Diversas empresas de producción hollywoodienses se han interesado en las últimas horas por las vicisitudes sufridas, en lo que ha venido a calificar de “odisea” la prensa nacional-madridista, por la expedición del Real Madrid. Han visto los productores un gran filón para una película con secuelas o incluso una serie de, al menos, cuatro temporadas. Los padecimientos que han podido leer en la prensa “oficial” As, Marca, OkDiario o El español; o los mensajes desgarradores de tertulianos del fútbol, de chiringuiteros o de algún que otro programa futbolístico, han llamado la atención tanto como para estar colapsando la centralita de ACS en el intento de hablar con Florentino Pérez.
Las productoras han visto en Zinedine Zidane ese ídolo que necesitan para que las películas o la serie sea todo un éxito. Tras afirmar un comentarista, muy del gusto del palco blanco, “Zidane le queda bien todo, hasta el gorro” se han percatado del potencial para generar alegrías y llantos (esos que llevan días mostrando en el 90% de la prensa futbolística). Pero lo que más ha llamado la atención, como se ha comentado en las redes sociales, es el terrible dolor que han sufrido esos jugadores sin poder ver a las familias durante tres días y no poder sentarse al lado de una cálida chimenea a leer, tras haber escogido esos grandes clásicos que las pueblan, a Proust, Céline, Althusser e, incluso, a Pérez Reverte (que es más propio del madridismo). Un sufrimiento que ha sido recogido por intelectuales de tan reconocido prestigio como Jorge Calabrés. Pobre Sergio Ramos alejado de sus incunables.
En realidad la “odisea” madridista tiene de todo. Un secuestro en avión por un piloto loco, empecinado en hacer llegar al equipo estelar a la fortificada Pompelon, donde unos malvados (medio vascones, medio carlistas) vestidos de rojo les esperaban para impedir su ascenso hasta el liderato de La Liga. Alojamiento en un hotel de cinco estrellas, muy lejos de las comodidades de sus mansiones, mientras miles de españoles estaban esmorecidos quitando nieve con las palas y escobas. Ese sufrimiento jugando con sus diversos dispositivos electrónicos sin poder hacer un Tik-Tok como miles de madrileños en la nieve. Eso no está pagado ni con 10 millones de euros de salario al año. Casi han tenido que devorarse unos a otros para sobrevivir.
Y para colmo de males, les han hecho ir de Pompelon a la antiquísima Malaka, donde tampoco pueden hacerse historias de Instagram o Tik-Tok para fardar, y tendrán que vérselas con más vascones ávidos para hacerles sufrir. Todo culpa de un complot orquestado por el renegado Javier Tebas y el antimadridista Luis Rubiales. Un complot que tiene una doble finalidad: esperar a que el odioso Joan Laporta se haga de nuevo con las riendas del temido FC Barcelona y que las huestes imperiales de Lord Cholo Simeone ganen la liga sin necesidad de haber jugado la mitad de los encuentros. Además, los cholistas se han hecho con nuevas máquinas que les permiten caminar sobre la nieve, viajando en el tiempo y recatándolas del pasado. Un complot propio para una gran saga que dejará en pañales a El padrino (que bien podría estar basada en los manejos del viudo con gafas).