Que el Fórum Económico Mundial (World Economic Forum, en inglés) te señale, no siendo realmente alguien del mundo empresarial, ni un deportista, o un activista de una ONG “amable”, es una clara intención de que han puesto la confianza en ti como dirigente que va a plegarse a sus deseos, a su vocación globalizadora (con todo lo que eso conlleva), a la defensa del capitalismo más salvaje. Algunos dirán que esos mismos supermillonarios que se reúnen en Davos hacen muchas donaciones, y en efecto lo hacen. Y que apoyan muchas obras en países atrasados, que también. Lo que no se dice es que las políticas que están desarrollando y por las que están acumulando millones y millones son las causantes de esa pobreza. Por tanto, sólo es caridad para que su conciencia quede a salvo para morir tranquilos. Si no hubiesen explotado antes, no haría falta acudir luego en su ayuda.
Esa organización del capitalismo mundial, el verdadero establishment mundial (al que habría que añadir dos o tres poderosos más) ha nombrado a Albert Rivera como uno de los líderes menores de 40 años de 2017. O bien se han creído todas las fanfarronadas del dirigente de Ciudadanos, o bien, que es lo más plausible, le señalan como uno de los suyos, uno del “establishment”. Aquí ya habíamos denunciado que Rivera cuenta con el apoyo total del establishment patrio, que no es más que un pedacito del mundial, y que eso le permite a Ciudadanos ir con un colchón mediático enorme. Desde la izquierda a la derecha, casi todos los medios de comunicación les protegen y les ríen todas las barbaridades que dicen. Es más, en algunos medios está prohibido hablar mal de Ciudadanos. Alguna vez, para despistar, le critican algo para quedar bien, o para señalar el camino que deben llevar por si les da por creerse autónomos.
Igual piensan que es una exageración, pero en esa organización mundial están empresas españolas como Acciona, BBVA, Banco Santander, Repsol o el Grupo Prisa (van entendiendo ¿no?), o con intereses en España como ING, Accenture, Price Waterhouse & Coopers, Deloitte, BP, Manpower, Siemens (especialmente en la parte industrial), el fondo de inversiones que se está haciendo con medio Ibex-35, BlackRock, o el grupo multimedia Pearson. También empresas petroleras como Chevron, Saudi Aramco, Sabic, estás dos últimas de Arabia Saudí, o empresas y bancos de todo tipo JP Morgan Chase, Goldman Sachs, Google, Windows, Facebook o Coca Cola. El “quien es quien” del capitalismo mundial.
Otro dato a tener en cuenta sobre ese apoyo del establishment, de la coalición dominante, de los que mandan de verdad, es que el año pasado el galardonado fue Emmanuel Macron, el presidente francés. El populista sistémico como le catalogó Alain Minc, al que ahora le están dejando de seguir sus compatriotas por mostrar que es derechas (apoyó sin fisuras a Trump en sus ataques a Siria) y que se puede utilizar perfectamente para significar a Albert Rivera. Saben bien lo que hace en Davos. Primero le llevaron a examinar a la reunión más reducida y más selecta del Club Bilderberg, y ahora ya le señalan para que M. Rajoy y Pedro Sánchez, en España, ya sepan a quien van a apoyar los señores del dinero. Y lo que deberían hacer en un futuro no muy lejano.
Después de recorrer América Latina, bajo la guía de José María Aznar (un verdadero factótum del establishment) y Mario Vargas Llosa, de reunirse con los “mandados” del Imperio en aquellos lares, le dan el premio en Davos. Por una vez, parecen haber dejado a Rivera sin palabras, porque tan sólo ha dicho que es un honor recibirlo, claro que había gastado todo su cuñadismo al retirar su apoyo a la aplicación del artículo 155 al gobierno de M. Rajoy. Algo que no sirve de nada, como mucho algo simbólico, y que a futuro incluso les puede perjudicar, más que nada porque no van a poder hacer el “aprovechategui” con la situación catalana y el 155. Pero una vez que le han entronado los poderosos, el bloque en el poder, ya nada le importa a Rivera. Sólo debe esperar a que le lleven hasta el trono de la presidencia del Gobierno y le dobleguen a izquierda y derecha los posibles aliados (que parece que será a izquierdas, con Sánchez o Díaz). El peligro será para España, eso sí.