En uno de los programas de la carroña mañanera, la presidenta de la Comunidad de Madrid ha acudido a por su ración de peloteo. Todo con tal de malmeter contra el Gobierno central, demostrando una vez más que aquello del respeto a la división del poder territorial sólo vale cuando es el PP quien ocupa en máximo poder. Isabel Death Ayuso no sólo ha recibido su masaje de la lambiscona mayor del reino monárquico-pepero sino que ha tenido tiempo para atacar a su propio compañero de partido, Juan Manuel Moreno Bonilla, al afirmar que al contrario de lo que sucede en Andalucía, en Madrid acude la gente que no quiere vivir subvencionada… Una falta de respeto hacia los andaluces más por parte del madrileño-centrismo cultural y una gran mentira en realidad. Porque en Madrid, en la Comunidad de Madrid, esa misma que está bajo gobierno pepero desde tiempos inmemorables, no hay más que subvencionados.
En la mente de los muy mucho liberales del PP madrileño existe un mecanismo, que es insertado desde que se afilian o comienzan a trabajar para el partido, el cual les impide valorar el sentido del concepto subvención. Si es un empresario el que pide la subvención se llama fomento del emprendimiento. Si es un cargo del PP que está saltando del cargo público a la empresa pública, del ayuntamiento a la comunidad, de la comunidad al congreso, del asesoramiento al chiringuito cultural y así hasta pasar cuarenta años mamando del dinero público, se llama servicio leal al Estado. Un mecanismo curioso que suele ser insertado en otros cerebros de patronal, judicatura, columnismo-todología, siempre y cuando sean próximos a la derecha. Por el contrario cuando aparece una persona a exigir un derecho se le llama subvención.
Por ello, como oculta Death Ayuso, el mayor subvencionado es Florentino Pérez. ¿Recuerdan lo que sucedió con las autopistas cuando se rescataron? Subvención que fue al bolsillo del viudo con gafas. ¿Recuerdan que en vez de gestionar el hospital de campaña de IFEMA por parte de la Comunidad se entregó a Clece por 11 millones de euros y pagando hasta por un servicio que no se ofreció? Subvención que fue al bolsillo del señor de ACS. ¿Recuerdan todos esos servicios sociales que se han privatizado como casas de recogida de mendigos, por ejemplo? Subvención al bolsillo de Pérez. ¿Recuerdan todas esas obras innecesarias de restauración de oficinas, estaciones de metro, cocheras municipales o simplemente un parque (en barrio rico eso sí)? Subvención al bolsillo del dueño de Dragados. ¿Recuerdan esos hospitales gestionados con sobrecostes que algún día se supone volverán al capital público? Subvención al mismo de siempre, quien además hace negocio con ellos vendiendo la participación a fondos buitre. Más subvencionado que Florentino Pérez no existe en España ni una sola persona. Carlos Slim de FCC anda detrás, pero sin llegar al extremo del presidente de los españoles en la sombra, junto a Ana Botín.
Cuando la subvención cae en manos empresariales, como sucede con los ERTE, es patriotismo y emprendimiento. Menudo emprendimiento sin arriesgar un solo euro dirán algunos, sin embargo los liberales lo celebran como generación de riqueza. Falso, la riqueza ya estaba y se podría gestionar públicamente y sin degradar el servicio. La típica acumulación por desposesión que los economistas no liberales conocen perfectamente. Y verán que cuando lleguen los miles de millones de la UE, si es que llegan, no lo llaman subvenciones sino ayudas al emprendimiento o financiación para el progreso. ¿Por qué creen que está Pablo Casado zascandileando en la UE para que los fondos los controlen “organismos independientes”? Para subvencionar a las empresas amigas y que las PYMES y autónomos no vean un solo euro. ¡Hay que seguir subvencionando a Florentino Pérez y otros! Y luego se quejan que si George Soros financia medios como eldiario.es u organizaciones de la diversidad mágica. En el PP hacen lo mismo, salvo que suele salir beneficiada gente más casposa como Enrique Cerezo.
Eso por no hablar de las constantes subvenciones a la enseñanza del Opus Dei –cediéndoles terrenos públicos-, a empresas de educación privada, a empresas de sanidad privadas y siempre quitando recursos de lo público –que más que gestionado está abandonado por el PP-. Se podría decir: «En Madrid señora Ayuso hay más subvencionados que en Andalucía». Con una diferencia, mientras que en la región andaluza el dinero se reparte entre miles de personas, en Madrid se lo quedan siete u ocho. Por no hablar de los más de 300 militantes del PP que llevan casi toda su vida sin saber lo que es ganar una nómina en el sector privado, incluyendo a la propia presidenta. Subvencionados. Vivales de la mamandurria. Y todo esto, porque interesa y mucho, siempre ha silenciado por los medios de comunicación cavernícolas… ¡Ah! ¡Espera! Que también están subvencionados por el PP de la Comunidad de Madrid.
Esto que sucede en Madrid, se repite milimétricamente en el resto de Comunidades gestionadas por el PP. Con empresarios regionales o con el viudo con gafas que siempre está.