Al contrario que sucederá con las campañas de Ciudadanos y PP, la campaña de Adelante Andalucía contará con la presencia de los dirigentes estatales de Podemos e Izquierda Unida pero sin abusar y como mecanismo de respaldo de la campaña propia. Si en los partidos de derechas lo que se pretende es hacer que sus dirigentes máximos (Rivera y Casado, respectivamente) copen las primeras planas e intenten arrastrar voto, en la confluencia de izquierdas los dos dirigentes estatales acudirán a apoyar el andalucismo de izquierdas, la idiosincrasia si lo prefieren, de la campaña de Teresa Rodríguez y Antonio Maíllo. Esto es lo que ha quedado claro de la reunión mantenida por los dos dirigentes andaluces con sus homólogos en el Congreso de los Diputados.
Alberto Garzón ha sido claro, ambos dirigentes prestarán “toda su energía y su máxima atención para que logren el mejor resultado posible y para que puedan hacer llegar al máximo de lugares posible nuestra propuesta y nuestro proyecto político”. Todo ello porque, en palabras del dirigente de izquierdas, “Andalucía puede ser desde luego un mecanismo de transformación social, no sólo para ellos mismos sino para toda España”. Esa transformación social se conseguiría con una victoria para acabar con tantos años de gobierno de un PSOE que se ha quedado anquilosado y sin ideas, como vienen afirmando Rodríguez y Maíllo. Además, quiso Garzón agradecer que desde la confluencia hayan acudido al Congreso de los Diputados para llevar “las demandas de Andalucía Adelante y así para poder debatirlas, porque creemos que son medidas que señalan el camino”. El camino de lo que deben ser las políticas de izquierdas en favor de las familias de clase trabajadora, un camino en el que “hace falta cambiar el modelo productivo, hace falta corregir la desigualdad, hace falta luchar contra el desempleo y hace falta luchar contra la corrupción”.
El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, ha querido acordarse de la presidenta de la Junta de Andalucía al afirmar: “Tengo la sensación de que a la presidenta saliente le gustaría estar en las botas de Pedro Sánchez y le gustaría estar en la Moncloa pactando, eso sí, con Ciudadanos”. Hacía referencia de esta forma el dirigente morado a lo que se viene comentando en estas páginas durante la legislatura, especialmente desde que la trianera perdió las primarias del PSOE, que Susana Díaz siempre busca algún motivo, algún hueco periodístico para hablar de cuestiones que van más allá de lo meramente andaluz. Y también, como se palpa en toda Andalucía, que en caso de dar la suma, Díaz siempre preferirá pactar con Ciudadanos antes que con Adelante Andalucía. Siempre y cuando la suma alcance, que es lo que pretende como poco, impedir la confluencia andaluza, cuando no ganar las propias elecciones. También ha querido Iglesias agradecer a Rodríguez y Maíllo que estén defendiendo Andalucía de la forma en que lo hacen porque, además de ser un honor para Unidos Podemos, “se necesita una presidenta para la cual Andalucía sea su primera prioridad”. Con el pueblo andaluz metido entre ceja y ceja ha dejado en el aire.
Rodríguez y Maíllo, por su parte, no sólo han ido a hablar a los andaluces del norte, como ha titulado algún medio de comunicación, sino que han ido a la capital de España a hablar de Andalucía, no como esos otros dirigentes que van a Andalucía a hablar de Cataluña, en clara referencia a Inés Arrimadas, por ejemplo, que acude con un discurso del odio que puede ser muy efectivo en su tierra de trabajo, pero que no tiene nada que ver con Andalucía en sí. Para la dirigencia de Adelante Andalucía las prioridades son otras bien distintas, como el cambio de modelo productivo o la lucha contra ese desempleo estructural existente, o la propia precariedad que se nota en los datos de crecimiento económico y renta disponible. Para Maíllo: “Construir un debate social es la clave para que se abra un debate en andaluz y se aborde desde una perspectiva de futuro para una comunidad que es la más poblada de España”. Como ha afirmado Maíllo, lo que pretenden con esta confluencia es construir un mecanismo con diversas aportaciones para la solución de los problemas del país y convertir Andalucía en una comunidad “ejemplarizante”.
Teresa Rodríguez, por su parte, ha querido señalar a los irresponsables dirigentes de las derechas españolas que van a Sevilla a decir que Andalucía es la región más corrupta de Europa cuando ellos y ellas tienen innumerables casos detrás de sus espaldas. Más bien “Andalucía es una comunidad de gente trabajadora que se esfuerza por sacar adelante a sus familias en situaciones muy duras”. Muchos se preguntarán el porqué de ese andalucismo de izquierdas que vienen manejando y que no sólo es estratégico (recuérdese el ¡Cómo está mi patio!), a ello ha respondido Rodríguez al dejar meridianamente claro que no se puede regalar “al susanismo el poder de representar al pueblo andaluz y menos cuando hablamos de corrupción”. Por eso han acudido a Madrid, para que conozcan los que piensan, lo que sienten, lo que desean los andaluces de su propia boca y no por persona interpuesta, una persona que querría más vivir en Madrid que en Sevilla como dijo el otro. Eso sí, Rodríguez y Maíllo han dejado claro que no siendo una panacea, los presupuestos generales del Estado deben salir adelante porque algo ayudan a las clases trabajadoras andaluzas, por ello harán lo posible para “en Andalucía estos presupuestos se aprueben porque no vemos a Susana Díaz interés ni entusiasmo, ni el más mínimo esfuerzo en hacer que se aprueben”.
Una visita la de Rodríguez y Maíllo no para pedir permisos, como les sucede a Juan Marín y a Juan Manuel Moreno Bonilla, sino para exponer a los dirigentes de Unidos Podemos las demandas del pueblo andaluz que han consensuado en el largo proceso de constitución de la confluencia de Adelante Andalucía. Una visita para hablar a los andaluces que viven en Madrid por múltiples motivos y que sepan que hay un recuerdo para ellos y ellas. Una visita a hablar de Andalucía desde la voz andaluza en la capital del Estado, aunque a Ferreras eso parece que no le interesaba. Una visita para hacer pueblo andaluz y no esconderse. Y por ello Garzón e Iglesias apoyarán la campaña pero no usurparán la voz andaluza para hacer política en Madrid, sino para que los andaluces sepan que en la capital también se habla el andaluz del pueblo.