidad mucho más que la mente. Y se comienza arrancando la tierra y echando la sal de la postmodernidad.