Leyendo el titular se podría pensar que este artículo tiene como tema principal alguna revisión de películas sobre temática homosexual y sadomasoquista. Pero no, es sobre fútbol. Aunque en cierto modo el fútbol tiene sus cosas gays y sádicas. El FC Barcelona, como todo el mundo sabe y se ha contado aquí mismo, necesita quitarse den encima nóminas y amortizaciones por valor de más de 200 millones –luego algunos nos copian las cifras, no citan la fuente y se equivocan al explicarlo- de euros para poder incorporar a su plantilla a Messi, Emerson, Agüero, Eric García, Memphis y cualquier fichaje que pudiesen hacer en breve. De ahí que el presidente actual, Joan Laporta, esté ocupando su tiempo, más allá de buscar dinero debajo de cualquier piedra, en dar salida a todos los jugadores que le permitan abrir ese hueco monetario.
El problema es que, como le pasa en cierto sentido a su Némesis el Real Madrid, los jugadores no quieren perder dinero. Pueden haber sido consecuentes con la situación pandémica y haberse rebajado sus millonarios sueldos, pero a partir de ahora las personas volverán a los campos y volverán numerosos ingresos. Lo cierto es que la pandemia ha bajado los precios y las fichas, pero de eso no tiene culpa los trabajadores del fútbol, sino los gerifaltes que se han dedicado a disparar con pólvora del rey. En el caso del Barça, Josep María Bartomeu. Si los clubes no bajan las cláusulas de liberación, por qué, pensaran muchos jugadores, deben aceptar perder dinero. Y eso ocurre en el equipo blaugrana. Los jugadores no ponen pegas a irse pero ganando lo mismo o con compensación por perder dinero. Como lo que no hay en el Barça es dinero, pues se quedan. Puedan o no puedan inscribir más jugadores.
Algún jugador ha aceptado irse y ha pedido elegir dónde ir. Esto es lo que ha hecho Antoine Griezmann, pero con lo que no contaban en el Camp Nou es que su elección sería la que ha sido. Como ha contado en extraordinaria exclusiva el periodista de Mundo Deportivo, Javier Gómara, se ha propuesto un intercambio entre el francés y el jugador del Atlético de Madrid, Saúl –quien ha pedido salir del club hace meses a un buen equipo-. Una jugada desvelada que ha sentado mal en la ejecutiva, porque es cierta pese a que ahora venden otras cosas a través de sus redes mediáticas, al pensar que ha habido una filtración desde la propia ejecutiva, tal y como nos han contado fuentes fiables. Tal posible jugada, que se asemeja en las mentes culés al “Dao” de Luis Suárez, se ha estado valorando, entre otras cuestiones, por el expreso deseo del jugador blaugrana. Ahora se hacen los despistados y dicen que no, que de eso nada y que se tiene que ir a la Premier o a Italia (no dicen Francia, ni Alemania curiosamente). Y el jugador ha dicho que se irá a donde a él le dé la gana y si no les gusta a pagar.
El problema para Laporta es que Griezmann le tiene agarrado por los huevos y si gira le vendrá en dolor. O lo que es lo mismo, si no se acepta todo lo que diga el francés se quedan sin Messi, sin Agüero, sin Memphis, sin Eric y sin Emerson. Es clave el todavía jugador blaugrana porque serviría de ejemplo a los demás jugadores a los que quieren dar puerta (léase Braithwaite, Coutinho, etcétera) o a los que quieren presionar para que se bajen el sueldo. Si Laporta traga con uno, debe comerse lo que digan los demás si quiere inscribir a los jugadores que ha fichado sin poder dar de alta para que jueguen. Han tanteado a Tebas y ya ha dicho que verdes las han segado. Y el nuevo ministro de Cultura y Deportes, Miguel Iceta, por muy catalán que sea, no moverá ni un dedo para no chamuscarse nada más llegar.
El Manchester City, según comentan los medios ingleses, se ha retirado de la puja por Griezmann. Lo del Manchester United es un bulo de cierta página de fichajes que se han comido en El Chiringuito, donde han intentado hacer ver que es una exclusiva suya lo de Griezmann –nuevamente intentando levantar exclusivas de compañeros de trabajo-, aunque hace meses sí que se ofreció el fichaje pero no se pudo hacer y ahora buscan otras cosas. En el PSG, otro de los equipos que podrían hacer el fichaje, prefieren esperar a ver si queda libre Messi y no le van a hacer ese favor al Barça. En Italia están tiesos quienes podrían acomodar su ficha o prefieren cubrir otras posiciones. Así que a Laporta se le van cerrando las opciones de venta y como el jugador no quiere ir a donde le digan… Miguel Ángel Gil saliva cosa mala.
Tampoco es que sea un fichaje especialmente apreciado por la hinchada rojiblanca. De hecho ayer se hizo tendencia en la red social twitter el hagstag #GriezmannNoTeQueremos. Tras lo que fue una traición mayúscula de la, calificada, rata francesa, la afición del Atlético de Madrid no es que tenga mucho cariño al jugador. Más bien ninguno. Pero al ser petición de Diego Pablo Simeone -¿a quién venderán da más miedo que traerlo?- y al jeque mochilo le cuadran las cifras del merchandising, quien sabe si apretarán o dejarán todo como una posibilidad. Desde luego la prensa nacionalbarcelonista se ha cubierto de mierda al señalar de mala forma al jugador Saúl y por ahí puede no hacerse la cosa. Pero todo huele a que si no se hace, el Barça se come al jugador sin poder inscribir fichajes, el Atleti coloca por 50 kilos a Saúl en el Liverpool y Florentino Pérez acariciará un gato viendo la descomposición de su enemigo catalán (su máximo enemigo es el Atleti). Es todo tan surrealista que hasta podría darse estando el Atleti de por medio. Ya nos informarán Gómara o Rubén Uría –que confirmó la noticia del primero con más datos-, el resto política de comunicación o usurpación de noticias.