Cada día que pasa más entes se van sumando a la publicidad del Atlético de Madrid. Desde las perversiones de Joseph Goebbels no se había visto cosa igual. Un amor irracional por un senderista que tiene como máxima el desprecio a la afición del equipo que tiene sus derechos federativos. Fotos por todos lados, un entrenador que le pone con los titulares en las prácticas y cada vez más gente asumiendo con total normalidad que debería quedarse porque es “muy bueno”.
Si se fijan en el titular se habla de entes y no de seres humanos, lo cual tiene su explicación. Cualquier ser humano, racional, con corazón estaría echando espumarajos ante los artículos de la prensa barbacoa, ante las acciones del Cholo Simeone y ante la más mínima posibilidad de que vuelva a vestir la rojiblanca (o el pijama que han puesto de segunda equipación). Después de poner caritas al cuerpo técnico y la grada; después de confabularse con Frabrizio Romano para reírse del Atleti y poder marcharse gratis al FC Barcelona; después de insultar a la afición desde Londres; después de ponerse chulo con la afición vistiendo la blaugrana; después de tener todavía en sus perfiles en redes sociales otros colores; después de todo esto hay gente que traga con el senderista.
Por eso son entes que están en el mundo pero sin tener una presencia vital en él. Son esos y esas a los que engaña su pareja una y otra vez y perdonan aunque les pegue una ETS. Son esos y esas que se esconden en el bien del club para tragar con él, como si el club hiciese algo en favor de los abonados, socios y aficionados más allá de acudir con el aspirador monetario a sus bolsillos. “Es que se va a devaluar más”… dinero que perderá el Forbes porque invertir, no lo va a invertir.
“Hombre así se visualiza y alguien pica” dice alguno como queriendo compensar el castigo que supone verle la cara. La realidad es que todos le tienen muy visto. Ni ha triunfado en el Atleti, ni en el Chelsea, ni en el FC Barcelona, ni en las discotecas (que serviría como disculpa) y quieren vender ¿qué? Al marido de Érika mucha parte de la afición no le ha perdonado y reza para que se vaya a la MLS, habiendo dado muchísimo más, habiendo pedido perdón y no habiendo despreciado a la afición como ha hecho el senderista.
El blanqueamiento de este chico no cuela y hay que advertir a los entes que circulan por ahí para que vuelvan a su ser original. Hay que hacer esta obra de caridad con personas que van a tragar con alguien que como persona es un asco y como futbolística una medianía. No se le puede impedir entrenar… y ya. De ahí ni un milímetro y que Miguel Ángel Gil se apañe como pueda. La dignidad de la afición no se pisotea de esta manera. Ni arrastrándose cual gusano pidiendo perdón tiene cabida este chaval en el Atleti. La salida está por allí. Adiós. En dos segundos. En este instante. ¡Fueraaaaa del Atleti!