Algo pasa en Alicante. No sabemos el qué, pero es cierto que algo pasa y atañe directamente a la alcaldía. Alperi, Castedo, ahora Echávarri… algo huele mal, digno de una investigación más profunda, más que de una simple crónica. Bien es verdad que la salida de Echávarri ha sido medianamente honrosa y hasta por su torpeza. Sobre todo, en el caso del despido de la cuñada del portavoz de la oposición, Luis Barcala, por venganza. Echávarri debería saber que, como alcalde que es, o era, representa y tiene que respetar, incluso, a quien no le vota. También es cierto que otros, en su misma situación, aún continúan en sus cargos y no se van ni, aunque les echen agua hirviendo.
Echávarri fue procesado, en un principio, por fraccionar contratos por valor de 144.000 euros en el área de Comercio y por el despido de una interina, cuñada del portavoz local del PP, Luis Barcala, caso por el que la fiscalía ha pedido 10 años de inhabilitación.
El fiscal le acusa de un presunto delito de prevaricación administrativa al entender que despidió a Catalina Rodríguez para vengarse del portavoz del PP después de que éste le hubiera denunciado en el llamado caso Comercio. La causa judicial sobre la cuñada de Barcala ha seguido adelante pese a que Echávarri readmitió al poco tiempo a la despedida tras una declaración institucional unánime del pleno que consideró el despido como arbitrario.
Estas dos causas judiciales han complicado sobremanera a Echávarri, que vio cómo, en otoño, le abandonaban sus dos socios de gobierno, Guanyar (EU-IU, Podemos e independientes) y Compromís, y que ha sufrido presiones de todo tipo para irse hasta que el pasado 23 de marzo anunció su renuncia tras reunirse con la dirección del PSPV-PSOE, en Valencia.
A las 9.30 de la mañana de ayer, Echávarri presentó un escrito ante la Secretaría General del Pleno en el que comunicaba su renuncia al cargo de alcalde-presidente del Ayuntamiento y al acta de concejal que ostentaba desde el 13 de junio de 2015.
Tras esta dimisión, la incertidumbre se apodera de nuevo del Ayuntamiento de Alicante, ya que hay que elegir a un nuevo alcalde. Del total de 29 concejales, el PSPV tiene 6; Guanyar cuenta con 5 y Compromís con 3, lo que hace que sume 14 votos. Todo parece indicar que quien sucederá a Echávarri, es su actual número dos, Eva Montesinos. Sin embargo, Ciudadanos está poniendo algunos problemas en la negociación. Por eso, los Socialistas apuntan al grupo de no adscritos. De no llegar a un acuerdo, gobernará Alicante quien menos votos obtuvo en las pasadas elecciones: el PP.