La concejala de Izquierda Unida-Verdes, Gloria Martín, elevará una moción al Pleno ordinario de mayo con el objetivo de que el Ayuntamiento “evalúe” y “afronte” las amenazas medioambientales derivadas de los residuos plásticos, fundamentalmente en el litoral lorquino.
Concretamente, en su batería de medidas, Martín solicitará al Ayuntamiento de Lorca que, en colaboración con empresa/s especializadas en la distribución de plásticos biodegradables y compostables, implemente un programa piloto subvencionado dirigido a los agricultores del entorno del Parque Regional de Cabo Cope y Puntas de Calnegre, a fin de fomentar prácticas sostenibles y alternativas al uso del polietileno. La edil de IU-Verdes también pedirá que se inste al Gobierno regional a que, a través de la Universidad de Murcia, se establezca un programa de apoyo dirigido a las empresas lorquinas productoras de plástico, con el fin de potenciar la investigación, el desarrollo y la innovación en el campo de los bioplásticos.
Además de todo ello, la concejala de IU-Verdes solicitará al Ayuntamiento que lleve a cabo una campaña de concienciación sobre los efectos altamente nocivos de los residuos plásticos entre los agricultores lorquinos. También pedirá al Consistorio que contacte con empresas especializadas en la recogida de plásticos de la agricultura y su reciclaje a fin de establecer un convenio de colaboración mediante el que los agricultores puedan cubrir sus necesidades de recogida, transporte y gestión de los residuos que genera su actividad.
Asimismo, la edil de IU-Verdes propone que, en aras al cumplimiento de la Ley 11/1997, de 24 de abril, de Envases y Residuos de Envases, el Ayuntamiento inste a las empresas agrícolas y a los pequeños agricultores con actividad en el entorno del Parque Regional de Cabo Cope y Puntas de Calnegre a que establezcan un Sistema de Depósito, Devolución y Retorno (SDDR) o que participen en un Sistema Integrado de Gestión (SIG) de los envases agrarios para su correcto tratamiento medioambiental, de forma similar a lo que se hace con los envases fitosanitarios (SIGFITO).
Martín recordó un estudio de la Asociación ‘Ambiente Europeo’ en colaboración con la Universidad de Deusto, ha determinado que el Parque Regional Puntas de Calnegre-Cabo Cope es el punto de mayor acumulación de basuras marinas de España. Este lugar concentra, en términos absolutos, el 67,3% de los residuos hallados en todo el litoral murciano. En sus playas se encontraron 21,77 residuos de todo tipo por metro lineal (en comparación con los 0,53 encontrados, por ejemplo, en las playas vascas o los 2,67 en la Comunidad Valenciana).
La causa fundamental tiene que ver con que en el entorno de este parque regional, un espacio protegido, se produce la confluencia entre el creciente problema de las basuras marinas que arrastra la corriente con una actividad agrícola intensiva: “válvulas, conectores, tuberías de riego, restos de plástico de invernaderos, los cordeles con los que se sujetan las tomateras, las placas de poliespán de las bandejas de los plantones de lechuga, pinzas de silicona… todo acaba en el mar”, denunció Martín.
En ese sentido, explicó que los residuos marinos implican una amplia gama de impactos negativos que van desde los efectos biológicos en el medio natural (destrucción de los ecosistemas y la biodiversidad), hasta la seguridad y la salud de los seres humanos. El plástico, en su versión microscópica en forma de microfibra, se ha incorporado a la cadena trófica. De acuerdo a la información suministrada por investigadores de la sede murciana del Instituto Español de Oceanografía (IEO), constituye ya entre el 42% y el 80% de las presas ingeridas por algunas especies estudiadas en distintas zonas costeras del Mediterráneo, en las que se ha hallado una elevada presencia de microplásticos en el tracto gastrointestinal. Peces que luego son consumidos por los seres humanos, lo que tiene como resultado la ingesta de químicos tóxicos.
Además, los efectos perniciosos de las basuras marinas afectan también al presupuesto y a las expectativas económicas de los municipios. “Limpiar una playa atestada de residuos supone un importante coste para las administraciones públicas, y el descenso en los estándares de limpieza causa también pérdidas en los ingresos del sector turístico”, advirtió.
Por ello, Gloria Martín consideró “urgente” la coordinación entre entidades públicas y privadas, regionales y locales, para impulsar proyectos que se conviertan en el motor de un giro que revierta el flujo de basuras que llegan a nuestra costa. También recordó que la comunicación y divulgación en materia de basuras marinas es “clave” para contar con productores y consumidores conscientes del impacto de sus acciones cotidianas en el medio ambiente.