Los “grandes pensadores” de la comunicación política del PP hicieron ayer proclamar a Alberto Núñez Feijoo que, nada más llegar al Gobierno —si es que llega porque siempre acaba metiendo la pata cuando lo tiene a punto—, hará una auditoría para saber cuantos cargos del PSOE ha habido en Moncloa y los ministerios cobrando sin acudir al trabajo. ¡Perfecto! Una medida que, sin duda, apoyará todo el mundo, del partido que sea y las opiniones que mantengan. Después del affaire Jessica es el camino a seguir para dignificar ese pudridero en que han convertido hunos y hotros la política.

Aunque si se piensa bien, ya que hay que dejar claro que su partido es más limpio que cualquiera y eso jamás pasaría, ¿por qué no hace una auditoria primero en todas las comunidades autónomas, ayuntamientos y diputaciones provinciales donde gobiernan? Para demostrar que la esposa del César no sólo lo aparenta sino que lo es, nada mejor que comenzar a investigar allí donde el poder de Feijoo tiene algún tipo de autoridad, sus propios gobiernos. De esta manera mostraría a los españoles que el PP es un partido limpio, al menos ahora bajo su mandato, y no se permite ninguna Jessica, ni ningún cargo mamando del erario público sin cumplir con sus funiones.

Es como cuando Mariano Rajoy pagaba de su bolsillo los costes de su padre enfermo… ¡Ah que no, que lo pagaron los españoles!

Para empezar nada mejor que lugares donde, con total probabilidad, no se encontrará nada parecido a un cargo del PP que no acude a su trabajo, como Murcia. Fernando López Miras no habrá tenido la idea de colocar a algún familiar o militante pepero en un puesto así como asesores suyos o en alguna de las diversas ramificaciones de la Comunidad Autónoma. En Andalucía es casi seguro que Juan Manuel Moreno Bonilla jamás ha tenido una idea así, como tampoco en las diputaciones o los ayuntamientos y demás ramificaciones del poder. En la Diputación de Almería se investiga al ex-presidente, Gabriel Amat —el pufo presuntamente corrupto según la UCO es de 2.000 millones de euros—, pero no habrán colocado a alguien para ir por allí a fichar y luego irse a su casa 50.000€ mediante.

Y, por supuesto, en la Comunidad de Madrid jamás ha pasado eso y no pasa ahora. Ni churris, ni diputadas cabreadas por unos cuernos veraniegos, ni oficinas del español o cosas así han ocurrido. Todos han ido a ganarse los cincuenta u ochenta mil euros anuales siempre, toda la vida, en cada momento del año. Isabel Díaz Ayuso no puede haber colocado a alguien para aparentar que trabaja y no lo hace. Bastante tienen con María del Mar Blanco, que va y ficha en todos sus cargos, otra cosa es que haga algo. Entonces, Feijoo no tiene por qué tener miedo a comenzar ese tipo de auditoría por su propia casa. Es más, hasta podría hacer algo así en la propia sede de Génova y sus trabajadores.

No lo hará porque no tiene los dídimos suficientes y, qui lo sa, igual se encuentra con alguna sorpresa en una diputación, un ayuntamiento grande o pequeño, o un empresa pública de una comunidad autónoma. Está muy bien hacer discursos y ser valiente cuando se dispara con pólvora del rey, pero cuando hay que poner los propios huevos en la cesta…

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