Pool Moncloa

Resulta que la acción de cuatro o dieciséis hijos de puta que provocan fuegos —por cierto sería interesante que todos los periodistas, los cuales están estos días ávidos de sacar porquería, se interesasen por los juicios de esos a los que han detenido y los porqués— es producto del cambio climático. El otro día un señor murió por un golpe de calor tras recibir seis disparos. Y todo así, todos los días. Sin negar que hay un ligero aumento de las temperaturas, ese estado alarmista no es sino un mecanismo de opresión.

Sale Pedro Sánchez a hacer el tolili con el cambio climático, desplazándose en un helicóptero de un lado a otro y un avión que le va siguiendo sin pasajeros. No crean que los presidentes peperos están libres de culpa, recortan gastos en incendios —«pa’ dos o tres que habrá»—, se lo gastan en publicidad institucional y así tienen a todos esos periódicos lanzando soflamas contra el gobierno central y escondiendo que las competencia principales son de los «donantes». Pasó y sigue pasando con lo de la Dana en Valencia, ahí tienen a Carlos Mazón siendo alabado por la prensa, escondiendo que estaba a ver si metía en un apartahotel-restaurante mientras morían cientos de valencianos porque no se utilizaban los mecanismos de alarma hasta que… ya saben.

Culpables todos en mucho mayor porcentaje que el cambio climático. Ahora parece que hace más calor en las ciudades… que antes. Normal si ha habido un desarrollo urbanístico descontrolado en municipios gobernados por peperos y psoeístas. En la sierra madrileña ya no cae tanto la temperatura por las noches, pero claro hay casas casi hasta el Puerto de los Leones porque así lo han querido los gobiernos del PP durante veinticinco años. A más asfalto, más calor. A más ladrillo, más calor. Porque calor, lo que se dice calor, sigue haciendo parecido, un cambio de uno o dos grados y eso que las temperaturas con que pretenden asustar están tomadas en su mayoría en aeropuertos y secarrales.

Lo que sorprende, a cualquiera que se mueva en el ámbito rural, es que al señor que está podando un almendro de su propiedad le «cacen» con un dron los guardas rurales, que para hacer cualquier cosa agrícola en la finca deban enviar imágenes geolocalizadas, sean incapaces de ver a un tipo prendiendo fuego. ¿Sólo tienen los drones para hacer el hijoputismo contra los agricultores? O por si hay que impedir que se limpien los cauces de los ríos, algo que las cuencas hidrográficas —responsabilidad de la administración central— hacen constantemente salvo que sea un frigorífico, ya que se imaginan que habita por allí el ave fénix o similar. O para impedir que se limpien los montes llevándose madera de árboles caídos o piñas —esto es cosa de las Comunidades—, o para impedir que paseen cabras y cabritos —porque los cabrones ya se saben dónde están—, o para cualquier cosa que siempre ha servido, pero para pillar a un pirómano o ver un fuego rápidamente, ahí los drones como que no existen.

Miren se siente más el calor porque, a causa de sus políticas urbanísticas, las de hunos y hotros, hay más ladrillo, más concentración humana, menos agua en los cauces y más en explotaciones irracionales, salvo que se utilicen las desaladoras —que hacen falta unas cuantas más en el levante y buena parte de la costa española—, y parece que hace más calor, pero la realidad es que toda la vida ha hecho mucho calor en verano, en España, en casi cualquier lugar. No pongan mapas de rojo intenso, no intenten colar como cambio climático la nazificación de los trabajos en el campo, no intenten que se asusten las personas —por cierto, el nivel de incendios es casi menor en estos tiempos que antes—, no utilicen los incendios o el calor como serpiente de verano para tapar su mediocridad. Gestionen, a ser posible bien y pensando en el bien común de los españoles no de este o aquel lobby o empresario. Dejen sus mierdas de politicuchos y gestionen sin gastar en comprar periódicos y periodistas —la misma porquería es RTVE que todas las cadenas autonómicas— y sin subvencionar estupideces. Gestionen y gasten en abanicos, como toda la vida.

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here