El PSOE ha batallado en campañas electorales duras y contracorriente (salvo en 1982 seguramente), pero a excepción de la campaña de 1996, la famosa de la conspiración de todas las fuerzas contra Felipe González, esta es seguramente la peor en años. No hay un solo medio de comunicación que apoye al presidente en funciones, de hecho los que se califican a sí mismos como medios progresistas desearían con la misma pasión que los de la derecha que cayese el 10 de noviembre. A eso súmenle que ninguno de los partidos políticos que compiten ha centrado sus esfuerzos en su propio programa sino en demonizar a Pedro Sánchez. Da igual que sean los franquistas, los conservadores, los populistas del sistema, los populistas del antisistema, los independentistas o nacionalismos varios, todos entienden que el PSOE es el culpable de todos los males que asolan España.
Cuando menos es curioso que ninguno de los partidos políticos, a excepción del PSOE, vea cosas positivas en España. Son verdaderos cenizos políticos que hablan de supuestas potencialidades como el que habla de algo irrealizable. Cualquier política o acción de otro país les parece una maravilla sin llegar a pensar si esa política se corresponde con una situación coyuntural o contextual propia. Ninguno de los partidos tiene una análisis serio de lo que acontece en España, de la realidad material de España y su entorno, de los poderes ocultos o no que impiden ciertas acciones políticas; a lo sumo se quedan en señalar a uno u otro empresario como gran potencia del mal. Que eso se utilice en los medios de comunicación, que deben formar en ocasiones a la propia población mediante mecanismos simbólicos, tiene un pase. Pero que políticos de todos los partidos señalen cuando ellos mismos están abrazados a personajes como George Soros tiene su gracia. Ninguno, eso sí, parece creer en España y sus potencialidades si el gobierno está en manos de otros. Es la campaña más antiespañola, aunque muy españolista paradójicamente, de las últimas décadas.
Medios de comunicación en contra, partidos políticos en contra y un sistema capitalista que está boqueando nuevamente, a lo que hay que sumar una recomposición del tablero de fuerzas internacional, es a lo que se enfrenta un PSOE que tiene todo para ganar. A pesar de la errática estrategia de Iván Redondo y demás asesores de Moncloa; a pesar de estar descomponiendo las bases maestras del propio partido por culpa de esa estrategia; a pesar de la manifiesta incapacidad de algunos dirigentes (pueden señalar ustedes a quien les guste menos); a pesar de todo esto el PSOE volverá a vencer en las elecciones generales mal que les pese a muchas y muchos. Algo que a los finos analistas catódicos se les escapa una y otra vez, no llegan a comprender que por mal que vengan dadas la peor crisis del PSOE ya pasó y las personas saben que, a la izquierda, es el único confiable. Más allá de las propuestas populistas y las revoluciones de las sonrisas que proponen, la realidad es tozuda y permite al PSOE seguir hegemonizando la izquierda. Porque si en el PSOE se cometen errores y sus dirigentes no cautivan, los de las demás formaciones echan para atrás.
Por mucho que se culpabilice en solitario a Sánchez de la repetición de las elecciones, las personas del común saben que a Podemos se les ofreció y no aceptaron una vicepresidencia y tres ministerios. ¿Por qué? Porque eran poco destacados para cubrir la soberbia y la egolatría de quienes se piensan son mejores que los demás. Y tampoco las personas del común se han dejado engañar con las fullerías de Ciudadanos que pudiendo formar un gobierno estable de 180 diputados (con la que se veía venir en Cataluña y la economía) ni se dignaron en hablar con el candidato a presidente. Muy españoles pero sólo cuando pactan con franquistas. Por eso a ambos partidos se les está cayendo el sombrajo mediático que tenían. Y eso que desde medios de la derecha apoyan a Podemos y minimizan su caída en escaños. Es más lo alaban como un no hundimiento. No se asusten si fuese el PP el que tuviese factible gobernar dirían que es un fracaso. Es lo que tiene escribir con clara conciencia de a qué poderes se sirve y bajo un claro parámetro ideológico. Todo lo que dañe al PSOE es bienvenido salvo que perjudique a los propios.
Elementos externos e internos que hoy y mañana verán que no se ven reflejados en las encuestas previas a las votaciones. Salvo suceso extraño el PSOE vencerá, no como afirma el CIS, pero sí con la suficiente diferencia respecto a sus competidores de la izquierda para que estos se enteren de una vez que se trata de colaborar contra los malos que están al otro lado del tablero y en las cúpulas de control de la clase dominante, no en los demás partidos de la izquierda. Igual en esta semana entienden que sólo atacar al PSOE no les ayuda a crecer sino todo lo contrario pues al tener el mismo discurso que las derechas igual les da por pensar a las personas que algo raro hay en todo eso. De hecho parece que están contentos y felices de la existencia de una fuerza franquista que quiere acabar con todos los derechos sociales conquistados a base de lucha por la clase trabajadora. El 10 de noviembre se despejarán todas las dudas y se verá cómo queda el tablero político español, lo que es evidente es que al frente estará el PSOE… por mucho que moleste.