Es muy posible que Miguel Ángel Gil Marín no haya leído el artículo que se publicó en Diario 16+ Mediterráneo el pasado miércoles (aquí lo tienen ustedes), pero la realidad es que las palabras que ha difundido Marca se asemejan a lo que allí se exponía. Todos los años, por estas mismas fechas aproximadamente, el Real Madrid, bien sea mediante su entrenador, su televisión, sus jugadores o todo el aparato mediático que lo apoya (Marca, As, SER y COPE, especialmente) hacen una campaña contra los árbitros.
Gil Marín, cuando afirma que el Real Madrid intenta adulterar la competición condicionando los arbitrajes, no miente. Cualquiera que sea de los otros 19 equipos que componen La Liga (y que no tengan dobles afinidades, ya saben del Real Madrid y el equipo de la provincia, en ese orden) lo atestiguan y lo sufren. Cualquier buen o mal arbitraje que coincida con una mala racha del equipo blanco es puesto en sospecha inmediatamente. No puede ser que no haya ningún error favorable al equipo de Florentino Pérez. Es inasumible. Se deben equivocar con algún penalti, una zona Dogso o una mano que provoca que se deshaga un fuera de juego.
Los medios tienen que comer, evidentemente, y se entregan a la causa porque debe darles rédito, eso es cuasi lógico si no fuese periodismo. Todos los comentaristas saben por dónde deben ir las cosas. Así que si un árbitro acierta debe ser puesto en sospecha inmediatamente, no vaya a ser que haya un penalti inconstitucional, como el del pasabandejas Diego López Garrido. Es todo una estrategia anual donde acuden al toque de corneta del presidente madridista. Aquí las pruebas, algunos ejemplos, que nada tienen que ver con el negreirazo.
Octubre de 2017. En Asamblea de Compromisarios Florentino se queja de los arbitrajes pidiendo que existan criterios más transparentes, jamás para meterse con los árbitros. Neverazo para dos árbitros y salida del CTA a explicar manos y demás peticiones del señor de ACS.
Enero 2019. Florentino Pérez llama a Rubiales porque no le gusta el VAR e inmediatamente cambian la forma de actuar y de decidir sobre las decisiones que se toman. Javier Tebas se lamentaba de ello (aquí lo pueden leer). El árbitro era Munuera Montero por si le encuentran en otros partidos y Clos Gómez recibió una campaña tremenda en su contra.
Diciembre de 2020. Florentino aparece diciendo que las televisiones nunca son favorables al Real Madrid, que esconden las jugadas que favorecen a su equipo. Debe ser que por eso tener a siete u ocho jugadores blancos de comentaristas no es suficiente, más los narradores a los que solo les falta ir con el carnet de socio en la boca. Debe ser por esto que han puesto a los de los Teleñecos de la Noche en las retransmisiones. En El Español llegaron a titular que las quejas tenían premio.
Noviembre 2021. La prensa tras ser criticada por Florentino calló y asumió los mandatos.
Octubre 2022. En As titulan El Real Madrid se mosquea porque el arbitraje de Melero no les gustó y añaden (según fuentes del club) que miran con sospecha por los arbitrajes “más amables” que está recibiendo el Barça.
Es la época en que Carlo Ancelotti afirmó que el árbitro se había inventado un penalti. Al resto de entrenadores y delegados que han dicho algo similar les han sancionado, al italiano no.
Noviembre de 2022. Lucas Vázquez se queja por los aciertos de los arbitrajes cuando le toca al Real Madrid: “En todos los partidos se debería ser igual de riguroso”. Curiosamente por esas fechas perdían el liderato frente al Barça.
Estas son unas pequeñas muestras de ese mecanismo para condicionar los arbitrajes. Casi siempre se quejan a comienzos de temporada (hasta Navidad) siempre y cuando a su equipo le vaya mal. Si van líderes y el resto está lejos callan hasta que hay un partido raro y aparecen los secuaces a quejarse. Gil Marín tiene razón aunque parezca raro. A diferencia de Pérez sí se juega su patrimonio (obtenido de aquella manera). Por cierto, para todos los amanuenses de FloPer, Gil Marín sí se quejó del caso Negreira. De hecho fue el impulsor del comunicado de La Liga. Ese que el Real Madrid no quiso firmar… por cierto.