En España hay más de 40 millones de seleccionadores nacionales –da igual el deporte-, entendidos de tenis, fórmula 1, mus, toros, historia o de teoría del Estado, por ello es normal que los malos resultados de la selección española hayan provocado un intenso debate. Mayor si cabe pues el nacional-madridismo entiende que ha sido humillado al no llevar el seleccionador, Luis Enrique, a alguien de su equipo. Da igual quién, aunque fuese Asensio –al que durante la temporada califican de Ausencio en más de una ocasión-. Alguien porque parece existir un espíritu de la historia que exige que siempre haya alguien del Real Madrid. El pobre Hegel tanto estudio para no encontrar el verdadero sentido de la historia, que los del equipo de FloPer deben jugar siempre en la selección y tener todos los balones de oro y demás premios.
Que se está jugando mal lo tiene claro todo el mundo, pero es la realidad del fútbol español. Mientras van cuajando algunos “proyectos de” el resto es lo que hay. Si miran las plantillas de los cuatro principales equipos de La Liga verán que españoles titularísimos pocos. Del equipo merengue Ramos y Carvajal lesionados media temporada, no han ido. Intentan colar a sus suplentes eso sí, sin percatarse de eso, que son suplentes en un equipo que ha hecho fortuna con el nadaplete. Del Atlético de Madrid van dos de los tres españoles (el central Hermoso ha quedado fuera). Del FC Barcelona van Pedri y Busquets que han sido los fijos para Koeman (más Mingueza que quedó para la sub-21). Del Sevilla es cierto que podría haber llevado a Navas, pero tampoco hay mucho más donde elegir. El resto gentes de otros clubes españoles o desperdigados en ligas extranjeras. Eso sí, de los cuatro equipos que han sumado títulos este año (se incluye la Real Sociedad) hay, cuando menos, un jugador. Pero es lo que hay respecto a la calidad de los jugadores españoles en términos generales.
En esto aparece en escena un maltratador –como reconoció personalmente– que no ha ganado nada en su vida deportiva (una liga en los Países Bajos y tres copillas más) a sentenciar que la selección española es horrible y que no juega a nada. Como anécdota, Rafael Van der Vaart, cuenta que Maradona le dijo durante el mundial de Sudáfrica que si las porterías estuviesen en los laterales España ganaría los partidos 10-1. Precisamente ese mundial lo ganó España, vacunando a los neerlandeses. Igual por eso el ex-futbolista ha sacado la mala leche, porque la lleva clavada todavía. Lo normal, especialmente en un país donde una parte de la afición futbolística se pone el pecho rojo de las palmadas que se dan demostrando patriotismo, es haber mandado a esparragar a Van der Vaart. Pero casualmente ese ex-jugador pasó por el Real Madrid y entonces el subconsciente del madridista tipo colapsa y acaba decantándose por su equipo y cualquier jugador que por allí haya pasado antes que por su “amada” España.
Si al neerlandes, además, le atizan en los morros Koke y Busquets, entonces ya se desata la furia blanca y no conoce ni a su padre para linchar a los jugadores españoles. Porque decir que esta se la guardan para más adelante o que quiere su minuto de gloria parece una ofensa tremenda no a Van der Vaart sino al madridismo. Los jugadores españoles pasan a ser traidores –de Busquets tienen “muchas sospechas” por ser catalán- por haber osado atacar a un jugador de medio pelo, el cual pasó cuarto y mitad por el Real Madrid rascándose las partes y sacando buena tajada de millones (en el Betis tuvieron el ojo de mandarle por ahí cuando les intentó chulear). Todos con Van der Vaart y contra España. Incluso ha habido personajes en redes sociales que han calificado de jugadorazo con un palmarés enorme frente a Koke (ni han mirado los títulos del rojiblanco). Ahí tienen a Gargamel pidiendo al jugador rojiblanco jugar un mundial antes de debutar en primera división y con 18 años. Donde no hay…
Se abandona la parte nacional y se quedan con el madridismo. Por eso existe desafección con la selección –sin tener en cuenta que llevan casi un mes criticando a la selección porque no hay nadie del equipo de la prensa madrileña-; por eso no hay calidad –que no la habría ni con joven Nacho-; por eso hay que quemar al seleccionador en cuanto termine la Eurocopa, la cual están deseando terminar mañana mismo para poder lanzarse cual hienas a por el hígado del asturiano; por eso ahora apoyan a las selecciones donde juegan “sus” jugadores antes que la suya, con el añadido de dar la tabarra en las retransmisiones deportivas como se denunció; por eso demuestran lo… Al final son patriotas si la selección es suya. Como pasa con España en algunos casos, que la aman mucho si la controlan ellos.
Ni patriotas, ni leches. Lo que quieren es que todo sea suyo sin ganarlo en el terreno de juego y sí en despachos y restaurantes oscuros. Si el entrenador fuera Raúl –con esto tendrían orgasmos diarios-, aunque se jugase mal dirían que es culpa de Laporta y Gil que no invierten en jugadores españoles. Si la selección española estuviese compuesta por los jugadores españoles del equipo del viudo con gafas más todos los que han pasado por la cantera serían felices aunque no ganasen nada. Mientras ese día no llegue, refunfuñarán siempre y berrearan.