Parar la máquina del espectáculo, dejar de hablar por un momento, analizar el contexto (lo material y lo subjetivo) y pensar sería la secuencia lógica de cualquier cargo público. Si estás en el Gobierno, da igual a qué nivel, es necesario, pero si estás en la oposición es ineludible… si es que se quiere ser gobierno alguna vez. Esto es de primero de política efectiva. Nadie lo hace. Nadie se para a pensar por un momento. Nadie utiliza, al menos, unos profundos recursos ideológicos para, partiendo de un saber teórico al menos, decir algo coherente. Al contrario, todo son eslóganes, diatribas etéreas, el insulto de la mañana, la imprecación de la tarde, la morfina de las mentes constantemente. En el caso del PP esto se eleva a la enésima potencia. Hablan y hablan y hablan y hablan y hablan… sin pensar por un momento, en algún instante, lo que están diciendo. Leen, con suerte, un guión que le han fabricado sus asesores que ni ponen en duda y lo repiten una y otra vez. Da igual que esas propuestas ya estén funcionando o que sean imposibles dadas las condiciones materiales, lo sueltan y a ver qué pasa… y si no pasa algo cambian de eslogan o guión. En todo ese proceso ni se han parado a pensar por un instante en lo que dicen.
Pablo Casado lleva una semana en la que, más allá de demostrar que sabe contar, lanza día tras día un eslogan pero fracasa cada vez que lo hace. Es tan profundamente nesciente que es capaz de acudir a Mercamadrid, gran centro de la distribución alimentaria, a hablar de los agricultores, los pescadores y los ganaderos. Y dirán ¿por qué es un error? Por algo tan sencillo como que allí, en términos generales, no hay una sola persona que sea productora y exponga sus productos sino que son los distribuidores. Esos mismos que bajan los pagos a los agricultores, pescadores y ganaderos pero se los suben a los consumidores. Para hablar de los problemas del sector primario se va a conocer la opinión de quienes tienen gran parte de la culpa. Normal que luego proponga lo que propone y enfade hasta a personas que serían potenciales votantes del PP. Y todo por figurar. Por aparentar que es algo así como un presidente del Gobierno que está al día de todo, cuando realmente no deja de ser un meme político.
No sólo ha sido esto, por resumir, sino que es capaz de pedir una apertura turística. Sí, como lo están leyendo. Que el problema que va a enfrentar el turismo en España es grande nadie lo pone en discusión. Desde que decidieron hacer del país un centro de recreo de los países del norte, España vive en muchos lugares del turismo, tanto interno como externo. Lo van a tener complicado y toda ayuda será poca seguramente pero cuando se dice que Casado habla pero no piensa es por cuestiones como las siguientes (más allá de creerse presidente): “Me he reunido con Exceltur y la Mesa del Turismo para apoyar un sector que supone el 13% del PIB y 3 millones de empleos. El Gobierno no puede dar el año por perdido, debe pagar los ERTE, bajar impuestos y desescalar con material y test masivos para recuperar la imagen de España”. Nadie niega la parte económica, lo que es estúpido y erróneo es que pida al Gobierno que pague los ERTE cuando lo está haciendo. A más, a más la nesciencia le impide ver que el problema con el turismo no es únicamente los empleos en suspensión temporal, sino los millones de empleos que no se han registrado por no estar en temporada y que difícilmente se podrán recuperar. Bajar los impuestos y gastar más de lo ingresado sólo lo puede proponer alguien que en su vida a dado un palo al agua, pero más allá de ese mantra que siempre cuela como si fuese el bálsamo de Fierabrás, el problema del turismo se asienta en dos cuestiones que ni ha pensado. Una, el turismo interior estará limitado tanto por el miedo como por la falta de liquidez de muchas familias. Eso sin contar que este año las vacaciones estivales serán muy reducidas por la reclusión y la necesidad de recuperar la actividad. Dos, el turismo exterior, por mucho que España haga campañas de promoción, se verá afectado porque los extranjeros tienen los mismos problemas que aquí e igual ni tienen tiempo, ni ganas. Es decir, hay una serie de condicionantes exógenos al sistema español que ni ha previsto. Por muchos test masivos que se hagan, que total sirven para el día del test y no para los siguientes días, la gente no es tan estúpida como piensan en el PP.
Luego está su “Aló Fracasado” de todos los días donde intenta adoctrinar al pueblo español en lo bien que lo hacen en el PP. El problema es que por mucho que mienta la gente lo tiene calado. Fíjense en esta frase: “Los presidentes autonómicos y alcaldes del PP están gestionando bien la crisis del coronavirus, como hicimos en el Gobierno de España frente al SARS, el ébola o la hepatitis. Frente a la incompetencia, eficacia; frente a las mentiras, transparencia; frente a la soberbia, cercanía”. Contra el primer SARS no hicieron nada porque pasó con poca incidencia. ¿No habían dicho que la crisis del ébola fue inexistente? No gestionaron nada porque nada hubo que gestionar. Y sobre la hepatitis, o se es una mala persona, o es tonto sin más porque 4.000 personas fallecieron ya que el Gobierno de M. Rajoy no quiso gastarse dinero en comprar la vacuna. Así que nada que destacar del pasado… ni de la acción de sus dirigentes actuales. ¿Qué han hecho en la Comunidad de Madrid donde están muriendo como chinches para poder elogiar una gestión? En Castilla-La Mancha el gobierno regional del PSOE va a mandar, en la primera tanda, cinco mascarillas a las casas de los habitantes y luego se podrán recoger en las farmacias. ¿Cuántas mascarillas han enviado a los madrileños? No las tienen ni para el personal médico, donde se supera el número de infectados, como para repartirlas a los habitantes. Por cierto, algunos alcaldes del PSOE, como Julián Nieva de Manzanares, por ejemplo, han mandado dos mascarillas por habitante a las casas. Y sin necesidad de gastar remanente como pide Casado. Ni fardando sale bien librado.
Y ya que se habla de Isabel Díaz Ayuso, más conocida ahora como la llorona, sus ideas para solventar la crisis económica son de personal normal para abajo. La presidenta de las madrileñas y madrileños ha encontrado la solución liberalizando el suelo para construir por todos lados. Vamos recurrir al ladrillo, ese mismo que llevó a España al austericidio, para solventar el problema económico. No son más nescientes porque no entrenan lo suficiente porque podrían lograrlo con empeño. ¿Puede explicar Díaz Ayuso cómo en tiempos de problemas crediticios va a conseguir financiación para el ladrillo? ¿No será mejor recuperar actividad industrial textil, farmacéutica, de maquinaria, etcétera? ¿No será mejor no exponer a los bancos, más cuando el dinero de los bolsillos de los españoles es escaso? Las preguntas son retóricas porque no las podría responder ya que no ha pensado en ello, ni sabría cómo. Pueden haber sucedido dos cosas: una, que directamente se acordase de los tiempos del “tito Aznar” y haya dicho “pues hacemos lo mismo” y como ella estuvo cuidando de Pecas ni se enteró de la crisis; dos, como los empresarios ladrilleros e infraestructurales son los que están detrás del PP, le han comentado que lo diga y haga, y ni corta, ni perezosa se ha lanzado a hablar sin pensar. ¿Esto es para presumir de gestión? Hablar mucho, pensar nada… la triste historia de la política espectáculo.