Prometieron en documento público, PSOE y Unidas Podemos, derogar la reforma laboral del PP. Ayer, con el ojete a lo bonzo por la falta de apoyos camerales, el Gobierno respiraba por la aprobación de la reforma. Una reforma consensuada con la CEOE, UGT, CCOO, Ana Patricia Botín, los hombres de negro de la Unión Europea… y Juan Ramón Rallo. Sí, el liberal libertario que desearía una utopía de individuos que se buscan la vida pero no pagan impuestos, ni hay seguridad social, ni nada por el estilo, apoya la reforma laboral. Si esto no es indicativo ¿qué lo será?
La militancia de PSOE y Unidas Podemos vienen defendiendo en redes sociales la reforma. Advierten que, cuando menos, algunas cosas han mejorado respecto a la del PP de Mariano Rajoy. De haber empeorado era para sacarlos a gorrazos de España. Lo defienden pero… en su fuero interno tienen el mismo enfado que el resto de españoles que creyeron las palabras de Pedro Sánchez (hace dos días en el 40° Congreso del PSOE) y de Yolanda Díaz. Saben que es un parche que se va a quedar ahí para muchos años pues nadie se va a plantear modificaciones generales, en el Gobierno por no quedar como estúpidos, en la derecha porque no les viene mal.
Menos latigazos no es abolir la esclavitud
En Twitter, lamentamos no recordar al autor, se ha contado una historia que viene al pelo para esta cuestión. En fondo es el mismo, pero vamos a desarrollarla un poco más. Doscientos esclavos en el Imperio romano, cansados de su esclavitud y de los latigazos que venían sufriendo en una construcción, se pusieron de acuerdo para conseguir la manumisión de todos. Ser personas libres. Por ese motivo, y no queriendo recurrir a la sublevación violenta (no se consideraban espartaquistas), cedieron la soberanía a cinco esclavos para que hablasen con los amos.
Los delegados acudieron a hablar con los amos y los dos censores (por aquello del cambio a ciudadano libre). Tras negociaciones consensuaron una fórmula que mejoraría las condiciones de vida de los esclavos. A partir de ahora, en vez de recibir cien latigazos recibirían 50. Además en vez de un pan recibirían, un pan y doce uvas como comida diaria. Cuando los delegados llegaron a ver al resto de esclavos les comentaron las mejoras. Contaron que gracias ellos habían logrado mejorar su vida. Los esclavos se enfadaron porque, como es obvio, seguían siendo esclavos y les seguían atizando. Acabaron matando a los delegados y sublevándose.
¿Por qué apoya Rallo la reforma?
El economista libertario ha sido bastante claro en sus cuentas en redes sociales. “Sinceramente, creo que es buena noticia que esta reforma laboral haya salido adelante. Como ya dije en su momento, consolida todos los elementos centrales de la reforma laboral de 2012 y los convierte, desde ahora, en un consenso compartido desde Podemos a Vox”. ¿Qué significa esto? Que han reducido el número de latigazos pero siguen siendo esclavos.
¿Qué se mantiene? “Abaratamiento del coste del despido. Prevalencia general del convenio de empresa (salvo en tablas salariales). Posibilidad de descuelgue del convenio sectorial. Modificación unilateral de las condiciones contractuales en casos de crisis. ERE sin autorización administrativa”. Y se regodea: “Hay muchísimas cosas que se deberían mejorar en la legislación laboral española, pero al menos no ha habido la involución que cabía esperar cuando se nos prometió desde el Gobierno PSOE-Podemos que habría una derogación de la reforma laboral de 2012”.
Ir para nada es tontería…
Lo que queda en la mayoría de la población española es que ir para nada es tontería. Han vendido, por activa y pasiva, que era la mejor reforma de la historia (por el lado podemita) y resulta que un libertario antisocial como Rallo acaba satisfecho. Normal que hay muchísimas personas cabreadas porque les han quitado unos latigazos. Y no sólo ciudadanos, militantes de ambos partidos (salvo los cegados) deben estar con un cabreo considerable porque no es lo que se prometió. Mejor habría sido callarse y haberlo dejado para un tiempo mejor.
Y para más inri casi les derrotan en el Congreso porque “sus socios” no han querido tragar con una reforma como esta. Luego ellos se estrujan amorosamente con partidos de derechas en sus respectivas regiones, pero en esto no han querido tragar ante la palabra dada. Que Botín apoye la reforma es hasta normal pues se sabe que está con dios y el diablo, pero que Rallo lo haga es para que se les caiga la cara de vergüenza a más de uno y más de dos. Eso sí, han salvado sus sueldos, no los salarios de tramitación que no parecen importarles.