¡Escándalo en el Metropolitano por João Félix! Ese ha sido el titular principal de distintos medios de comunicación. Lo que no dicen es quién se ha escandalizado, ni el contexto en el que se producen los hechos. Si alguno de los extraterrestres que van a invadir la Tierra hiciese un sondeo con los medios de comunicación, se sorprendería de los insultos y silbidos que la hinchada rojiblanca profiere hacia un jugador de su equipo (esto último es muy importante y parece ser olvidado por los terrestres). El ser de otros mundos no entendería que en un juego de equipo se maltrate a quien viste la misma camiseta. Y tendría todo el sentido salvo que en los medios se elimina todo contexto
En cualquier análisis de un acontecimiento lo importante no es solo el acontecimiento en sí, sino el contexto en el que se produce, los antecedentes, todo aquello que puede aportar la información necesaria para comprenderlo. El extraterrestre, si leyese o escuchase a Jorge D’Alessandro no entendería nada y pensaría que el Cholo Simeone no puede ser culpable por hacer entrenar a un jugador de su equipo. Si se le ofreciese el contexto completo, cosa que el todólogo del fútbol no hace, tendría parámetros para valorar, bajo un marco cultural, si es cruel o no.
João Félix ha estado poniendo malas caras, ha dicho que no quiere jugar en el Atleti, en sus redes sociales aparece con la camiseta de un equipo que le ha descartado y, para más inri, ha pedido irse a un equipo concreto rechazando ofertas ventajosas para la empresa que le paga. Durante la pretemporada ha estado lesionado justo cuando se acercaban los partidos, dando a entender que no quiere participar en el equipo, y antes de ayer mismo, cuando se respetaba el minuto de silencio por los fallecidos rojiblancos de la temporada anterior, estaba haciendo el tolai en una muestra de falta de respeto. Todo un ejemplo de caradura del fútbol. Con estos datos el extraterrestre igual, solo igual, entendería el enfado de la afición.
Además, si tuviese el tiempo necesario para analizar el comportamiento de los medios de comunicación españoles a lo largo de una temporada (si son muy inteligentes a lo largo de décadas) entendería que el escándalo que están generando no existe sino que es un producto ideológico para condicionar las mentes. Al 99% de la afición rojiblanca le da igual que se le silbe o se le diga “ese portugués qué hijo puta es” a Fílix. En redes sociales o medios de comunicación hacen aparecer ese buenismo típico de la época en que vivimos, esa pusilanimidad, pero en realidad piensan que bien hecho está. Que no se puede reír de la afición, ni menospreciar a quien le paga muy bien o cagarse en el escudo y la camiseta. Un equipo de fútbol es una comunidad y como tal tiene sus códigos, tradiciones y símbolos, todos esos de los que Fílix se ríe.
Ahora, con el Atleti líder (circunstancial) y otros equipos con dudas, no se debe hablar de fútbol sino inventarse un escándalo que no existe. En los tiempos actuales una muestra clara de control del relato, o mentir sin eufemismos, por un lado y por otro la banalización social de la información buscando o inventando lo escabroso, lo espectacular, lo alienante al final del camino. Porque, en general, todos los medios de comunicación son partícipes de la alienación social, fetichizando lo banal o escabroso, y escondiendo la realidad. El escándalo de João Félix, que no existe, se utiliza para seguir minando las mentes de las personas, tal y como se hace en otros medios y otras informaciones con otros temas. Establecer lo que es bueno o malo desde la coalición dominante, la casta, la oligarquía, como quieran llamarla. La información deportiva no es ajena a ese mecanismo de control social.