Ahora Murcia exige que el Ayuntamiento retire la Medalla de Oro de la Ciudad de Murcia al dictador Francisco Franco, que el Consistorio le concedió en 1946. La portavoz de la formación municipal, Alicia Morales, considera “sorprendente” que Franco conserve a día de hoy el máximo reconocimiento que otorga la ciudad y demanda que le sea retirado “para que se cumpla la Ley de Memoria Histórica y, más allá, por un compromiso ético con la democracia, con las víctimas de la represión franquista y con nuestra historia”. Ahora Murcia llevará esta cuestión al próximo Pleno en forma de moción, con el propósito de que “Murcia se sume de una vez a la extensa nómina de ayuntamientos de toda España que han despojado al dictador de la medalla de oro”.
Morales explica que, según información proporcionada por la Alcaldía, la condecoración de Franco sigue vigente, “sin que tengamos constancia de que se haya iniciado ningún procedimiento para dejarla sin efecto”.
La distinción le fue concedida a Francisco Franco el 29 de abril de 1946, en el transcurso de su visita a la ciudad de Murcia con motivo de las inundaciones ocurridas los días previos. En el curso de la visita, Franco pronunció desde el balcón del Ayuntamiento un discurso arengando a las masas, y en el Salón de Plenos del Consistorio, siguiendo las pautas y ceremoniales habituales de la propaganda oficial del régimen franquista en las visitas del dictador a ciudades del país, se le otorgó la Medalla de Oro de la Ciudad de Murcia, algo de lo que se hicieron profuso eco las crónicas y medios de la época.
“Las instituciones públicas”, destaca la concejala, “tienen el deber de fomentar los valores y los principios democráticos propios de un Estado de derecho. La condena al golpe de estado, a la dictadura franquista y a la represión a la que sometió a miles de ciudadanos de este país, también en nuestro municipio, se encuentra entre estos valores”.
Revisión de distinciones
En este sentido, Morales señala que “al margen de este caso de Franco, que resulta especialmente flagrante, el Ayuntamiento de Murcia tendrá que revisar próximamente la concesión de distinciones por parte del Consistorio a distintos personajes de la dictadura franquista”.
La edil recuerda que en 2007 fue aprobada en España la Ley de Memoria Histórica, que en su artículo 15. 1, establece que “Las Administraciones públicas, en el ejercicio de sus competencias, tomarán las medidas oportunas para la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura”.
“Desde Ahora Murcia”, subraya Morales, “entendemos que esta Corporación, en el ejercicio de su responsabilidad en la defensa de la democracia y los valores constitucionales, debe retirar su máxima condecoración al mayor representante de la dictadura, responsable del periodo más negro en la historia reciente de nuestro país. Concebimos esta retirada de la Medalla, también, como un homenaje a todas las víctimas y represaliados por la dictadura, y como un compromiso con la justicia y la libertad que debemos a nuestros mayores y hemos de transmitir a nuestras hijas e hijos”.
La concejala apunta que, además, “no podemos continuar permitiendo que las personas que con posterioridad han recibido y continúan recibiendo la Medalla de Oro de Murcia, que debe ser motivo de orgullo y de prestigio, la estén compartiendo con el dictador, de igual manera que nuestra ciudad debe sentirse orgullosa de todas las personas que ostentan este reconocimiento”.
De esta manera lo han entendido muchas ciudades españolas que, desde los primeros años de la democracia, han ido retirando a Franco los honores y menciones que en su día se le concedieron, en un proceso que se ha acelerado en los últimos años desde la aprobación de la citada Ley de Memoria Histórica, en gran parte de los casos por unanimidad de todos los grupos políticos. Entre las ciudades que han dado “este paso de normalidad democrática” se encuentran Madrid, Valencia, León, Salamanca, Málaga, Pamplona, San Sebastián o Mallorca, entre muchas otras, y Murcia, afirma Alicia Morales, “ya es hora de que se sume a ellas, haciendo que el séptimo municipio de España cumpla sus deberes con la reparación de la memoria histórica”.