Los ciudadanos de Seattle, capital del estado de Washington, acaban de derrotar a los oligarcas, a los plutócratas, a Donald Trump, a Elon Musk, a las grandes multinacionales con propietarios multimillonarios, a la Cámara de Comercio local, al sector inmobiliario del que tanto Trump como su yerno Jared Kushner son grandes potentados. Lo han conseguido mediante la aprobación de un impuesto sobre las remuneraciones excesivas de los altos ejecutivos, dinero que se destinará para financiar viviendas asequibles.
La votación no fue ni siquiera reñida. Según el recuento oficial del consistorio de Seattle, al que Diario16+ ha tenido acceso, un 63% de la ciudadanía votó a favor.
Fue la organización de defensa de los derechos civiles House Our Neighbors (Vivienda para nuestros vecinos) quien encabezó la campaña electoral. Sus líderes, panfletos y activistas vencieron sobre un consejo municipal ultraconservador y obstruccionista, un alcalde centrado en adular a Amazon, con sede en Seattle, una campaña de oposición de medio millón de dólares y los señores de la dictadura de Trump y Musk.
En la misma elección especial del 11 de febrero, los votantes de Burien, un suburbio de clase trabajadora de Seattle, aprobaron por un margen de 14 puntos un plan para aumentar su salario mínimo local a 21,10 dólares por hora.
Estas victorias demuestran que la ciudadanía ya se está organizando para crear la resistencia a Donald Trump a nivel estatal y local.
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