Florentino Pérez es quien tiene mayor peso dentro de la fracción constructora y de servicios del establishment español (y más allá que diría Buzzlightyear). Y qué decir en el mundo del fútbol a nivel institucional. Mas todo ello lo hace a costa de la llamada “marca España”. No le importa dejar manchada y destrozada la imagen exterior de España si hay algo que pueda darle beneficio o no perjuicio, como veremos. Algo que se ha podido comprobar con los sucedido antes del mundial de fútbol con la selección española, al “robar” al seleccionador tan sólo dos días antes del comienzo de la competición. ¿Hubiera cambiado la actuación del equipo en la competición? Posiblemente sí, posiblemente no, pero lo que es obvio es que dejó la imagen de España por los suelos.
Manuel Domínguez Moreno y José Antonio Gómez explicaron con mucho acierto lo que supuso el fichaje de Julen Lopetegui. El enorme ego de Pérez siempre está por delante de los intereses generales o comunes. Incluso los del propio Real Madrid. Una lucha de egos es lo que parece que va a llevar a Cristiano Ronaldo a abandonar la entidad blanca para recalar en la Juventus. Es su propio interés personal, su ego ilimitado por ser quien manda de verdad en el fútbol o en el país, el que genera todas estas situaciones. Y si tiene que abonar ciertas cantidades para que los medios de comunicación no le culpen o le señalen con sus negocios, pues tira de talonario. Total entre los políticos (con lo que eso significa) tiene una red que también le protege a nivel estatal. De hecho está cerca de cuadrar el círculo y tener a los dos partidos de derecha si ganase al final Sáenz de Santamaría. Y en el PSOE alguno que otro u otra también está cerca del empresario.
Todo ello quedando él bien y el país o el equipo no. Por ejemplo, le acusaron de fichar a ciertos jugadores para abrir mercados (lo que le valió una demanda al diario AS que se resolvió de “forma amistosa”), como James Rodríguez o Keylor Navas para dos grandes mercados de la construcción y servicios como eran Colombia y sigue siendo Costa Rica. Curiosamente se deshace del jugador colombiano y ACS vende sus concesiones colombianas. Pura casualidad. Lo mismo hace con la “marca España” porque el verdadero núcleo de sus negocios está fuera. El peso de la constructora alemana Hochtief es clave en sus operaciones actuales. De hecho la compra de Abertis mediante la creación de una empresa intermedia junto a la italiana Atlantia, se realiza por la empresa alemana, no por alguna empresa española de las que componen la corporación ACS.
Así que el beneficio de un negocio italo-español se lo acaba llevando una empresa alemana en realidad. El negocio es el negocio y si gana Alemania y no España mucho mejor. Y como lo importante es el negocio no le importó que sus empresas en EEUU se puedan apuntar a construir el muro de la vergüenza en la frontera con México. España, como si recuperase el espíritu imperial, construyendo un muro frente a los indígenas hispanos parece simbolizarse. Y lo curioso es que el beneficio será para la empresa alemana, mediante sus filiales estadounidenses como John Picone. ACS suma cuenta de resultados y plusvalías en las acciones, pero los impuestos se pagan en casa de Angela Merkel. Beneficio para Pérez, los alemanes y los estadounidenses, una imagen penosa para España.
Florentino Pérez el líder de la acumulación por desposesión.
No sólo son los 2.600 millones de euros que los españoles y españolas estamos pagando de los presupuestos generales del Estado a Florentino Pérez, mediante la utilización de cláusulas sumamente beneficiosas para sus empresas. Sean las del proyecto Castor, sean las de una desaladora como la de Escombreras en Murcia. Florentino nunca pierde, por muchos motivos ya que se sabe mover como nadie en los intersticios del poder político y judicial. Por ello el Imperio de Pérez se sostiene, realmente, con los impuestos de los españoles y españolas.
La acumulación por desposesión es un concepto utilizado por el geógrafo humano David Harvey para describir cómo los poderes públicos privatizan espacios públicos para que empresas privadas generen negocio. No mediante nuevas técnicas, o la creación de algo distintos, sino mediante la utilización de un monopolio para uso y disfrute de una sola empresa. Así que quita a la ciudadanía un Hospital, un parque o el servicio de basuras para que lo gestiones una empresa privada y gane un dinero con los presupuestos públicos. En esto está el gran negocio de ACS y Pérez.
La construcción o los proyectos de ingeniería tienen unas cifras impresionantes, pero realmente el beneficio es del 2-3%. Sin embargo, los negocios de servicios públicos generan mucho mayor beneficio porque son casi un monopolio consentido por el propio Estado en beneficio privado. Tanto si se pagan los servicios por el Estado (basuras), como si se dan concesiones monopolísticas, las rentas van al mismo bolsillo, el de Florentino Pérez gracias a su entramado de empresas de servicios. Y eso que en el caso de ACS se ha ido deshaciendo, porque necesitaba descargar a la empresa española para poder conseguir liquidez para que la empresa alemana comprase Abertis, dejó el negocio hospitalario. Ganó mucho con el canon que le pagaban las Comunidades Autónomas, con la gestión de los Hospitales y con la venta de los mismos. Y todo ello en beneficio de su bolsillo, nunca de España. Porque a España la saca los dineros.
Y cuando hay problemas saca a su ejército de abogados para demandar al Estado (Comunidad Autónoma o Ayuntamiento) y ganarle los pleitos, como ha pasado en Valencia. Y todo ello porque siempre incluye cláusulas que sólo le benefician a él y que sus “amigos políticos” le aceptan. La verdad es que el patriotismo de Florentino Pérez es con el dinero. Es un capitalista y por tanto su patria es su cuenta de resultados y su cuenta corriente. Por ello no le importa sacar los cuartos a los españoles para que el beneficio sea para Merkel. Por ello no le importa endeudar al Real Madrid con construcciones faraónicas, malvender a jugadores franquicia, siempre y cuando su ego y su imagen internacional se vean aumentados. Pérez sólo quiere a Pérez no se engañen.